Anuncio

LAPD comienza a reducir costos, y cada unidad debe “mostrar su relevancia”, dice el jefe de la policía

LAPD Chief Michel Moore
El jefe Michel Moore dice que se avecinan grandes cambios en LAPD luego de un histórico recorte presupuestario de $150 millones.
(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)

Durante una reunión reciente con oficiales de la importante pero problemática División Metropolitana, el jefe de policía de Los Ángeles, Michel Moore, ofreció apoyo para su misión de lucha contra el crimen, pero también compartió lo que previamente había dicho al personal de comando.

Con reducciones significativas que se avecinan, cada unidad está bajo un microscopio y debe demostrar su valía.

“Muestren su relevancia”, les dijo Moore.

Luego de un histórico recorte presupuestario de $150 millones, y en medio de una reinvención a nivel nacional de lo que debería ser la vigilancia policial, LAPD está revisando su estructura operativa de arriba hacia abajo y avanzando con cambios internos potencialmente de gran alcance en previsión de una sacudida aún más amplia, dijeron los funcionarios.

Anuncio

El renovado Departamento de Policía de Los Ángeles tendrá menos oficiales para esta época el próximo año, por ello Moore ha pedido a los comandantes de las unidades en todo el departamento que le envíen propuestas sobre cómo deberían ser sus equipos en el futuro. La fuerza de Metro, que incluye a los equipos de ejecución específica del departamento, está siendo examinada de cerca para posibles recortes y es probable que las unidades de pandillas y otros escuadrones especializados también sufran reducciones.

Algunos temen una reducción en los patrullajes también, lo que significa menos oficiales en las calles y en los vecindarios, aunque las autoridades han dicho que tienen la intención de limitar tales recortes. Mientras tanto, se ampliarán los programas que centran a los policías en la comunidad.

“Necesitamos ver la forma en que vigilaremos a la ciudad con los escasos recursos que tenemos y encontrar alternativas si nuestras prácticas actuales no van a seguir funcionando”, dijo Moore en una entrevista con el Times.

El subdirector Horace Frank comentó que el departamento probablemente concentrará recursos en patrullaje y alcance comunitario, mientras que recorta unidades especializadas y otras funciones policiales que están un poco alejadas de los vecindarios a los que prestan servicios directamente.

Es probable que algunos oficiales que han sido asignados a unidades especializadas vuelvan a patrullar, dijeron las autoridades.

“El patrullaje es totalmente nuestro servicio base. Esa es nuestra tarea principal, lo demás gira en torno a eso”, manifestó Moore.

Todo el asunto representa una desviación radical de las discusiones policiales en Los Ángeles desde hace solo unos meses, cuando los funcionarios hablaban de aumentar el presupuesto policial. También cae en un contexto de la pandemia de coronavirus, que ha dado golpes significativos a la ciudad; un aumento reciente de homicidios en L.A. y protestas masivas por la reforma policial que estallaron en las principales ciudades de todo el país luego del asesinato policial de George Floyd en Minneapolis en mayo.

Los manifestantes alegan que durante demasiado tiempo, los departamentos de policía se han inflado y sus presupuestos se han disparado a niveles ridículos porque los políticos de la ciudad los consideran sacrosantos y temen el crimen y todas las implicaciones que conlleva. A consecuencia de ello, los manifestantes han exigido que la policía sea “desfinanciada” y esos fondos sean redirigidos para contratar más trabajadores sociales, profesionales de la salud mental y empleados de transporte para responder a una gran cantidad de llamadas que no requieren a un oficial con un arma.

Algunos activistas pidieron que se aboliera por completo el Departamento de Policía, otros solicitaron que su presupuesto se redujera en un 90%, otro más pidió el corte de $150 millones.

“Estamos pidiendo que se desfinancie a la policía”, dijo Melina Abdullah, cofundadora de Los Ángeles de Black Lives Matter en una audiencia del Concejo de la Ciudad el mes pasado. “También solicitamos que se reestructure de nuevo la seguridad pública”.

“Sabemos que la seguridad pública no es vigilancia”, dijo el actor y activista Kendrick Sampson en la misma audiencia.

Con el proceso de desfinanciación ganando fuerza, el concejo actuó el mes pasado recortando los fondos a LAPD, también presentó algunas ideas adicionales para remodelarlo. Pero faltaba la planificación de cómo afectarían los recortes en las comunidades y dentro del departamento, así que los funcionarios fueron enviados a investigarlo.

Moore, que aprueba trasladar algunas responsabilidades policiales a las agencias civiles, cree que dicho plan se desarrollará con el tiempo, con una cuidadosa preparación. Su desafío más inmediato, dijo, es guiar al LAPD hacia adelante con menos fondos y sin sacrificar la seguridad pública mientras se elabora un marco más claro para el futuro.

Las cuestiones que se le presentan, señaló, son: “¿Cómo voy a reestructurar la organización mientras manejo la carga de trabajo en lo que decidimos qué vamos a dejar de hacer?”.

Dado que la ciudad gasta alrededor de $3 mil millones en LAPD anualmente, los críticos han visto el reciente recorte como relativamente menor e indicativo de pocos cambios. Pero los oficiales de policía no lo ven así.

Para esta fecha, el año próximo, esperan tener 250 oficiales juramentados menos, con un total de alrededor de 9.750, el más bajo en una docena de años. También perderán alrededor de 140 empleados civiles, expuso Moore. La transición a una fuerza más pequeña ya ha comenzado, con la contratación restringida a pesar del desgaste sostenido.

Eric Miller, profesor de la Facultad de Derecho de Loyola que se enfoca en cuestiones policiales, dijo que Moore se encuentra en una situación difícil, enfrentando la presión por todos lados: funcionarios electos, la Comisión Civil de Policía, oficiales de base, manifestantes y la mayoría del resto del público, que quiere ver un cambio pero aún valora a la policía en sus vecindarios y a los rápidos tiempos de respuesta cuando piden ayuda.

Pero los oficiales de policía han sobrevivido momentos similares en el pasado cuando se han afectado unidades que enfrentan un escrutinio, como Metro, o que son improductivas, expuso Miller.

“Lo que tiene que hacer es demostrar que está haciendo reformas significativas en áreas en las que la gente pone mayor énfasis, pero que no necesariamente afectan la misión central de la policía”, dijo Miller. “Lo que quiere hacer es determinar qué unidades le están causando dolores de cabeza disciplinarios, usar eso como una excusa para recortar esa unidad y así tener algo que mostrar al alcalde y al público”.

Las propuestas que Moore solicitó a los comandantes deben presentarse en los próximos días y semanas, detalló, y ayudarán a informar en la toma de decisiones sobre qué unidades deben quedarse, cuáles pueden irse, si las hay, y cuáles deben reconfigurarse.

“¿Qué tantos miembros deben tener esas unidades en el futuro? Esa pregunta se le hace a cada comando”, dijo.

Moore reconoció que “hay muchos rumores” de que Metro se disolverá por completo, pero eso es poco probable, comentó.

La División Metro es una amalgama de varias unidades especializadas, incluidos los equipos de aplicación específicos, el equipo SWAT y las unidades montadas y caninas del departamento. Durante años, sus miembros fueron elogiados por funcionarios públicos por estar a la vanguardia de una gran cantidad de trabajo policial, realizar miles de paradas de tráfico y confiscar armas. El alcalde Eric Garcetti en un momento ordenó la expansión de la división como una solución al crimen violento.

Sin embargo, desde que el Times reveló el año pasado que los oficiales de Metro estaban deteniendo y buscando desproporcionadamente a los conductores negros, muchos miembros del equipo de 200 personas se han desviado para pasar más tiempo investigando delitos que ya han ocurrido. Ese es un trabajo importante que continuará, dijo Moore.

Más allá del patrullaje y las investigaciones criminales, el departamento está trabajando para expandir su programa de Asociación de Seguridad Comunitaria, que incluye dedicar más personal de comando a la misión, como parte de una directiva de la Comisión de Policía.

Los funcionarios de LAPD también están teniendo conversaciones con funcionarios de otras agencias a las que se les puede pedir que realicen algunas tareas.

Moore dijo recientemente a la Comisión de Policía que había comenzado conversaciones con funcionarios de transporte sobre una propuesta del Concejo de la Ciudad que implementaría que algunas paradas de tráfico sean manejadas no por la policía sino por los empleados de transporte. Agregó que no puede imaginar a los empleados de transporte haciendo eso, pero sí, respondiendo a algunos accidentes.

“Nuestro esfuerzo es sentarnos juntos y comprender lo que podría implicar la realineación de responsabilidades”, dijo.

Moore aseguró que está buscando formas de incorporar algunas ideas de los oficiales.

“La sabiduría de esta organización no proviene del décimo piso; proviene del rango”, manifestó, refiriéndose a las oficinas de comando en la sede de la policía.

Los oficiales y el sindicato que los representa han criticado a Moore y a los funcionarios de la ciudad en las últimas semanas, no solo por su manejo de las protestas y los disturbios circundantes, donde decenas de agentes resultaron heridos, sino por lo que perciben como un consentimiento para las críticas al departamento y una falla por parte de los funcionarios para defender las acciones de los oficiales.

Dicen que les preocupa la seguridad pública en un momento en que los homicidios aumentaron casi un 14% respecto al año pasado y los tiroteos están al alza. Agregan, además, que les queda poco claro el camino a seguir.

“Está cambiando muy rápido. Parece que todos los días sucede algo más”, dijo Craig Lally, presidente de la Liga de Protección de la Policía de Los Ángeles.

Lally comentó que mucha gente está hablando de disminuir el papel de la policía sin tener una idea clara de lo que eso significa: “están poniendo el carro delante del caballo”.

Dada la reducción de la fuerza, Lally dijo que espera “una escasez masiva de patrullajes en los próximos años”, y nuevas demandas de más policías por parte de los residentes molestos por el aumento de la delincuencia.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

Anuncio