Anuncio

Para enfrentar el dolor por el asesinato de su hijo, una madre organiza fiestas navideñas para otros dolientes

Nicole Williams
Nicole Williams realiza un evento festivo para niños que han perdido a seres queridos en homicidios, en la estación de LAPD 77th Street.
(Francine Orr/Los Angeles Times)

La temporada navideña es particularmente difícil para Nicole Williams. Su hijo de 27 años, Antonio “Tony” Wilson, fue baleado en la calle cuando salía de un centro comercial en el sur de Los Ángeles, en noviembre de 2017.

Williams pasó ese Día de Acción de Gracias junto a la cama del muchacho, rezando por su supervivencia. Para Navidad el chico había muerto, y su madre cuestionaba su fe en Dios.

La policía no cree que Wilson fuera miembro de una pandilla, pero aún no han logrado arrestar a nadie por su asesinato.

Anuncio

Desde la muerte de su hijo, Williams se ha involucrado en iniciativas contra la violencia armada, y encuentra consuelo al compartir con otros dolientes.

El sábado por la tarde, la mujer se unió a las organizaciones activistas Moms Demand Action y a la Asociación de Madres Dolientes para organizar una fiesta en la estación 77th Street del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), en beneficio de niños que han perdido a un padre u otro ser querido por la violencia. Esa es su forma de enfrentar el dolor.

Holiday party
Amelia Scarbrough, de tres años, de Los Ángeles, elige un regalo en la celebración. (Francine Orr / Los Angeles Times)
(Francine Orr/Los Angeles Times)

“Sé que es difícil”, dijo Williams, sobre las familias de las víctimas que sufren durante la Navidad. “Es difícil para mí”.

Docenas de niños se reunieron en el patio de la estación para decorar con ornamentos y crear renos de papel, mientras escuchaban música navideña. Las familias posaban para tomarse fotos Polaroid contra un fondo nevado, mientras que algunos de los pequeños jugaban.

Keisha Evans llevó a sus dos hijos, de 10 y 14 años. El padre de ambos, Calvin Williams, estaba parado en un callejón visitando a un amigo cuando fue asesinado a tiros, en 2014, en el vecindario de Green Meadows, en el sur de Los Ángeles.

Según Evans, los chicos extrañan a su padre y siempre hablan de él. Por ello intenta mantenerlos ocupados con actividades. “La Navidad puede ser realmente uno de los momentos más difíciles”, expresó, mientras veía a sus hijos jugar.

Después de que un padre o abuelo es asesinado, los niños a menudo son testigos silenciosos del dolor de los adultos, afirman los sobrevivientes. A veces sufren depresión o trastorno de estrés postraumático.

Temeco Brewster, fundador de la Asociación de Madres Dolientes y quien ayudó a planificar el evento del sábado, comentó que su hija, Emani McAllister, ahora de 14 años, todavía sufre por la muerte de su hermano, hace casi nueve años. Dnary Fowler, de 19 años de edad, fue baleado por la policía de Los Ángeles cuando lo enfrentaron durante un robo a mano armada, en enero de 2011.

Emani se unió a otros chicos en las mesas de manualidades y encontró consuelo al saber que los asistentes vivían una experiencia compartida. “Todos están aquí por una razón”, comentó.

Recientemente, una amiga suya, Erin Lavendar, de 19 años, fue una de las dos personas asesinadas a tiros mientras asistía a un funeral de otra amiga en Carson.

“Es muy común”, relató Emani sobre las muertes. “¿Qué motiva a la gente a hacer eso?”.

Tina Easley enterró a su hijo, Travon Brown Jr., de 21 años, tres días antes de Navidad en 2017. Esta será la primera Navidad que celebrará desde que el joven fue asesinado. Brown fue baleado mientras discutía con alguien en la plataforma del tren Metro Blue Line, en Compton.

Su madre intenta mantenerse optimista y ocupada, participando en eventos de sanación, como la fiesta del sábado.

Denise Gutierrez
Denise Gutiérrez, de 25 años, sostiene a su sobrina Kamaya Chavers, de un año de edad, mientras escogen regalos.
(Francine Orr/Los Angeles Times)

“Es hermoso ver a otras madres”, señaló. Easley había llevado a sus dos nietas, que todavía preguntan por su tío.

Williams fue a la celebración con su joven nieto de Las Vegas, donde el chico cantó villancicos y jugó con los otros niños. Ella intenta ayudar a otras madres y familias a lidiar con la pérdida, hablando con ellos.

Mientras tanto, aún tiene esperanzas de que las autoridades concreten algún arresto por el caso de su hijo.

El año pasado, la policía realizó una conferencia de prensa para dar a conocer una recompensa de $50.000 a cambio de información que los lleve al arresto y condena del asesino. Aunque los detalles son incompletos, los detectives explicaron que un BMW blanco se había detenido cerca de Wilson, en la intersección de West 43rd Street y Vermont Avenue. Un hombre armado dentro del vehículo fue quien disparó.

Nellie Knight, detective de LAPD, indicó que no hay evidencia de que Wilson estuviera en una pandilla. No se sabe cuál fue la motivación del tirador ni a quién trataba de apuntar.

Mientras tanto, Williams planea seguir ayudando a las familias de otras víctimas a sobrellevar el dolor. “No tenemos más remedio que vivir”, reflexionó. “¿Qué otra cosa podríamos hacer?”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio