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Es probable que muchos californianos se contagien por la variante Ómicron. ¿Qué tan mal se pondrán las cosas?

Pedestrians make their way in the rain along Pacific Coast Highway in Hermosa Beach.
Peatones en Pacific Coast Highway, en Hermosa Beach.
(Mel Melcon/Los Angeles Times)

La variante ómicron del coronavirus ahora se está propagando rápidamente por California, lo que ha provocado un gran aumento de la cifra de contagios en todo el estado.

Al menos tres sistemas de salud de California han informado que ómicron parece representar entre el 50% y el 70% de los casos nuevos de infectados con COVID-19, detallaron el jueves funcionarios estatales, mientras que los datos clínicos y de aguas residuales sugieren que esta cepa actualmente se está diseminando en la mayor parte del estado.

Sin embargo, queda por ver el alcance completo de esta última ola.

Se espera que los casos crezcan, quizá a niveles sin precedentes. Es probable que algunos hospitales se vean afectados otra vez por una nueva afluencia de pacientes con COVID-19.

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Pero por ahora, los funcionarios comentan que pueden lidiar con el aumento de infecciones, implementando las prácticas de seguridad de sentido común y promoviendo las vacunas, así como las dosis de refuerzo, en lugar de recurrir a nuevas órdenes de confinamiento.

El condado de Los Ángeles dio un panorama de lo que podría suceder. Un día después de reportar 6.509 nuevos casos de coronavirus, que fue más del doble de la cifra de la jornada anterior, los funcionarios de salud locales informaron un total de contagios incluso mayor el jueves: 8.633.

“Estos números dejan en claro que nos dirigimos a una época muy desafiante durante las festividades”, señaló la directora de Salud Pública del condado, Barbara Ferrer. “Si nuestros números de casos continúan aumentando a un ritmo rápido durante esta semana y la próxima, podríamos estar viendo cifras de contagios que nunca habíamos observado”.

¿Cómo serán las próximas semanas?

Como ómicron todavía es relativamente nuevo (su presencia se confirmó por primera vez en California hace solo tres semanas), hay muchas preguntas sin respuesta sobre cuál será su impacto.

Sin embargo, una cosa que parece segura es que la variante puede extenderse rápidamente. Ómicron ya constituye el 73% de los casos de coronavirus del país, frente al 13% de la semana anterior, según cálculos federales.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) explican que los pronósticos iniciales sugieren que se podría alcanzar un gran aumento de infecciones a principios de enero y que “el número máximo diario de nuevos contagios podría superar los auges anteriores”.

“Este rápido crecimiento en la proporción de ómicron que circula por el país es similar a lo que hemos visto en todo el mundo”, señaló la directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, durante una sesión informativa. “Aunque éste es un recordatorio de [la] amenaza continua de las variantes de COVID-19, este incremento en la escala de la cepa es lo que anticipamos y para lo que nos hemos estado preparando”.

El doctor Anthony Fauci, asesor médico en jefe del presidente Biden, mencionó en una entrevista en ABC que, durante esta ola, casi todos “se van a contagiar, especialmente los que no están vacunados”.

“Y las personas inoculadas, en particular las personas con refuerzos, estarán protegidas de la infección o, si se contagian, tendrán un curso de contagio relativamente leve”, señaló Fauci, quien esperaba un auge de casos de ómicron pronto, en cuestión de semanas, seguido de “un descenso igual de dramático”.

En varias entrevistas televisivas, Fauci ha dicho que la familia y los amigos pueden esperar reuniones navideñas relativamente seguras y agradables, sin cubrebocas, si todos los mayores de 5 años están vacunados y han recibido una dosis de refuerzo si son elegibles. También sugirió que los asistentes se hagan la prueba antes de juntarse.

“Si las pruebas están disponibles, por supuesto, haga un paso adicional, haga un esfuerzo extra para obtenerlas, lo que recomendamos solo para obtener ese colchón adicional de alivio de la preocupación”, indicó Fauci a NBC.

Pero, agregó, “si no tiene la disponibilidad de la prueba y está completamente vacunado, así como reforzado, debe sentirse cómodo teniendo una comida navideña o reuniéndose con miembros de la familia que también están inoculados y reforzados”.

Una cosa parece clara: Ómicron se volverá dominante y muchas personas se contagiarán.

Un pronóstico de COVID-19 altamente prestigioso proyecta que el aumento de la variante puede resultar en hasta 400.000 nuevos casos de coronavirus por día en todo el país, significativamente más alto que el récord del invierno pasado de 250.000 contagios diarios.

El Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington vislumbra que el aumento de ómicron continuará acelerándose durante diciembre y enero, posiblemente alcanzando su punto máximo a finales del próximo mes o principios de febrero. A pesar del incremento de casos, las predicciones indican que habrá menos muertes diarias que durante el devastador auge del invierno pasado.

El instituto también predice que las muertes por COVID-19 en un solo día podrían subir hasta 2.000 a nivel nacional a principios de febrero, aproximadamente el mismo número reportado durante el aumento de la variante Delta, pero menos que las casi 3.500 defunciones diarias durante el pico del invierno 2021.

Para California, se proyectan hasta 150 muertes por COVID-19 al día para fines de febrero, una tasa similar durante el auge del incremento de Delta del verano. Aun así, eso es mucho menor que el aumento repentino del invierno pasado, cuando el estado registraba 550 muertes por día.

¿Qué están haciendo los funcionarios de California?

Siete planteles de la UC han retrasado el regreso en persona a las instalaciones, y todos los campus de la UC y Cal State requerirán dosis de refuerzo para los estudiantes elegibles. El estado también ha anunciado que se requerirá que los trabajadores de la salud reciban refuerzos de la vacuna contra COVID-19, con la esperanza de proteger tanto a la comunidad médica como a las poblaciones vulnerables a las que sirven.

Algunas ciudades están tomando sus propias medidas preventivas. Esta semana, Oakland se movilizó para unirse a Los Ángeles, San Francisco, West Hollywood y Berkeley para exigir un comprobante de vacunación para ingresar a restaurantes y gimnasios en interiores. Y en San José, el alcalde ha dicho que quiere pedir que todos los empleados de la ciudad reciban dosis de refuerzo como condición de empleo y que cualquier persona que entre a las instalaciones de propiedad de la ciudad haga lo mismo.

California también se está preparando para proporcionar pruebas rápidas para los estudiantes de las escuelas públicas K-12 y ampliar las horas de servicio en los congestionados sitios de análisis.

“Después de que nuestros hijos hayan disfrutado de las festividades, queremos asegurarnos de que regresen en tan buena forma como se fueron, lo que significa que queremos certificar de que estamos examinándolos y preparándolos para regresar”, comentó el gobernador Gavin Newsom.

Newsom enfatizó el compromiso estatal de mantener las escuelas abiertas para la enseñanza presencial, que ha reiterado en una declaración conjunta que su oficina emitió el miércoles por la mañana junto con organizaciones relacionadas con la educación, incluida la Asociación de Padres y Maestros del Estado de California, la Asociación de Docentes de California, SEIU California, la Asociación de Escuelas Autónomas del Estado y la Asociación de Juntas Escolares de California.

¿Quién está más en riesgo?

Los expertos subrayan que estar vacunado y haber recibido un refuerzo continúa brindando una fuerte protección, especialmente cuando se trata de enfermedades graves.

El gran miedo es para los no inoculados.

Las personas no vacunadas corren el mayor riesgo de contraer una enfermedad grave a causa de cualquier infección por coronavirus. El primer caso de ómicron aparentemente confirmado públicamente en Estados Unidos que resultó en una muerte se registró en el condado de Harris, Texas: Un hombre de unos 50 años que no estaba inoculado que había sobrevivido previamente a un contagio de COVID-19 y tenía condiciones de salud subyacentes que lo colocaban en un nivel más alto de riesgo de sufrir complicaciones graves.

“Debido a ómicron, esperamos un aumento significativo en los casos”, señaló Jeff Zients, coordinador del grupo de trabajo para el COVID-19 de Biden. “Las personas totalmente vacunadas, en particular las que reciben un refuerzo, están muy protegidas. Pero debido a la naturaleza altamente transmisible de la variante, veremos que las personas completamente inoculadas contraerán COVID. Es probable que estén asintomáticos o se sientan mal por algunos días. Seamos claros: Las personas no inoculadas corren un mayor riesgo de enfermarse gravemente por coronavirus, ser hospitalizadas y morir”.

Los CDC advirtieron que los hospitales podrían sufrir aún más la carga de muchos trabajadores de la salud obligados a aislarse debido a sus propios contagios por coronavirus, así como a enfermedades por otras causas, como la influenza.

En el condado de Los Ángeles, el 68% de los residentes de todas las edades están completamente inoculados, según datos compilados por The Times. En San Francisco, esa cifra es del 81%.

El Área de la Bahía de San Francisco tiene algunas de las tasas de vacunación más altas del estado, y los funcionarios creen que eso podría ayudar a reducir la velocidad de ómicron. Pero los expertos siguen estando especialmente nerviosos por los lugares con bajas tasas de inoculación, como Inland Empire y el Valle de San Joaquín.

Una posibilidad es que el Área de la Bahía experimente un aumento relativamente pequeño en las hospitalizaciones; el condado de Los Ángeles, un ascenso medio, y el Valle Central, el incremento más alto, explicó el doctor Peter Chin-Hong, experto en enfermedades infecciosas de UC San Francisco.

Ese patrón sería similar al aumento repentino de Delta de este año, donde la tasa máxima de hospitalización en el verano del Valle de San Joaquín fue dos veces peor que la del sur de California y casi tres veces peor que en el Área de la Bahía. Los hospitales del Valle de San Joaquín se han visto abrumados desde que comenzó la oleada de delta; los nosocomios del Área de la Bahía no han hecho sonar alarmas similares.

¿Cómo deberíamos observar los números?

El consenso parece ser que los casos seguirán aumentando, tal vez de forma espectacular.

En los próximos días, las hospitalizaciones por COVID-19 serán una forma más relevante de determinar las acciones que las autoridades locales deben tomar, detalló Ali Mokdad, profesor de ciencias en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud.

Esto se debe a que, si bien ómicron se está propagando rápidamente, también habrá un porcentaje relativamente alto de personas infectadas con la variante que permanecerán asintomáticas y un porcentaje menor de individuos recién contagiados que requerirán hospitalización.

En California, un escenario esperanzador sería si la gravedad de la enfermedad de ómicron es la mitad de la provocada por delta y el estado puede duplicar la aplicación de dosis de refuerzo, aumentar su tasa de vacunación al 80% y reducir la cantidad de contactos cercanos de los residentes durante el próximo mes. Eso daría como resultado un auge invernal en todo el estado de 10.000 pacientes con COVID-19 a fines de enero, aproximadamente la mitad del incremento del invierno pasado y un 20% peor que la ola de delta del verano.

“Aunque 10.000 hospitalizaciones en todo el estado son mucho más de lo que quisiéramos ver, es más manejable que las alternativas”, indicó Ferrer. “Siendo realistas, para evitar el peor de los escenarios, tenemos que trabajar ahora mismo para aumentar las vacunaciones y la aplicación de refuerzos”.

Hasta el miércoles, 3.622 pacientes positivos de COVID-19 fueron hospitalizados en todo el estado. Eso es un 6.5% más que hace dos semanas.

¿Ómicron causa un COVID-19 menos severo que delta?

Hay algunos indicios de optimismo entre los primeros datos de Inglaterra, Escocia, Dinamarca y Sudáfrica, que sugirieron que una infección por ómicron resultó en una reducción del 40% al 70% en la necesidad de hospitalización en comparación con la variante delta.

Tampoco hay evidencia de que las personas inoculadas y que han recibido una inyección de refuerzo estén gravemente enfermas con ómicron, a menos que tengan un sistema inmunológico significativamente debilitado.

Eso plantea la posibilidad de que este invierno en Estados Unidos no sea tan mortal como el devastador aumento del año pasado.

“Sin embargo, debemos esperar a ver qué sucede en nuestra propia población, que tiene sus propias consideraciones demográficas”, enfatizó Fauci.

Estados Unidos también tiene otros desafíos, con una tasa de vacunación más baja que Gran Bretaña o Dinamarca. Pero si bien los hospitales de Dinamarca y Sudáfrica no se ven abrumados, el sistema de atención médica “está pasando por un momento difícil en Inglaterra, porque ya estaban trabajando muy duro con delta, algo así como en ciertas partes de nuestro país”, detalló el doctor Eric Topol, director del Scripps Research Translational Institute en La Jolla.

¿Y los hospitales?

La mayor preocupación es que ómicron pueda extenderse tan rápido que algunos nosocomios aún puedan verse abrumados. La naturaleza ultracontagiosa de esta variante significa que un número extraordinariamente alto de personas podría infectarse simultáneamente.

Incluso si un porcentaje menor necesita atención hospitalaria, si hay tantas personas que se contagian repentinamente, eso podría resultar en sistemas hospitalarios tensos y, en algunas áreas, abrumarlos, especialmente en áreas con bajas tasas de inoculación.

“Si tiene un número mucho mayor de casos individuales, el hecho de que tenga tantos podría soslayar el efecto de que sea menos severo”, señaló Fauci.

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