CientÃficos mexicanos descifran la secuencia genómica del aguacate
México — CientÃficos mexicanos descifraron la secuencia genómica del aguacate y a partir de este resultado será posible obtener mejores variantes del fruto y árboles más resistentes al ataque de patógenos, informó este martes el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Mediante un comunicado, el Cinvestav recordó que, en la actualidad, el aguacate Hass es la variedad de este fruto más comercializada a nivel mundial, con un mercado de miles de millones de dólares anuales y sus caracterÃsticas como una pulpa con cáscara duras permiten un mejor manejo y almacenamiento del producto, lo que ha hecho de esta variedad la preferida en el mundo.
Sin embargo, este tipo de aguacate “no ha tenido ningún mejoramiento en los últimos 40 años†debido a que cuenta con un ciclo de vida largo, “lo que representa una cuestión atÃpica en agriculturaâ€, ya que muchos cultivos se modifican incluso por cuestiones de protección de plagas.
Por ello, la investigación publicada este 6 de agosto en la revista cientÃfica Proceeding of the National Academy of Sciences (PNAS) sobre el desciframiento del genoma del aguacate cobra mayor relevancia no solo para México, sino para los más de 10 principales paÃses productores a nivel mundial.
La institución señaló que a partir de esta investigación, encabezada por la Unidad de Genómica Avanzada (UGA) del Cinvestav, es posible adentrarse al estudio de la evolución del fruto y de las plantas en general.
Una de las oportunidades que abren estos resultados “es la generación de una plataforma tecnológica de mejoramiento de este cultivo, en particular la resistencia del árbol al ataque por patógenos y de la calidad del frutoâ€, a fin de mantener la competitividad de México como su principal exportador, indicó.
El principal autor de la investigación, el mexicano Luis Herrera Estrella, comentó que en un principio se planteó secuenciar solo el genoma de una variedad mexicana de aguacate (P. americana var. drymifolia), pero finalmente lograron secuenciar otros tipos, como el gautemalteco (P. americana var. guatemaliensis), el antillano y el Hass.
De hecho, a partir de la investigación se pudo comprobar que la variedad Hass tiene un componente genético de alrededor de 39 % del guatemalteco y el resto de la variedad mexicana.
“Todos los aguacates tienen el mismo genoma, solo que existen alelos o versiones de genes distintos en cada uno de ellos, lo que permite diferenciarlos, haciendo a algunos más resistentes a una enfermedad o capaces de producir aceites de mayor calidad, entre otras caracterÃsticasâ€, dijo Herrera Estrella.
“Esa información nos permitirá a futuro hacer selección o manipulación del genoma del aguacateâ€, añadió el investigador.
Señaló que a partir de los resultados de la elucidación del genoma del aguacate será posible realizar cruzas y acelerar un procedimiento de mejoramiento genético del fruto.
“Nos va a permitir realizar estudios de asociación con el genoma, con la intención de identificar caracterÃsticas que en el mediano plazo permita tener árboles de aguacate más pequeños con alta productividad o frutos de un tamaño mediano estándar, además de que presenten cierta cantidad de ácidos grasos y de mejor saborâ€, abundó.
Herrera Estrella dijo la importancia de esta investigación no son los resultados publicados sino los alcances que pude tener su aplicación para los productores de este cultivo, ya que es uno de los productos estratégicos del campo mexicano.
“Es necesario lanzar una estrategia de mejoramiento genético del aguacate que involucre un esfuerzo multidisciplinario e interinstitucional. Emplear estas herramientas dependerá de una decisión polÃtica de México, porque este conocimiento ahora estará disponible para todos y de no aprovecharlo, otros paÃses lo harán, con el riesgo de que el paÃs pierda la oportunidad de mantenerse como principal exportador de un producto endémicoâ€, precisó.
En total, esta investigación contó con la participación de 17 instituciones de cuatro continentes, y fueron más de ocho años de trabajo de investigación.