Buscan reducir embarazos de jóvenes del sistema de crianza en Los Ángeles
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Reina tiene 19 años de edad y está embarazada. El problema dice la joven, es que ella es un joven del sistema de crianza del condado de Los Ángeles y no tiene familiares que la puedan ayudar con un hogar estable para ella y para su hijo.
Reina, quien no desea revelar su identidad, sostiene que ella no es la única con esta preocupación, ya que conoce algunas chicas en su situación, que afrentan el reto del embarazo sin apoyo del padre biológico o la familia.
“Lo peor es que nos es difícil encontrar empleo, continuar en la escuela y mantener un hogar que definitivamente no está al alcance de nuestras manos debido a los costos al salir del sistema”, dice Reina.
Para evitar la prevalencia de estas situaciones, la junta del condado de Los Ángeles votó este 21 de febrero a favor de una moción para implementar un programa estatal que ayuda a reducir estos incidentes específicamente entre jóvenes del sistema.
Conocido como El Plan para la Prevención no Intencionada de Embarazos para Adolescentes y Adultas Jóvenes Dependientes”, la medida le pide a los condados hacerse cargo de que las adolescentes en transición así como las menores de 10 años en adelante, reciban la educación apropiada acerca de su salud sexual, las relaciones saludables entre parejas, la prevención y tratamiento del embarazo e inclusive la absorción. Todo esto, con la ayuda de los padres de crianza, grupos de apoyo y los trabajadores sociales.
Sin proveer el número de embarazos actuales, según el condado, para la edad de 21 años, una de cada tres mujeres bajo el sistema de crianza se convierte en madre.
Para Sheila Kuehl, una de las principales promotoras de la moción, la implementación del plan es crítica y oportuna.
“Se trata de que las jóvenes dentro del sistema de cuidado tengan la información necesaria para hacer decisiones informadas acerca de acciones que ultimadamente puede afectar su educación, empleo y aspiraciones”, sostiene la supervisora.
“Queremos que sepan que la trayectoria de la vida les puede alterar dramáticamente por un embarazo no intencionado”, añade Kuehl.
La moción también pide a la directriz del Departamento de Niños y Servicios de Familias (DCFS), su apoyo para la implementación y un reporte de estrategias en plazo de 60 días para llevar a cabo el plan.
Sin embargo, para algunos activistas comunitarios, este tipo de servicio debió ser la base de todo niño adentro del sistema, recalcando que ahora lo más importante es el servicio para ayudar a las jóvenes con hijos.
“Querer dar clases de sexo y prenatalidad no es la respuesta. El ayudar de verdad se encuentra en ofrecer a parte servicios de entrenamiento de empleo, hogares de transición, posiciones de trabajo, escuela para que las jóvenes pueden valerse por sí mismas”, dice Sonia Trujillo, activista de Familias contra la Encarcelación, una coalición que aboga por las minorías de bajos recursos.
La activista Belinda Casillas, integrante de Interfaith Communities United for Justice and Peace, sostiene que “no es una novedad que las jóvenes bajo crianza tengan más riesgos de quedar embarazadas”.
“Lo que es triste es que el condado quiera cubrir el problema con clases. Le pedimos a los supervisores que a parte de las clases, agreguen programas de ayuda, escuela y transición de hogar para estas mujeres que no conocen más que el rechazo y el abandono”, dice Casillas.
Según Alliance for Children Rights, las niñas en hogares de crianza en Los Ángeles tienen 2.5 veces más probabilidades de estar embarazadas a los 19 años que las niñas que no están involucradas en el sistema.
Estadísticas de la alianza revelan también que el 50 por ciento de los jóvenes de 21 años de edad que estuvieron en el sistema de crianza, dicen que han embarazado a alguien, en comparación con el 19 por ciento de los varones de 21 años que no están bajo el cuidado de crianza.
Para Reina este apoyo puede ayudar a algunas mujeres como ella, no obstante en lugar de clases, ella prefiere que la ayuda consista de programas para obtener empleo y un hogar.
“Creo que el condado hace buen trabajo, pero siempre puede ser mejor. Los servicios de apoyo son muy necesarios en esos momentos”, agrega la joven.
Las cifras más recientes sostienen que en el 2008, el costo de la maternidad de adolescentes de crianza en el condado fue de 10.9 mil millones de dólares, de los cuales 2.8 mil millones fueron absorbidos por el sistema de crianza.
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