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Es probable que el condado de Los Ángeles elimine el mandato de uso de cubrebocas para interiores el viernes

Un cliente hace compra en el Grand Central Market
Clientes utilizando cubrebocas piden comida dentro del Grand Central Market en el centro de Los Ángeles.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Es probable que el condado de Los Ángeles cancele su mandato universal de uso de cubrebocas para interiores el viernes, una aceleración significativa de la línea de tiempo esperada luego de los cambios en la guía federal para uso de mascarillas sanitarias.

Si bien nada es inamovible, los cambios potenciales alinearían las reglas de uso de cubrebocas del condado de Los Ángeles con las reveladas el lunes por el Departamento de Salud Pública de California, lo que significa que sería muy recomendable, pero no obligatorio, que tanto los residentes vacunados como los no vacunados usen cubierta facial en lugares públicos interiores.

“Como hemos enfatizado a lo largo de la pandemia, el uso de los cubrebocas es una de las cosas más fáciles que podemos hacer para prevenir la transmisión de COVID-19 y brindar una fuerte protección a la persona que las utiliza, así como a los individuos que le rodean”, señaló la directora de Salud Pública del condado, Bárbara Ferrer, a la Junta de Supervisores el martes.

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Ferrer también anunció planes para relajar algunas de las reglas de verificación de vacunas en el condado de Los Ángeles. Ella detalló que ya no se requerirán reglas de inoculación o prueba en los megaeventos al aire libre, como los que se realizan en el SoFi Stadium, Dodger Stadium, en Los Angeles Memorial Coliseum y el Hollywood Bowl. Asimismo, ya no se requerirá la verificación de vacunación en los interiores de los bares, salones, antros, destilerías, bodegas y cervecerías.

Pero la relajación en la orden de verificación de antígenos del condado de Los Ángeles no se aplicará a las ciudades con sus propios requisitos de verificación de vacunas. Las ciudades de Los Ángeles y West Hollywood tienen sus propias reglas que requieren que los restaurantes, bares, gimnasios y otros negocios verifiquen la prueba de inoculación antes de permitir que los clientes ingresen a las áreas interiores.

Aún se requerirá la verificación de vacunas o una prueba negativa reciente en megaeventos bajo techo, por un mandato del estado. También se requiere un comprobante de inoculación para los trabajadores de la salud y los empleados de los hogares de adultos mayores.

El nuevo enfoque del condado se produce días después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) anunciaran que cambiarían a un sistema de clasificación del condado que tiene en cuenta tanto los casos de coronavirus como el impacto de COVID-19 en los hospitales. Como parte de ese cambio, la cantidad de áreas en las que la agencia aún recomendaba el uso universal de mascarilla en interiores se redujo drásticamente, de gran parte del país a alrededor del 37% de los condados de EE.UU donde vive aproximadamente el 28% de los estadounidenses.

Cuando se publicó la semana pasada la edición inicial de los “Niveles comunitarios de COVID-19” de los CDC, el condado de Los Ángeles cayó en la categoría “alta”, en la que se recomienda el uso de cubrebocas para todos en lugares públicos cerrados.

Sin embargo, los datos federales publicados desde entonces indican que el condado está posicionado para pasar pronto a los niveles “moderado” o “bajo”, en los que ya no se recomendaría el uso de mascarilla. Ferrer agregó que el condado de Los Ángeles anticipa caer al nivel “bajo” cuando los CDC actualicen su categorización de condados por nivel comunitario el jueves.

“Nosotros, junto con la entidad y los CDC, seguimos instando a las personas, independientemente de su estado de vacunación, a que mantengan sus cubrebocas puestos en lugares públicos cerrados hasta que haya menos riesgo para los más vulnerables”, indicó Ferrer.

El cambio significativo en el pensamiento federal alteró el cronograma del condado de Los Ángeles para relajar su propio mandato de uso de mascarilla en interiores, que anteriormente estaba vinculado al antiguo marco de los CDC que clasificaba a los condados en cuatro niveles según sus tasas de casos de coronavirus y positividad de las pruebas.

Según ese plan, los CDC recomendaron el uso de cubrebocas universal en interiores en público, a menos que un condado estuviera en el nivel “moderado” o “bajo” de transmisión comunitaria. En un condado del tamaño de Los Ángeles, eso habría significado registrar menos de 730 nuevos casos de coronavirus por día durante un período semanal.

Si bien los funcionarios de salud del condado de Los Ángeles expresaron su confianza en que la región estaría en condiciones de aliviar los requisitos de uso de mascarilla en interiores para las personas vacunadas a mediados o fines de marzo, y la mayoría de los supervisores respaldaron al Departamento de Salud, la demora generó críticas de algunos residentes y otros funcionarios electos, quienes dijeron que el condado debería alinear más rápido sus reglas con estándares estatales más permisivos.

“Creo que es una buena noticia para muchos residentes de nuestro condado, y pienso que hará que nuestras políticas sean menos confusas y más fáciles de seguir”, comentó la supervisora Janice Hahn sobre el nuevo enfoque de uso de cubrebocas.

Sin embargo, Ferrer y los supervisores señalaron que la nueva guía del condado no significa que sea hora de que todos se deshagan de sus cubiertas faciales.

“Creo que es importante que tengamos en cuenta que seguir adelante no significa que los cubrebocas sean irrelevantes”, enfatizó la supervisora Kathryn Barger. “Significa que es tu elección”.

El mandato universal de uso de mascarilla en interiores del condado de Los Ángeles ha estado vigente desde julio, cuando los funcionarios lo reinstituyeron durante los primeros días del aumento impulsado por la variante Delta altamente contagiosa.

California, que celebró su reapertura económica un mes antes que el condado de Los Ángeles, no implementó una regla estatal similar hasta diciembre, luego de la llegada de la variante Ómicron, aún más transmisible.

Cuando la regla estatal expiró a mediados de febrero, lo que permitió que las personas vacunadas contra el COVID-19 dejaran de utilizar cubrebocas nuevamente en muchos entornos interiores, el condado de Los Ángeles fue una de las pocas jurisdicciones que no siguieron su ejemplo de inmediato.

En las semanas posteriores, el condado más poblado del país se ha vuelto aún más atípico. La mayoría de los lugares que inicialmente mantuvieron los mandatos locales, incluido el condado de Santa Clara y las ciudades de Palm Springs, Long Beach y Pasadena, han alineado sus reglas con el estado o han indicado que lo harán próximamente.

“Estamos muy animados por el progreso que hemos logrado. Tenemos mucha menos propagación de COVID en nuestra comunidad en comparación con hace dos semanas o incluso hace una semana”, dijo la Dra. Sara Cody, oficial de Salud y directora de Salud Pública del condado de Santa Clara, donde ya no se requerirá el uso de cubrebocas en interiores a partir del miércoles. “Si bien ya no se requerirá el uso de mascarillas sanitarias en interiores en espacios públicos, todavía tiene sentido hacerlo. Usar una cubierta facial es parte de trabajar juntos para proteger a los demás, especialmente a los más vulnerables entre nosotros”.

Pero el condado de Los Ángeles ha cambiado significativamente su orientación sobre el uso de mascarilla en las últimas semanas. A mediados de febrero, el condado eliminó sus requisitos de uso de cubrebocas para las áreas al aire libre en las escuelas K-12 y las guarderías, así como las áreas exteriores de los megaeventos. Y a partir de la semana pasada, los funcionarios de salud del condado comenzaron a permitir que las personas completamente vacunadas se quitaran las cubiertas faciales en el interior de los establecimientos que controlan el estado de vacunación de los visitantes y clientes.

El cambio rápido en las reglas de uso de mascarillas sanitarias se produce cuando California emerge constantemente del aumento de Ómicron, una de las fases más devastadoras de la pandemia.

El estado ha informado un promedio de poco menos de 6.600 nuevos casos de coronavirus por día durante la última semana, según datos compilados por el Times. Eso es un 68% menos en las últimas dos semanas. Las hospitalizaciones de personas positivas al coronavirus también están disminuyendo en todo el estado. El lunes, 4.129 de estos pacientes fueron hospitalizados en la entidad, incluidos 927 en el condado de Los Ángeles, un 73% y un 81% menos, respectivamente, desde los puntos más altos registrados durante los peores días de la ola Ómicron.

Pero incluso cuando la ola retrocede, California sigue pagando un alto precio. Durante la última semana, un promedio de 170 californianos ha muerto por COVID-19 diariamente, elevando el número acumulado de decesos por encima de 84.700.

Más de 30.400 angelinos han muerto por COVID-19 durante la pandemia.

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