Columna: No acuse a los políticos por los precios de la gasolina en California; la culpa la tiene el COVID
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SACRAMENTO — ¿A quién podemos culpar por los precios récord de la gasolina? A nadie en particular; el principal culpable es el COVID-19.
Me encantaría responsabilizar a algunos políticos, como al gobernador Gavin Newsom. Después de todo, parece culpable.
El precio de prácticamente cualquier producto se basa en el principio de oferta y demanda. Y Newsom ha declarado la guerra total a la producción de petróleo en California mientras lidera la lucha del estado contra el calentamiento global.
El gobernador declaró que no se venderán autos nuevos de combustión de gasolina en California a partir de 2035 y que toda la producción de petróleo terminará en el estado para 2045. Ya se habrá ido de Sacramento para entonces, pero aún así esto les dice a los productores de petróleo que cualquier nueva inversión en California es como tirar dinero a un pozo abandonado.
El gobernador también tomó medidas para prohibir nuevas perforaciones de petróleo a menos de 3.200 pies de distancia de los hogares, escuelas e instalaciones de atención médica, y exigir el control de las emisiones de los pozos existentes dentro de esas zonas protegidas.
Pero nada de eso tiene mucho que ver con el aumento vertiginoso de los precios de la gasolina, que se acercan a los $5 por galón.
Un economista de energía de UC Berkeley, Severin Borenstein, señala que la producción de petróleo de California es prácticamente irrelevante para el precio global del crudo. “La producción de más petróleo en el estado tendría un efecto insignificante en los precios de la gasolina”, afirma. Estos están determinados por “la oferta y la demanda mundiales”.
Los precios impactantes del combustible fueron básicamente establecidos por el COVID-19. Millones de californianos, y personas de todo el mundo, quedaron encerrados y estacionaron sus autos cuando se produjo la pandemia. La demanda, entonces, se redujo drásticamente y las compañías petroleras dejaron de producir.
Luego llegaron las vacunas. Los políticos cedieron ante la presión pública y desbloquearon la vida de las personas. Los conductores enloquecidos saltaron de nuevo a sus autos y se lanzaron a las carreteras. La demanda de combustible aumentó. Pero los suministros eran escasos. Las compañías petroleras no pudieron, o no quisieron, seguir el ritmo de la demanda. Y los precios se aceleraron al alza. “Cuando se apaga la producción, reiniciar no es tan simple como volver a encender un interruptor”, asegura Nick Vyas, director ejecutivo del Global Supply Chain Management Institute de la USC Marshall School of Business. “Y no es solo la producción. Existe una larga cadena de suministro que tarda unos meses como mínimo en volver a arrancar. El alto costo de la gasolina es principalmente el resultado de la interrupción durante la pandemia”, remarcó.
No obstante, los precios de la gasolina en California siempre han estado entre los más altos del país, y ahora están en lo más alto: alrededor de $1.25 por galón por encima del promedio nacional, según la Asociación Estadounidense de Automóviles. ¿Por qué los precios son tan altos aquí?
Comencemos por los impuestos al combustible más altos del país. Los votantes pueden agradecérselo a sí mismos. Los políticos, principalmente demócratas, propusieron los altos impuestos estatales, pero los votantes los aprobaron. Es por una buena causa: principalmente la construcción de carreteras.
Por cada galón de gasolina, los automovilistas pagan casi 67 centavos en impuestos estatales y locales. Además, hay un impuesto federal de 18.4 centavos, lo cual eleva la cuenta total del gobierno a 85.4 centavos.
Eso es 29 centavos más alto que los impuestos de otros estados en promedio, según la Comisión de Energía de California, que también estima que las petroleras traspasan a los consumidores un costo de 23 centavos por galón por participar en el programa estatal de derechos de emisión y lucha contra el clima, que implica la compra de permisos para emitir gases de efecto invernadero.
De manera similar, los automovilistas absorben alrededor de 18 centavos por el costo de las empresas de cumplir con los estándares estatales de combustibles bajos en carbono. Y se agregan 15 centavos para las mezclas especiales anti-smog de California. Eso permite a los californianos del sur ver las montañas en verano.
El crudo en sí cuesta un poco más de $2. Refinarlo en gasolina cuesta $1 adicional, o más. La distribución ronda los 40 centavos. E invariablemente hay precios exagerados, especialmente durante las vacaciones.
“Los minoristas en California cobran más que los de otros estados”, señala la portavoz de la Comisión de Energía, Lindsay Buckley. “Es un mercado libre”.
Se espera que más de seis millones de automovilistas salgan a las carreteras estatales para el Día de Acción de Gracias, según el Automobile Club of Southern California. “Parece que será un Día de Acción de Gracias muy ajetreado”, remarcó el portavoz del club, Doug Shupe. “Mucha gente quiere volver a conectarse con sus seres queridos. Por lo general, después del Día del Trabajo vemos que los precios de la gasolina comienzan a bajar. Pero este año también hay muchos viajes durante los meses de otoño, para visitar a amigos y familiares”. Es decir, probablemente los precios de la gasolina se mantendrán altos al menos durante las vacaciones de Navidad y Año Nuevo, creen los expertos.
La industria petrolera culpa a la regulación estatal excesiva, una queja comercial común de California, por los altos costos de producción que se transfieren a los automovilistas. “No nos oponemos al uso de energía renovable, pero esa transición debe estar bien planificada”, remarca Kevin Slagle, portavoz de Western States Petroleum Association. “No vemos mucha planificación en este momento. Nuestro futuro energético parece un poco imprudente y caro. Y va a perjudicar a la gente”.
La producción de petróleo de California disminuyó constantemente desde que alcanzó un máximo de 423 millones de barriles en 1985. En 2020 se produjeron 148 millones de barriles de crudo, según CalGEM, la división estatal de regulación del petróleo.
¿Por qué el declive? Una de las principales razones es que después de más de un siglo de bombeo, muchos pozos se secaron por aspiración. “Solo se puede exprimir hasta cierto punto”, comenta Uduak-Joe Ntuk, supervisor estatal de producción de petróleo y gas. “Y no ha habido nuevos descubrimientos desde la década de 1960”.
Aproximadamente el 70% del petróleo de California se produce en el condado de Kern. El estado genera el 30% del petróleo que utiliza, e importa el resto, principalmente desde Alaska.
Hemos caído al séptimo estado productor de petróleo, muy por debajo del número uno de Texas. Pero eso tiene poco o nada que ver con el precio de la gasolina.
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