En medio del brote de coronavirus, renace la leyenda urbana del desinfectante de manos
Coronavirus: Al surgir la pandemia, también surgió la historia de Lupe Hernández, una enfermera de Bakersfield que, según se informó, inventó el desinfectante para manos. Su historia se ha convertido en una leyenda urbana.
Durante la última década, la leyenda de Lupe Hernández de Bakersfield ha dado la vuelta al mundo médico.
¿No la has escuchado? Ella es la estudiante de enfermerÃa que inventó el desinfectante para manos.
O al menos asà es la historia.
La mayorÃa de las narraciones dan una fecha especÃfica para su descubrimiento: 1966. Algunos dicen que Hernández lo hizo en el Bakersfield College, debido a la falta de jabón y agua caliente.
Otros afirman que registró una patente por su invención, pero las compañÃas más grandes como Gojo Industries, los fabricantes de Purell, se la apropiaron, (Gojo lo niega). Casi todos los relatos identifican a Hernández como una mujer, pero algunos insisten en que Lupe, abreviatura de “Guadalupeâ€, era un hombre.
Los libros de texto de enfermerÃa, los profesores universitarios y los conferencistas médicos repitieron la historia, pero esta no circulaba mucho más allá de sus cÃrculos.
Entonces llegó el brote de coronavirus.
Los medios de comunicación de todo el mundo comenzaron a informar sobre el “descubrimiento†de Hernández. Dieron inicio a una serie de llamadas a los historiadores y bibliotecarios de Bakersfield, y a Lupe Hernández (los registros públicos muestran que al menos 30 personas con ese nombre viven en la ciudad).
“Si una empresa de desinfectante para manos quiere pagarme $50.000, les diré lo que quieran. Pero esa no es mi madreâ€, dijo Eric Gaona, de 53 años, hijo de una Lupe Hernández de Bakersfield.
Incluso un periodista ruso se acercó para preguntar por su madre, reveló Gaona. Lejos de ser enfermera, era una ex cantante en un grupo de chicas de la década de 1960 llamado Rev-Lons.
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No hay patentes estadounidenses para el desinfectante de manos con ese nombre. Ninguno de los artÃculos que cuentan su historia cita alguna fuente primaria. En Bakersfield, una ciudad que orgullosamente promueve a sus celebridades (Buck Owens, Merle Haggard, Dolores Huerta), pocos habÃan escuchado la historia de “Lupeâ€, hasta hace poco.
El archivista de Cal State Bakersfield, Chris Livingston, buscó en los archivos y bases de datos de los periódicos y no encontró nada. Bethany Rice, curadora de colecciones en el Museo del Condado de Kern, hizo lo mismo con idéntico resultado.
“En este momento, estoy tratando la historia como un gran ejemplo de la necesidad de verificar las fuentes al leer algo en lÃnea y cómo comprobar los hechos en un artÃculoâ€, dijo ella, incluso grabando un video para enfatizar este punto. “Me encantarÃa que la historia fuera cierta y serÃa una bendición increÃble para la comunidad si lo fuera, pero en este momento no hay nada que respalde esoâ€.
Oliver Rosales, profesor de historia en el Bakersfield College, señaló que los historiales médicos del condado de Kern son a menudo administrativos y “alteradosâ€. “Es una historia fantástica por lo importante que es ahora el desinfectante para manosâ€, subrayó. “Como historiador, soy escéptico, pero tengo curiosidad. Si es verdad, ¿por qué nadie ha escrito sobre ella?â€
Lo han hecho. Pero en este punto, la verdad -Lupe Hernández de Bakersfield es casi una leyenda urbana moderna- no es tan importante para quienes continúan difundiendo la historia. Lupe es ahora una héroe popular en el sentido más literal, glorificada por su “historia†y su creación y lo que significa para ellos.
A raÃz de que el desinfectante para manos se ha agotado de los estantes de las tiendas en todo el paÃs, algunos latinos se jactan en las redes sociales de cómo uno de los suyos lo inventó. Los carteles digitales con una foto supuestamente de Hernández florecieron durante todo marzo en honor al Mes de la Historia de la Mujer.
Cuando Cindy Collier, directora del Centro de Salud y Bienestar de Bakersfield College, escuchó recientemente la historia, no le sorprendió que una enfermera pudiera pensar en una idea como el desinfectante para manos. Ella ve totalmente plausible la forma en que una saga del ‘MacGyver moment’ (donde se crea algo con lo que se tiene a la mano) de una enfermera hace décadas podrÃa haberse alterado y transmitido a lo largo de los años.
“Las enfermeras en general, debido a la desesperación cuando no tenemos lo que creemos que necesitamos, tendemos a ser muy ingeniosasâ€, dijo Collier. “Cada una de nosotras tendremos una historia en la que creamos algo para hacer nuestra vida más fácil o mantener a nuestros pacientes más seguros, y nunca hicimos nada al respectoâ€.
Si una enfermera latina inventó el desinfectante para manos, Collier consideró que “serÃa realmente bueno poder decirlo siendo una enfermera, especialmente con lo que está sucediendo en este momento en el mundoâ€.
La publicación más antigua donde se vincula a una Lupe Hernández de Bakersfield como la inventora del desinfectante para manos apareció probablemente en The Guardian, que se refirió a la “estudiante de enfermerÃa†en un artÃculo de 2012.
En un correo electrónico, la reportera Laura Barton dice que sus cuadernos de la época están en una instalación de almacenamiento a la que actualmente no puede acceder, pero que su “sospecha [es] que mi fuente pudo haber sido estadounidense. No puedo recordar quién, qué o de dónde vinoâ€.
No hay nada que indique que “Lupe†se conocÃa antes de esto. No en Bakersfield, ni en los anales de enfermerÃa, ni siquiera entre los latinos, donde los cuentos sobre la supuesta conexión de los hispanos con la gloria -¿escuchaste cómo Walt Disney era un huérfano español?- abundan.
Cualquiera que sea el caso, el artÃculo de Barton se infiltró en el mundo de la enfermerÃa estadounidense.
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Angela Barron McBride, ex decana de la Escuela de EnfermerÃa de la Universidad de Indiana, incluyó a Hernández en una actualización de 2019 de su libro de texto para enfermeras. En un correo electrónico, McBride manifestó que “querÃa dar ejemplos concretos de inventores que fueron enfermeras y se alegró de encontrar el nombre de una estudiante de enfermerÃa latina. No sé nada más sobre lo que le sucedió a ellaâ€.
Rachel Walker, profesora del Colegio de EnfermerÃa Amherst de la Universidad de Massachusetts, ha nombrado a Hernández en sus discursos como alguien a quien intenta imitar.
“Pero cuando intenté corroborar la historiaâ€, dijo, “yo también me encontré con desafÃosâ€.
Maribel Ãlvarez, profesora de folklore en la Universidad de Arizona, no está sorprendida de que incluso los profesionales repitan una anécdota histórica con una procedencia poco clara.
“Esta historia está indexando algo en la culturaâ€, consideró. “La gente quiere creerlo porque explica algo en su mundoâ€.
Por eso, explica Ãlvarez, “Lupe Hernández de Bakersfield†ahora ha adquirido una segunda vida entre los latinos.
“Las crisis son la ‘Placa de Petri’ (placa de laboratorio) del folkloreâ€, dijo. “Los rumores y las leyendas actúan como virus. Estallan en puntos calientes y luego se dispersanâ€.
La historia de “Lupe†se está extendiendo a medida que los latinos sufren desproporcionadamente la pandemia, como vÃctimas del coronavirus, como empleados en trabajos considerados “esenciales†con poca protección, y también por su impacto económico.
En esos momentos, las comunidades afectadas buscan un héroe, por lo que la gente se consuela con “Lupeâ€, expuso Ãlvarez.
“La leyenda siempre funciona en modo reversible. El que está arriba está abajo; el de abajo sube. En este caso, Lupe tiene una posesión que otros necesitan. ¿Qué te dice eso? Habla de todas las cosas que no valoramos que tienen los mexicanosâ€.
Pero Ãlvarez también enfatiza que la mayorÃa del folklore tiene “partes de una verdadâ€. “Cada una de esas piezas -la enfermera, Bakersfield, el nombre- probablemente se suman a una imagen más amplia de la verdadera historiaâ€.
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Por ahora, las Lupe Hernández y sus familias en todo el paÃs continúan tratando con extraños que les preguntan si son ‘esa’ Lupe.
En Colorado, Leshi Hernández, la hija de la mujer cuya foto ha circulado en lÃnea como la Lupe detrás del desinfectante, ha excavado en las pertenencias de su difunta madre para intentar verificar cualquier conexión. Las posibilidades son escasas: la madre de Leshi pasó su vida en Wyoming y Colorado como ama de casa y ama de llaves. En 1966, sólo habrÃa tenido 13 años.
“Estamos un poco aturdidos porque apareció la foto de mi madreâ€, dijo Leshi Hernández. “¿Cómo terminó vinculada a todo esto y de dónde sacaron esa foto?â€
En una página de obituario en lÃnea para un Lupe G. Hernández, quien falleció en 2007, alguien dejó un comentario el año pasado que dice: “[Gracias] por el desinfectante para manos. ¡Ayuda a mucha gente a estar libre de gérmenes!â€.
Mientras tanto, los Lupe Hernández de Bakersfield y sus familiares se están tomando con calma la manera en que les ha caido la celebridad.
Lupe Hernández Turner, una enfermera de 62 años de Bakersfield, dijo que recibió un puñado de llamadas de reporteros en las últimas semanas que le preguntaron si habÃa inventado un desinfectante para manos.
Incluso una de sus amigas le envió un mensaje.
“Dijo: ‘Oye, ¿eres tú?’â€, relató Hernández Turner. “Pensé: ‘No, es la primera vez que lo escucho’â€.
Aunque es enfermera, Hernández Turner habrÃa tenido sólo 8 años en 1966. Se convirtió en enfermera en 1979 y en ese entonces usaba su nombre de casada Lupe Turner.
“Hey, ¿quién sabe?†bromeó ella. “¡PodrÃa haber sido una niña prodigio!â€
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