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Los casos de coronavirus se desploman a niveles anteriores al Día de Acción de Gracias. ¿Habrá más reaperturas?

A man receives a COVID-19 vaccine shot.
Un hombre recibe una vacuna contra COVID-19 el martes en un sitio estatal y federal establecido en Cal State Los Ángeles.
(Al Seib / Los Angeles Times)

Las infecciones de coronavirus en California se han desplomado a niveles anteriores al Día de Acción de Gracias, trayendo un renovado optimismo de que una reapertura más amplia de la economía puede estar a la vuelta de la esquina.

Como muestra de la rapidez con que han mejorado las condiciones tras la devastadora oleada invernal, el gobernador Gavin Newsom insinuó que más condados podrían emerger la próxima semana de lo que el estado llama el nivel púrpura, la clasificación más estricta dentro los cuatro escalones de la ruta de reapertura de California para negocios y otros espacios públicos durante la pandemia.

“La buena noticia: partes del estado ya están comenzando a abrirse nuevamente”, comentó el martes. “Los negocios ya están empezando a tomar forma, sin embargo, modificados. Estamos trabajando duro para que nuestros hijos vuelvan a la escuela”.

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Incluso volver al sistema por niveles es en sí mismo una señal de progreso. El coronavirus estaba tan desenfrenado en todo el estado hace un mes, que el marco permaneció fijo en gran parte de California, atendiendo las disposiciones regionales para quedarse en los domicilios.

In recent weeks, L.A. County has had to limit appointments for first doses in order to ensure second shots can be provided to those who are due them.

Todas esas órdenes se suprimieron a fines de enero. Los condados pueden relajar gradualmente las restricciones relacionadas con la pandemia, una vez que los casos de COVID-19 y las tasas de positividad de las pruebas alcancen ciertos puntos de referencia establecidos por el estado.

Tal como está, 52 de los 58 condados de California permanecen en el nivel púrpura, es decir, el más restrictivo, lo que significa que las operaciones en interiores permanecen suspendidas o severamente limitadas en muchas empresas y otras instalaciones públicas.

Tres zonas, Del Norte, Mariposa y Plumas, han progresado al nivel rojo, una categoría menos estricta, y otros tres, Trinity, Sierra y Alpine, han ido un paso más allá, hacia el nivel naranja.

La categoría amarilla, la más indulgente, permanece vacía en este momento.

Esta semana, Plumas se convirtió en el último condado en salir del nivel púrpura, y Newsom señaló el martes que espera que esa tendencia continúe.

“Anticipo un número sustancial la próxima semana y aún más en las siguientes”, comentó durante un evento para marcar la apertura de un nuevo sitio de vacunación contra COVID-19 en Cal State Los Ángeles.

Sin embargo, todo eso depende de si continúan las tendencias actuales. Si bien los funcionarios de salud han aplaudido el progreso colectivo del estado, han continuado advirtiendo que California aún no está fuera de peligro y que se mantiene el cumplimiento de los protocolos de prevención de infecciones, como usar cubrebocas en público y evitar entornos abarrotados, particularmente en interiores.

“Que estos números continúen disminuyendo no son un hecho”, explicó el miércoles la directora de Salud Pública de Los Ángeles, Bárbara Ferrer. “Esto solo se extenderá si todos estamos participando y usamos las herramientas que tenemos al alcance”.

Aunque las tendencias recientes “son significativas y todas son buenas noticias”, Ferrer señaló que los funcionarios de salud pública aún están atentos a cualquier signo de un posible repunte en los casos derivados de reuniones y actividades durante el Super Bowl y los últimos fines de semana festivos. Tal aumento, si ocurre, probablemente comenzaría a materializarse la próxima semana, informó.

Durante la última semana, California informó un promedio de 8.087 nuevos casos de coronavirus por día, un nivel no visto desde mediados de noviembre, según datos compilados por el Times.

Esa media acumulada ha bajado un 53% desde hace dos semanas. La disminución es aún más dramática cuando se consideran los peores picos de la oleada invernal, cuando el estado registraba casi 45.000 contagios al día.

La tasa de positividad también se ha desplomado, cayendo al 3.3% a partir del miércoles. Hace solo unas semanas, ese índice de positividad en todo el estado era casi del 15%.

A medida que disminuyen las nuevas infecciones, también lo hace el número de personas hospitalizadas por COVID-19.

El martes, 8.215 pacientes con coronavirus ingresaron a nosocomios en todo el estado. Ese es el total más bajo desde el 29 de noviembre y ha descendido más del 60% desde el punto más alto del aumento.

La historia es muy parecida en las unidades de cuidados intensivos (UCI) de California, que en ocasiones estaban tan inundadas de pacientes con COVID-19 que algunos funcionarios se preguntaban abiertamente si los suministros y el personal estarían saturados hasta provocar que la atención debiera ser racionada.

Ahora, 2.439 pacientes de COVID-19 están en las UCI de California, una cantidad que no se veía desde principios de diciembre.

Gran parte del mérito de las recientes disminuciones, dicen los funcionarios, recae en los residentes y las empresas que se comprometieron a seguir las pautas de salud pública, lo que incluye evitar reuniones riesgosas con personas con las que no viven, usar cubrebocas adecuadamente cuando están fuera de sus domicilios y, en el caso de las empresas, modificando sus operaciones para mejorar la seguridad.

“Estamos en un lugar muy diferente al que hemos estado debido a su arduo trabajo, todos y cada uno de ustedes haciendo su parte”, señaló Newsom durante una conferencia de prensa el miércoles.

Sin embargo, nada de esto significa que la crisis se haya calmado por completo. A pesar de las fuertes disminuciones, los hospitales siguen atendiendo a más pacientes con coronavirus que en cualquier momento antes del último aumento.

“La situación es mucho mejor hoy que hace un mes”, indicó el martes el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti. “Pero incluso este nivel actual en Los Ángeles es triple o cuádruple de lo que era en nuestro punto más bajo en esta pandemia”.

Y el costo humano del COVID-19, aunque también está en declive, sigue siendo alto. Durante la última semana, un promedio de 357 californianos murió diario por el coronavirus, lo que elevó el número total de decesos por la pandemia a más de 47.500.

Ferrer dijo a principios de esta semana que la magnitud del reciente aumento, para algunos, puede haber sido “una llamada de atención sobre la importancia de tomar realmente en serio la necesidad de protegernos unos a otros y cumplir con las prácticas de salud pública”.

“Nos hemos beneficiado de que todos hicieran su parte para frenar la propagación”, comentó. “Estos casos no se habrían reducido así si siguiéramos viendo, por ejemplo, las acciones que la gente estaba tomando durante las vacaciones de invierno”.

Otra razón del declive en Los Ángeles, indicó, es que una cantidad significativa de residentes ya tienen algún grado de protección contra el coronavirus, ya sea porque han sido vacunados o porque ya han sido infectados.

El condado más poblado del país ha sido durante mucho tiempo el epicentro del brote de coronavirus en California. A pesar de ser el hogar de una cuarta parte de la población de la entidad, Los Ángeles ha representado aproximadamente un tercio de los casos confirmados del estado, con alrededor de 1.17 millones de personas que dieron positivo y cerca del 40% de los decesos documentados por COVID-19, con más de 19.200.

Sin embargo, los funcionarios creen que el recuento real de infecciones probablemente sea mucho más alto de lo que confirmaron las pruebas. Los científicos del condado estimaron el mes pasado que 1 de cada 3 residentes de Los Ángeles han sido infectados con el coronavirus desde el comienzo de la pandemia.

“Creo que tenemos menos personas que probablemente se infecten, quienes se contagiaron tienen algunas protecciones, al igual que los que están vacunados y eso nos ayuda a frenar la propagación”, comentó Ferrer.

Pero agregó que cree que la razón más importante por la que la transmisión está disminuyendo es porque “la gente está haciendo todo lo posible para ayudarse mutuamente. Y tendremos que seguir haciéndolo durante los próximos meses para poder seguir en un trayecto de recuperación”.

Aunque las cosas van en una dirección positiva, el progreso no es inevitable y los funcionarios, así como los expertos, advierten que California podría cambiar de rumbo fácilmente si demasiadas personas o empresas evitan la orientación de salud pública.

Otra preocupación es la presencia documentada de variantes de coronavirus en California, incluida una identificada por primera vez en Gran Bretaña que se cree que es un 50% más contagiosa, así como otra encontrada en Sudáfrica que preocupa a los funcionarios de salud porque generalmente se cree que las vacunas contra COVID-19 actuales son menos eficaces contra ella.

Ferrer señaló el miércoles que se han encontrado cuatro casos adicionales de la variante de Reino Unido, conocida como B.1.1.7, en Los Ángeles, lo que eleva el total confirmado a 12 personas.

“Nunca ha sido más importante para cada uno de nosotros mantener la distancia y usar el cubrebocas cuando estamos fuera de nuestros domicilios y alrededor de personas con las que no vivimos”, explicó.

Más variantes infecciosas, un lanzamiento de vacunas aún limitado y el potencial de una mayor interacción, a medida que se reabren más negocios y espacios públicos, podrían combinarse para desencadenar otra ola de coronavirus en la primavera, advierten algunos expertos.

Una de las formas de evitar esa posibilidad, dicen los funcionarios, es que los residentes y las empresas se protejan a sí mismos, a sus seres queridos y a sus clientes, siguiendo los protocolos de salud pública.

“No creo que debamos aceptar la inevitabilidad de que haya otro aumento”, señaló el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno de Estados Unidos, durante una aparición en “L.A. Times Today” esta semana. “Podemos prevenir eso si nos adherimos con mucho cuidado a las medidas de salud pública de las que hablamos todo el tiempo: el uso universal del cubrebocas, hacer distanciamiento físico, evitar entornos congregados particularmente en interiores”.

“Podría suceder”, agregó, “pero está en nuestro poder evitarlo”.

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