Un científico, cuyos adelantos clave se hicieron en California, gana el Premio Nobel de Química

SAN DIEGO, California — El Premio Nobel de Química fue concedido a un par de investigadores que inventaron una forma mejor y más ecológica de crear moléculas para combatir enfermedades y almacenar energía, un trabajo innovador realizado en gran medida en las mecas científicas de San Diego y Berkeley.

Benjamin List, antiguo investigador postdoctoral y profesor de Scripps Research en La Jolla, y David MacMillan, antiguo investigador de UC Berkeley, compartirán el premio de 1.14 millones de dólares por crear lo que el comité del Nobel calificó de herramienta “ingeniosa” que también beneficiará a otras industrias además de la medicina y la energía.

El avance “es tan sencillo como brillante”. Lo cierto es que mucha gente se ha preguntado por qué no se nos ocurrió antes”, añadió el comité del Nobel en un comunicado.

List es actualmente investigador en el Max-Planck-Institut für Kohlenforschung de Alemania y MacMillan está en Princeton.

La noticia llega dos días después de que Ardem Patapoutian, neurocientífico del Scripps Research, compartiera el Nobel de fisiología o medicina por sus conocimientos sobre los receptores celulares que pueden afectar profundamente a la salud humana.

El nuevo premio subraya el enorme papel de California en la ciencia.

En los últimos 35 años, el Nobel de Química ha recaído en 23 científicos que tenían su sede en California o que habían realizado allí sus trabajos más importantes. Entre los ganadores se encuentra el difunto Roger Tsien, de la Universidad de California en San Diego.

El premio del miércoles también pone de relieve la elevada posición de Scripps en la ciencia. El instituto biomédico privado ha sido sede de numerosos premios Nobel. Y en 2017, la revista Nature clasificó a Scripps como la institución más innovadora de su tipo en el mundo.

List, de Alemania, y MacMillan, nacido en Escocia, fueron galardonados por mejorar uno de los procesos más difíciles y delicados de la química: la construcción de moléculas.

Para conseguirlo, los investigadores tienen que unir moléculas infinitesimales en un orden específico. Para ello es necesario utilizar un catalizador, una sustancia que hace que el proceso sea más rápido y eficaz mediante una reacción química. Y hay que hacerlo sin que el catalizador forme parte del producto final.

Hasta que List y MacMillan hicieron su descubrimiento, solo había dos tipos de catalizadores, los metales y las enzimas.

El Comité Nobel afirma que los investigadores crearon un tercer tipo de catalizador —conocido como organocatálisis asimétrica— compuesto por pequeñas moléculas orgánicas que hace que el proceso sea más limpio, barato, rápido y preciso. Los científicos construyeron efectivamente una herramienta mejor.

“Muchas áreas de investigación e industrias dependen de la capacidad de los químicos para construir moléculas que puedan formar materiales elásticos y duraderos, almacenar energía en baterías o inhibir la progresión de enfermedades”, dijo el Comité Nobel el miércoles.

Alrededor del 35 por ciento del producto interior bruto mundial puede atribuirse a la catálisis en química, añadió el comité.

El comité también dijo que el proceso puede crear moléculas capaces de capturar la luz en células solares, lo que tiene grandes implicaciones para el campo de la energía.

El trabajo ya ha tenido un impacto significativo en la investigación farmacéutica, dijo Goran Hansson, secretario general de la Real Academia Sueca de Ciencias. La herramienta también ha hecho que la química sea más “verde”, dijeron los jueces.

Johan Åqvist, presidente del Comité Nobel de Química, dijo: “Este concepto de catálisis es tan sencillo como ingenioso, y lo cierto es que mucha gente se ha preguntado por qué no se nos ocurrió antes”.

El miércoles, List, de 53 años, declaró a Associated Press que el premio fue una “enorme sorpresa... No me lo esperaba en absoluto”.

Todavía no se ha podido contactar con MacMillan para que haga comentarios.

The Associated Press contribuyó a este informe.