Piden eliminar las armas de guerra en el Distrito Escolar de Los Ángeles
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LOS ÁNGELES — A diario los policías escolares recorren la preparatoria Venice, afirma Viviana Del Campo, estudiante que se prepara a cursar el 12vo grado en ese plantel, explicando que ese ambiente genera tensión e incomodidad entre sus compañeros.
“Nos ven como criminales, pienso que este debe ser un lugar donde podamos estar a salvo y no sentir miedo”, señala la joven de 16 años.
Es por eso que la semana pasada Del Campo y un grupo de estudiantes que son parte de la organización La Lucha del Alma para las Ciudades se manifestaron en las oficinas del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles (LAUSD) para pedir que el distrito regrese el armamento militar recibido a raíz del programa 1033.
El año pasado, luego de los disturbios de Ferguson, se descubrió que LAUSD había recibido 61 fusiles de alto calibre M-16, un tanque antiminas y tres lanza granadas. Y aunque las agencias ya no reciben armamento, los activistas y estudiantes piden que se regrese al Departamento de Defensa las armas recibidas.
Manuel Criollo, director de la organización, está pidiendo a LAUSD un inventario detallado de las armas que tienen en su poder, así como la devolución y destrucción de las mismas.
“Están usando lo que ellos ven como inseguridad para poner más policías y armas en nuestras escuelas”, cuestiona Criollo. “Queremos que se termine la cultura de ‘mano dura’ y se limite el papel de la policía escolar”.
Criollo subrayó que mientras ellos luchaban para que se dejara de arrestar y multar a los estudiantes dentro de las escuelas –logro obtenido, LAUSD estaba negociando con el Departamento de Defensa sobre la obtención de las armas.
Actualmente, el distrito tiene la policía escolar más grande del país, con más de 500 agentes y un presupuesto anual de 60 millones de dólares.
Al solicitar una posición sobre la petición de esta organización, el distrito escolar informó que no están dando entrevistas sobre el tema.
En una carta, con fecha 19 de junio de 2015, el superintendente Ramón Cortines dijo a los activistas que las armas y equipo que tienen en la actualidad es esencial para salvar vidas y se mantendrá para ese propósito.
“La prioridad número uno es educar a nuestros estudiantes y garantizar un ambiente seguro y sano para ese proceso”, indicó en la misiva el superintendente del segundo distrito escolar más grande del país.
LAUSD cuenta con más de 1,000 escuelas, en donde estudian desde el jardín de infantes hasta el 12vo grado más de 640 mil alumnos, en su mayoría son de ascendencia latina y afroamericana.
A juicio de Mariella Saba, miembro de la coalición Stop LAPD Spying Police Brutality, la corporación educativa tiene que enviar señales claras y romper con esa patrón de criminalización.
“En las escuelas te preparan para un futuro en la cárcel; en vez de ofrecerte más consejeros, te sacan de los salones de clases. Se tiene que poner un alto a la militarización y proveer más recursos educativos”, dijo la activista.
Los organizadores comunitarios celebran que a nivel local hayan eliminado ese vínculo con el programa 1033; sin embargo, piden que este programa desaparezca de las escuelas, acción que está en manos del presidente Barack Obama, quien ya ordenó su detención, pero pudiera reactivarse, dependiendo el presidente en turno.
Pete White, director de Los Angeles Community Action Network, advierte que este tipo de políticas refleja un problema en las prioridades del gobierno.
“No es posible que los recursos se destinen para armar a la policía [muchas veces con armas de guerra] en las escuelas de nuestros hijos, mientras que los planteles de calidad, programas educativos, profesores y recursos son abandonados”, cuestiona el activista afroamericano.
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