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Consejo de Seguridad discute sobre Sudán, pero no se pronuncia oficialmente

EFE

Los países del Consejo de Seguridad de la ONU discutieron este martes de urgencia los últimos acontecimientos en Sudán, pero no lograron ponerse de acuerdo para emitir un mensaje oficial sobre la crisis.

A puerta cerrada, el Consejo de Seguridad analizó la situación en el país africano un día después de que el Ejército desmantelase por la fuerza la acampada opositora que desafiaba su poder, una operación que dejó al menos 35 muertos.

Los militares, que controlan el poder tras el derrocamiento del presidente Omar al Bashir, anunciaron este martes la convocatoria de elecciones anticipadas que se celebrarán en un plazo máximo de nueve meses.

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En una larga reunión, los 15 países del Consejo de Seguridad no fueron capaces de pactar un comunicado de consenso, según fuentes diplomáticas principalmente por la oposición de China al lenguaje que planteaban otras delegaciones.

Ante esa situación, los miembros europeos hicieron una declaración conjunta en la que condenaron los “violentos ataques” del Ejército contra civiles y en la que advirtieron que esas acciones ponen en peligro el proceso de transición.

“Urgimos a los servicios de seguridad sudaneses a cesar todos los actos de violencia, respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales y asegurar la seguridad de todos los ciudadanos”, señalaron Francia, el Reino Unido, Alemania, Bélgica y Polonia.

Al documento también se sumaron Italia, Países Bajos y Suecia, miembros recientes del Consejo de Seguridad.

Los europeos también expresaron su preocupación por la decisión de la Junta Militar de cesar las negociaciones para el traspaso de poder a una autoridad civil y convocar elecciones.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ya había condenado el lunes el “uso excesivo de la fuerza” en el desalojo de la acampada y había exigido una investigación independiente de las muertes.

La acampada estaba instalada frente al cuartel general del Ejército desde el 6 de abril, cinco días antes del derrocamiento de Al Bashir, y se mantenía para presionar a los militares a que entreguen el poder a los civiles.

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