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En el Día Internacional de la Mujer, las mujeres exigen igualdad y respeto

Verónica Laguna cubría sus ojos con unos lentes oscuros y con sus dos manos sostenía una pancarta. Parecía el momento más adecuado de exigir igualdad y respeto a sus derechos.

Esta joven, como cientos de personas, se concentraron para exigir mejores condiciones laborales; aprovechando la celebración del Día Internacional de la Mujer, ellas pedían un alto al acoso sexual.

Esta inmigrante, de 38 años de edad, limpia un edificio en el centro de Los Ángeles. En la última década, desde que trabaja en esta industria, afirma que ha escuchado a supervisores decir:

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“Hay viene carne fresca”, en referencia a mujeres que se incorporan como nuevas empleadas.

El acoso y ataques sexuales es el pan de cada día. En una ocasión, llegó a sus oídos por medio de sus compañeras que un supervisor decía “que algún día ella iba a estar con él”, comentario que a la joven le causó incomodidad.

“Uno trabaja en la noche, anda con temor; lo sentí como un acoso sicológico”, indicó.

Al denunciar la situación, los patrones le restaron importancia. “¿Mientras no me violen no van a hacer caso?”, les cuestionó. “Mientras no te pase nada, no podemos hacer nada”, le replicaron, algo que la dejó estupefacta.

“Siempre se defienden entre ellos, nunca hicieron un reporte sobre el caso”, agregó.

En un estudio elaborado por el Centro para la Educación, Investigación y Trabajo de la Universidad de California en Berkeley se indica que anualmente ocurren de 5,000 a 17,000 ataques sexuales, pero solo una fracción de los casos son denunciados.

Además, en el reporte se asegura que del 35% al 50% de las mujeres han sido víctimas de acoso en algún momento de su vida laboral en el Estado Dorado.

A juicio de María Ortiz, originaria de México, estos delitos son callados por temor a perder el trabajo. Cuando llegó de Puebla, en 1991, cuenta que casi de inmediato comenzó a trabajar como conserje. Con ella llegaron tres hijos que dependían de su salario.

“Si uno habla se corre el riesgo que le metan más trabajo, que lo intimiden a una. También, utilizan el estatus migratorio, uno tiene miedo que le digan: ‘te vamos a deportar’. Los jefes dicen que nadie nos va a hacer caso si nos quejamos”, detalló la mujer de 50 años de edad.

De acuerdo al estudio de UC Berkeley, en el 2014 en el Estado Dorado habían 220,130 conserjes, el 30% fueron empleados por contratistas. En el caso de los agentes de seguridad, se registraban 148,740 en esta labor, de ellos el 70% utilizaban intermediarios para obtener su fuente de trabajo.

Eso significa, que entre 1990 y 2014 los contratistas crecieron en la limpieza en un 44% y en la seguridad en un 83%, comparado con el 20% de todas las industrias privadas.

A criterio de Sherri Bell, organizadora del Centro del Trabajador Afroamericano, estas condiciones contribuyen a que las mujeres no solo reciban ataques sexuales, sino también el robo de salario, víctimas de patrones que utilizan a su favor la falta de conocimiento de los derechos de las afectadas.

“Es tiempo de parar estos abusos, necesitamos acción y recursos; lo que viven los inmigrantes es explotación, hace falta protección”, aseguró la líder comunitaria.

El Sindicato de Empleados de Servicio (SEIU) cuenta con 2.2 millones de afiliados; en el local United Service Workers West representan a 40,000 conserjes, agentes de seguridad y trabajadores de servicio del aeropuerto de todo California; en este sector, se estima que el 70% son mujeres.

Alejandra Valles, secretaria-tesorera de SEIU-USWW, indicó que los abusos se podrán detener con regulaciones más severas; por esa razón, junto a cerca de 1,000 trabajadores protestaron en el oeste de L.A., frente a lujosos edificios, para que los empleadores reaccionen.

“Las mujeres son afectadas de forma desproporcional”, valoró la sindicalista, detallando que a los supervisores se les brinda entrenamientos una vez cada dos años. “Hoy es una llamada de atención, se tiene que hacer algo, esta industria tiene que ser regulada y que reciban mejores salarios”.

Lucero Herrera, investigadora del Centro Laboral de la Universidad de California en Los Ángeles, asegura que las autoridades tienen que vigilar estas industrias; entretanto, considera que los afectados pueden encontrar información en centros comunitarios sobre derechos laborales.

“Es indignante que las mujeres tengan que someterse al abuso sexual y todavía no les pagan el salario completo; por eso es importante que conozcan sus derechos, para que no guarden silencio”, enfatizó Herrera, advirtiendo que los trabajadores indocumentados tienen derechos iguales ante la ley.

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