Exalguacil de Los Ángeles es sentenciado a tres años de cárcel por corrupción
- Share via
Los Ángeles — El exalguacil de Los Ángeles Lee Baca fue sentenciado hoy a tres años de prisión y un año de libertad supervisada por corrupción, obstrucción a la justicia y falso testimonio.
Nathan Hochman, abogado defensor de Baca, apelará la sentencia, que llega después de que fuera hallado culpable de los citados delitos el pasado 15 de marzo.
Hochman argumentó que, debido al deteriorado estado de salud mental del exjefe policial, Baca debería pagar su sentencia en detención domiciliaria.
El juez Percy Anderson aceptó la recomendación de los fiscales federales de reducir la condena del ex jefe del Departamento de Alguacil de Los Angeles (LASD) debido a su condición médica en unos cargos que podrían haber acarreado una sentencia de hasta 20 años.
La defensa había utilizado el estado de salud del exalguacil para lograr un acuerdo al considerar que Baca sufre de Alzheimer desde hace al menos seis años, período en el que habría dado declaraciones falsas al FBI en una investigación por abuso.
El exoficial, que cumple 75 años este mes, ofreció declararse culpable de mentir a las autoridades federales y pasar seis meses en prisión. No obstante, Anderson no aceptó la propuesta y lo mandó a juicio.
Las investigaciones contra el LASD comenzaron tras las denuncias de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) por la agresión a un reo que se encontraba esposado y atado con una cadena en la cintura. Los oficiales implicados redactaron un reporte falso y agregaron cargos sobre el detenido.
La investigación del FBI derivó en cargos federales a 21 miembros y antiguos agentes del LASD. Baca es el décimo de los acusados que es sentenciado, después de que el subjefe Paul Tanaka fuese condenado a cinco años de prisión por este caso el año pasado.
Baca tomó las riendas del departamento en 1998 y ganó varias veces la reelección hasta que enfrentó la investigación que hoy lo tiene a puertas de la cárcel.
El LASD es la mayor agencia policial del país, con más de diez mil agentes en sus filas y maneja el sistema de cárceles más grandes de EE.UU.