Los contrabandistas están cortando con sierras las secciones nuevas del muro fronterizo de Trump

SAN DIEGO — Las redes de contrabando en México han aserrado repetidamente nuevas secciones del muro fronterizo ordenado por la administración del presidente Trump. En los últimos meses los maleantes han utilizando herramientas eléctricas disponibles comercialmente, abriendo brechas lo suficientemente grandes como para que las personas y la carga de drogas puedan pasar a través de ellas, según agentes y funcionarios de Estados Unidos con conocimiento de los daños.

Las brechas se han hecho usando una popular herramienta doméstica inalámbrica conocida como sierra reciprocante que se vende al por menor en ferreterías por tan sólo100 dólares. Cuando están equipadas con hojas especializadas, las sierras pueden cortar uno de los bolardos de acero y hormigón de la barrera en cuestión de minutos, según los agentes, que hablaron bajo la condición de anonimato porque no estaban autorizados a hacer público las técnicas de derribo de la barrera.

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Después de cortar la base de un solo pivote, los contrabandistas pueden empujar el acero fuera del camino, permitiendo que un adulto entre por el hueco. Debido a que los bolardos son tan altos - y están sujetos solamente a un panel en la parte superior - su longitud los hace más fáciles de apartar una vez que han sido cortados y se dejan colgando, según los ingenieros consultados por The Washington Post.

La barrera financiada por los contribuyentes -hasta ahora con un precio de 10 mil millones de dólares- fue un tema central de la campaña de Trump en 2016, y ha hecho del proyecto un símbolo físico de su presidencia, pregonando su progreso de construcción en discursos, anuncios y tweets. En las últimas semanas, Trump se ha jactado cada vez más de las propiedades superlativas de la barrera, llamándola “virtualmente impenetrable” y comparándola con un “Rolls-Royce” al que no se puede pasar por encima, por debajo o a través de la frontera.

Los equipos de contrabando han estado usando otras técnicas, como la construcción de escaleras improvisadas para subir y bajar por encima de las barreras, especialmente en las populares áreas de contrabando y alrededor de San Diego, de acuerdo con casi una docena de agentes y funcionarios de la administración actual y anterior de Estados Unidos.

Las organizaciones criminales mexicanas, que generan miles de millones de dólares en ganancias de contrabando, tienen un enorme incentivo para adaptar sus operaciones en la frontera a nuevos obstáculos y métodos de aplicación de la ley, dicen las autoridades.

El gobierno de E.UU no ha revelado los incidentes de corte e infracciones, y no está claro cuántas veces han ocurrido. El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos se negó a proporcionar información sobre el número de transgresiones, la ubicación de los incidentes y el proceso de reparación de los mismos. Matt Leas, un portavoz de la agencia, se negó a hacer comentarios, y el CBP aún no ha cumplido con una solicitud de la Ley de Libertad de Información que busca datos sobre las violaciones y reparaciones. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, que supervisa a los contratistas privados que construyen la barrera, remitió las consultas al CBP.

Un alto funcionario de la administración, que no estaba autorizado a discutir las violaciones pero que habló bajo la condición de anonimato, dijo que se trataba de “unos cuantos casos” y que la nueva barrera de contención había “incrementado significativamente la seguridad y la disuasión” a lo largo de secciones de la frontera en los sectores de la CBP de San Diego y de El Centro, en California.

Funcionarios y exfuncionarios del CBP confirmaron que ha habido brechas de corte, pero dijeron que el nuevo sistema de pilones sigue siendo muy superior y más formidable que cualquier otro diseño de barrera anterior.

Parte de los daños se han producido en áreas donde los equipos de construcción aún no han completado la instalación de sensores electrónicos que, una vez en funcionamiento, detectarán más rápidamente las vibraciones que produce el aserrado en los bolardos, dijeron los funcionarios. También señalaron que una de las principales ventajas del sistema de bolardos de acero - que mide entre 18 y 30 pies de altura - es que los paneles dañados pueden ser fácilmente reparados o reemplazados.

Ronald Vitiello, ex jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, quien fue director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU hasta su remoción en abril, calificó las violaciones de “pinchazos e intimidaciones” por parte de las cuadrillas de contrabandistas de los cárteles.

“Los cárteles continuarán innovando, y no se irán de San Diego porque el muro mejore”, dijo Vitiello. “Así es la vida en la frontera”.

Vitiello, que ayudó a supervisar el desarrollo de prototipos de barreras en 2017, dijo que la administración podría haber añadido mejores características disuasorias si los demócratas en el Congreso hubieran proporcionado más fondos.

“Los bolardos no son el diseño más evolucionado; son los más avanzados por los que podíamos pagar”, manifestó Vitiello. “Nunca dijimos que serían un final, un todo”.

En el área de San Diego, los contrabandistas han descubierto cómo cortar los bolardos y devolverlos a sus posiciones originales, disfrazando las brechas con la esperanza de que pasen desapercibidas y puedan ser reutilizadas para pasajes repetidos. Los agentes dijeron que han aprendido a conducir a lo largo de la base de la estructura en busca de defectos sutiles, probando el metal pateando los bolardos con sus botas.

Si se detectan daños, los equipos de soldadura son enviados rápidamente para hacer las reparaciones. Los contrabandistas, sin embargo, han regresado a los mismos pilares y han cortado las soldaduras, dicen los agentes, porque el metal es más blando y el hormigón en el centro de la pilona ya ha sido comprometido. Los contrabandistas también han tratado de engañar a los oficiales aplicando un tipo de masilla con un color y textura que se asemeja a una soldadura, haciendo que un pilar cortado parezca intacto.

Agentes en California y Texas dijeron que los equipos de contrabando también han estado usando escaleras improvisadas para subir y bajar las barreras, a pesar del riesgo de lesiones o muerte por caídas; los pilares más altos son aproximadamente de la altura de un edificio de tres pisos. Algunos de los equipos utilizan escaleras ligeras fabricadas con varillas metálicas, con las cuales superan los “paneles anti-escalada” que se extienden por la parte superior de la barrera.

Una vez que el escalador principal llega a la cima, los agentes dicen que usan ganchos para colgar las escaleras de cuerda por el otro lado.

Las escaleras de varilla son populares porque las barras de soporte metálicas son baratas y lo suficientemente delgadas para pasar a través de los espacios de cuatro pulgadas de ancho entre los bolardos, haciendo posible que los equipos de contrabando las usen para escalar la fila secundaria de la cerca, según los agentes. La armadura, de fácil adquisición en ferreterías, se utiliza normalmente dentro del hormigón como refuerzo.

Inicialmente Trump quería construir un muro de concreto a lo largo de la frontera, pero los funcionarios de Seguridad Nacional hablaron de ello y dijeron que el sistema de bolardos es un diseño superior porque permite a los agentes ver hacia el otro lado.

“Francamente, un muro de hormigón habría sido mucho menos costoso de construir”, dijo Trump en septiembre durante una visita a nuevas secciones de la barrera en San Diego. “Pero desde el punto de vista de la Patrulla Fronteriza, se oponían mucho a ello”.

Los funcionarios del CBP también han dicho sistemáticamente que ninguna estructura, independientemente de su diseño, puede sellar la frontera por sí sola. Más bien, han abogado por un “sistema de muro fronterizo” que combine barreras físicas, tecnología de vigilancia y el rápido despliegue de agentes para interceptar a los que cruzan la frontera y los que intentan infringirla.

“No hay un sistema infalible por sí solo, y hemos hecho todo lo posible para tratar de explicarlo”, dijo Chris Harris, un agente retirado de la Patrulla Fronteriza en San Diego. “Siempre se necesitará tener gente en el campo. Por eso hay policías armados en Fort Knox”.

Los contrabandistas con sierras pudieron cortar las versiones anteriores de la barrera en mucho menos tiempo, señalan los agentes, y el nuevo diseño de pilares hace que el trabajo de los traficantes sea significativamente más difícil. Otros funcionarios de Seguridad Nacional señalan que la estrecha brecha creada por un bolardo cortado sólo permite el paso de una persona a la vez, lo que dificulta el paso de grandes grupos de migrantes o contrabandistas.

Debido a que el CBP está agregando barreras de doble capa en áreas de alto tráfico como San Diego, los contrabandistas buscan lugares donde la distancia entre las cercas primarias y secundarias son más estrechas. Un equipo de aserradores cortará un poste mientras otros vigilan a los agentes estadounidenses, así el equipo de contrabando puede regresar a México si llegan oficiales de EE.UU. Una vez que los agentes se van, los contrabandistas pueden reanudar su intento de aserrado en el mismo lugar.

“Lo que sucede cada vez que se levanta una barrera frente a un negocio es que se adaptan, y eso es todo lo que están tratando de hacer”, dijo Joshua Holmes, un agente de la Patrulla Fronteriza y funcionario sindical en San Diego.

El área de San Diego es una de las más lucrativas para los contrabandistas de narcóticos o los que traen inmigrantes, que están dispuestos a pagar miles de dólares cada uno para llegar a Estados Unidos. Los deportados mexicanos con casas y empleos en el lado estadounidense de la frontera se encuentran entre los que mejor pagan porque a menudo tienen activos y están desesperados por regresar.

La administración Trump encargó una serie de prototipos de barreras fronterizas en 2017, y entre las pruebas realizadas por el CBP se encontraba la resistencia de las estructuras contra la rotura con sierras, según los documentos de contratación federales y los informes de pruebas. En ese momento, los agentes del CBP dijeron que ningún diseño podía ser completamente impenetrable, pero la agencia determinó que los bolardos de acero no podían ser cortados fácilmente sin el uso de “múltiples herramientas eléctricas”.

La emisora KPBS de San Diego, que informó sobre las pruebas prototipo en 2018, obtuvo copias de los resultados de las mismas a través de la Ley de Libertad de Información. Los informes mostraron que todos los diseños que la administración Trump evaluó en 2017 fueron encontrados vulnerables a los métodos de transgresión.

NBC News publicó posteriormente imágenes de postes de acero que fueron cortados durante las pruebas del prototipo y mostró las fotografías al presidente. “Es un muro diseñado por administraciones anteriores”, dijo Trump.

La versión de la barrera que se está instalando se basa en el mismo diseño de bolardo, que el presidente llama “lamas de acero”. Cuenta con bolardos cuadrados de seis pulgadas de diámetro con un exterior de acero de tres dieciseisavos de pulgada y un núcleo relleno de hormigón de grado comercial de 5.000 libras que está reforzado con varillas de acero y barras de refuerzo metálicas.

Kevin Trumble, profesor de ingeniería de materiales en la Universidad de Purdue, y Srinivasan Chandrasekar, profesor de ingeniería industrial en Purdue, dijeron que un operador experto con una sierra reciprocante podría cortar la estructura y que un pilar cercenado podría ser empujado por medio de un gato para automóvil.

Los ingenieros dijeron que otras herramientas de baterías de litio también podrían usarse para cortar el acero y el concreto. “Sería posible utilizar otro dispositivo, como una sierra abrasiva, que fuera aún más rápida, pero crean chispas porque funcionan a alta velocidad”, indicó Chandrasekar.

Los ingenieros estimaron que a alguien le tomaría entre 15 y 20 minutos cortar un bolardo o menos si un equipo trabajara en parejas con dos sierras. Los grupos podrían necesitar pasar por varias cuchillas para completar un corte, dijeron los ingenieros, pero se pueden cambiar rápidamente para reanudar el aserrado.

Las demostraciones de video en línea de sierras alternativas muestran que las hojas de diamante y de carburo de tungsteno disponibles en el mercado son capaces de cortar piezas gruesas de acero y hormigón en un tiempo significativamente menor. Una hoja dentada y endurecida que es particularmente hábil en el corte de metal - el Diablo Steel Demon - se puede ver deslizándose a través de un gancho de remolque de cromo sólido en menos de 20 segundos.

Los videos promocionales de la marca Diablo muestran hojas de carburo de “corte extremo de metal” que se aserran fácilmente a través de barras de refuerzo, ángulos de hierro, tubos de acero y placas de acero de tres octavos de pulgada. Las cuchillas se venden por entre $10 y $15 en ferreterías y tiendas en línea. Las cuchillas de grano diamantado, que se venden al por menor por un poco más, se utilizan ampliamente para cortar acero, hormigón y otros materiales.

La administración Trump ha completado hasta ahora 76 millas de nuevas barreras, todas ellas en áreas como San Diego, donde la estructura ha reemplazado a las antiguas, más cortas y, en algunos casos, dilapidadas vallas.

Otras 158 millas de barrera están en construcción, según el CBP, y la agencia dijo que 276 millas están en una fase de “pre-construcción”.

La administración sigue en camino de completar 450 millas de barreras para finales del próximo año, dijo Mark Morgan, comisionado interino del PFC, la semana pasada. Los últimos datos de construcción obtenidos por The Washington Post muestran que la administración ha terminado sólo el 2 por ciento de la barrera planeada para los tramos de frontera en Texas, donde los planes contemplan 166 millas de nuevo cercado. Casi toda esa barrera se construiría en terrenos privados que el gobierno aún no ha adquirido.

Trump hizo campaña con la promesa de lograr que México pagara por la construcción de la barrera, pero casi 10 mil millones de dólares que su administración ha presupuestado para el proyecto han sido dinero de los contribuyentes de fuentes de financiamiento de Estados Unidos, principalmente el Departamento de Defensa.