‘Sí, cambiaría totalmente mi vida’: Indocumentada le dice a Biden la razón por la que espera una reforma migratoria

Los Ángeles —  La llegada del presidente Joe Biden genera grandes expectativas para la comunidad indocumentada, después de cuatro años en los que el mandatario saliente, Donald Trump, ha recrudecido sus políticas en contra de los inmigrantes y los solicitantes de asilo, entre otras medidas que fueron modificadas.

“Para mí sería lo más importante arreglar mi estatus migratorio en este país”, señala Liliana Torres, inmigrante salvadoreña que llegó a Los Ángeles en 2005, pero desde entonces ha tenido que vivir en las sombras ante la falta de documentos que le ha afectado para obtener un mejor trabajo.

Al igual que Torres hay unos 11.3 millones de indocumentados, según el Migration Policy Institute (MPI), estimando que cerca de la mitad de ellos residen en California (27%), Texas (14%) y New York (8%).

Antes de las elecciones, Biden se comprometió a buscar una salida en el tema migratorio, algo que reiteró la vicepresidenta electa Kamala Harris esta semana al afirmar que la nueva administración presentará una propuesta al Congreso.

“La verdad no les creemos”, dijo Aniceto Polanco, un inmigrante mexicano que participó en una conferencia frente al edificio federal en el centro de Los Ángeles.

“Como carne de cañón nos utilizan para sus campañas políticas”, agregó el oriundo del estado de Guerrero. “Es triste que nuestros padres mueren y ni siquiera podemos ir a darles el último adiós; por eso estamos luchando, por los miles, los millones, de migrantes sin documentos en este país”.

En el pasado reciente todavía se recuerda con sabor agridulce la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, en 2009. La esperanza que generó el primer presidente afroamericano al final no se tradujo en una reforma migratoria, tal como lo prometió al decir que lo haría en los primeros 100 días.

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Dic. 29, 2020

El activista Salvador Sanabria, director de la organización El Rescate, sostiene que por esa razón el gobierno de Biden debe enviar señales claras dados los antecedentes del período 2009-2016, en el que el mandatario entrante se desempeñó como vicepresidente.

“Lo más importante es la fecha de corte, de cuando comienza la fecha para aquellos que van a aplicar a la residencia; ¿va a comenzar el 31 de diciembre de 2020 o el 31 de diciembre de 2019?”, razonó el activista salvadoreño.

“Es bien importante que esta administración defina qué va a pasar con los amparados a DACA, TPS y con los que están esperando aplicar para asilo en la frontera norte de México con Estados Unidos”, añadió Sanabria.

Esos anuncios servirían para llevar un alivio a los inmigrantes.

De igual forma, John Fernández, profesor retirado y activista, sostiene que Biden deberá revertir las políticas que estableció Donald Trump en relación a los menores no acompañados y los solicitantes de asilo.

“Queremos que pare el proceso de meter y separar a los niños poniéndolos en jaulas; y también que los menores no vayan a corte sin representación legal”, indicó Fernández.

En ese sentido, aseguran los activistas y abogados que será clave un giro al legado negativo de Trump y Obama.

En la administración Obama el discurso fue conciliador, sin embargo, en la práctica la comunidad sufrió la separación de las familias. En sus dos períodos, fueron deportados más de 3 millones de indocumentados.

Fueron deportadas alrededor de 383 mil personas cada año, entre 2009 y 2016. Eso significa que en promedio se removía a 1.050 inmigrantes al día.

“No queremos que se repita el libreto de la administración Barack Obama-Joseph Biden”, manifestó Juan José Gutiérrez, abogado de inmigración.

A juicio del jurista, Obama tuvo el control de las dos cámaras legislativas del Congreso, pero no se priorizó en presentar y aprobar una reforma migratoria. Ahora, dice Gutiérrez, no solo se debe enfocar en los “dreamers”, sino en los más de 11 millones de indocumentados.

“Se tiene que desatorar este proceso de legalización que está maltrecho y el sistema de inmigración que se encuentra totalmente roto; ha llegado el momento de repararlo con una reforma migratoria con un camino a la ciudadanía, menos de eso no aceptaremos que nos sigan dando atole con el dedo”, apuntó el abogado.

En los últimos 15 años, la salvadoreña Torres ha trabajado en fábricas y más recientemente en una tortillería. Hasta 2018, cuando Trump llevaba su segundo año en el poder, sus hijas no sabían que ella era indocumentada.

Pero un día le preguntaron por qué ella no viajaba cuando el resto de la familia iba a visitar a los parientes en su tierra natal. Liliana les dijo la verdad.

“Comenzaron a llorar”, dijo con tristeza, sobre sus hijas que ahora tienen 11 y 9 años.

Además de poder viajar a su país, Torres está convencida que con una reforma migratoria podría tener acceso a un mejor empleo y se animaría a comprar casa.

En su familia, son cuatro hermanos los que se encuentran en la misma condición, revela. Asimismo, su esposo, originario de México, podría regularizar su estatus migratorio, quien en este momento está amparado al programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).

¿Qué le diría a Joe Biden sobre la importancia de la reforma migratoria? Se le preguntó.

“Las decisiones que tome acerca de inmigración le podrían cambiar la vida totalmente a más de 11 millones de personas, que tenemos años esperando una reforma migratoria; me cambiaría completamente la vida a mí y a mis hijas”, respondió.

“Sí, cambiaría totalmente mi vida”, concluyó Torres.