Cancún: un destino exclusivo y con gran ‘Karisma’
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Acabo de llegar de Cancún, específicamente de la Riviera Maya, en donde tuve el placer de disfrutar del majestuoso concierto hecho por el tenor italiano, Andrea Bocelli, en uno de los escenarios más salidos de lo convencional: la playa de un lujoso hotel (considerada una de las 10 más bellas del mundo), en donde también tuve la oportunidad de hospedarme y de disfrutar de servicios del mayor nivel.
Esta es la tercera vez que el cantante toscano hace una presentación, en menos de cinco años, en el país azteca. Sin embargo, en esta ocasión dejó un toque mucho más especial, porque tuvo la cofradía de la brisa y el calor de ese hermoso destino ubicado en la península de Yucatán, en donde se congregaron seis mil personas para escuchar los temas de su más reciente producción: Believe.
Pero bien, quiero decir que hay algo que me inquieta, y es que cada vez que voy a Cancún, siento que es la primera vez que tengo el placer de explorarlo. No sé si es su belleza la que me embriaga, los planes fascinantes que promete y que me reconfortan o la hotelería de lujo que propone una estadía diferencial e inolvidable, pero de lo único que tengo certeza es que es un paraíso del que nunca quisiera irme.
Este pedazo de ‘jardín de dioses’, que se instala en la costa sureste de México, no solo conquista con ese mar de varias tonalidades de azul que impacta, con su arena prístina que se dispone como escenario para tomar agradables jornadas de sol y de playa y con aquellas palmeras que componen el mejor cuadro de relajación y de descanso, sino también con otros argumentos, en los que vale la pena ahondar.
Sin duda, es un imán para buzos, pescadores, aficionados a la historia e interesados por conocer una cultura legendaria colmada de símbolos y de riquezas. Para tal fin, solo basta recorrer las ruinas del Rey, una antigua ciudad maya, la cual fue abandonada con la llegada de los colonizadores españoles, en donde se hace propio explorar las 47 estructuras de piedra, que todavía siguen adornadas con pinturas o petroglifos que muestran a reyes y otros miembros de la comunidad.
El encanto que enaltece
Desde 1980, cuando inicia su desarrollo y progreso turístico, Cancún se ha venido convirtiendo en un itinerario que vale la pena vivir y gozarse. No obstante, su gran arrecife de coral –el segundo más grande del mundo- permite a los visitantes contar con el lugar más apropiado para bucear y hasta nadar con delfines, en Playa Delfines, y hacer esnórquel, particularmente en Playa Tortugas, en donde se descubren coloridas especies de peces locales y vida vegetal marina. Aquí los pescadores de caña también tienen cabida, ya que es muy fácil reservar un barco en Aquaworld, para cumplir con ese atractivo propósito.
A esto se suma la gran oferta gastronómica, de gran reconocimiento a nivel mundial, con sus chiles, tortillas y un buen tequila, entre una lista infinita de platillos que alto nivel que enfilan el menú de restaurantes de exigente factura, evaluados con el mayor número de diamantes posible.
Pero todo esto no tendría el mayor fundamento si no existiera la exclusiva propuesta hotelera, que cada vez es más numerosa, refinada y de talla mundial. Mucha de ella definida con más de cinco estrellas por su infraestructura, localización, servicio y planes de diversión y turismo, entre otros referentes.
Una cadena de gran lujo
Aunque son muchas las cadenas que se podrían citar y hasta recomendar, me parece importante hablar de una, en específico, que acaba de celebrar sus primeros 41 años de vida, y que se ha convertido en una de las más exclusivas propuestas de todo Cancún o, mejor, de Quintana Roo: el Grupo Lomas, fundado en 1981 por Don José Luis Martínez Alday y Dolores López Lira e Hinojo, con quien tuve el placer de hablar, en varias ocasiones, al calor de un desayuno Nickelodeon.
Esta cadena, que recibió el Premio Sol por su quehacer turístico en el Caribe mexicano, comenzó como un negocio familiar, atendido por dos personas, hasta convertirse –con el tiempo- en un complejo grupo turístico conformado por diferentes unidades de negocio de servicios, entre ellas: Viajes Lomas Travel, Lomas Travel DMC, Transportes Especiales del Caribe y Luxury Collection.
Adicionalmente, cuenta con prestigiosas marcas hoteleras que tienen un inventario de dos mil suites e incluye, entre otros, a los hoteles Nickelodeon Hotels & Resorts Riviera Maya, Generations Riviera Maya, El Dorado Seaside, El Dorado Maroma Beachfront Resort, Palafitos Overwater Bungalows, Xolumado y Hidden Beach, bajo la operación de la cadena Karisma Hotels & Resorts, así como El Cielo Winery & Resort (localizado en el Valle de Guadalupe, Baja California), Aqua Nick y Marina Maroma Adventures & Beach Club, en donde se llevó a cabo el concierto de Andrea Bocelli, el pasado 26 de febrero, y en el que unos 20 periodistas internacionales, que representaban prestigiosos medios de comunicación, pudieron cubrir el evento y disfrutar de un hospedaje cinco estrellas.
La verdad, me quito el sombrero al ver la majestuosa obra hecha por Dolores López Lira e Hinojo o “Lolita”, como todo el mundo le dice, y su esposo. Definitivamente ella ha sido un ejemplo de tenacidad, y ha marcado el camino hacia la innovación y el crecimiento. No obstante, además de todo lo mencionado, hay que enfatizar en otro nicho de mercado, iniciado por ella y su familia, como lo es la empresa organizadora de bodas Weddings by Lomas y la marina Maroma Adventures.
Sin duda“Lolita” es una mujer incansable, todo un ejemplo para seguir. Así lo entendí en mi último viaje, cuando tuve el privilegio de conversar con ella y su hija, Samantha Frachey, quien actualmente ocupa el cargo de Vicepresidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres y es una perseverante promotora del desarrollo social y la equidad laboral. Lo cierto es que ha implementado mejoras en el trabajo que le han permitido, al Grupo Lomas, recibir el distintivo de Empresa Socialmente Responsable y de Great Place to Work, por varios años; además de encargarse de impulsar la creación de la Fundación Karisma y Fundación Lomas.
Particularmente de “Lolita” aprendí algo muy importante, al decirme que en cada crisis que Cancún ha tenido que enfrentar, ya sea económica o por huracanes y pandemias, ella las ha convertido en oportunidades de crecimiento. Bueno, esto es algo que también ya tiene Samantha, en su ADN, y que se percibe rápidamente.
Luego de disfrutar, por varios días, de la charla y compañía de ellas, entiendo por qué el Grupo Lomas se constituye como una de las empresas más importantes de la industria turística del Caribe y de todo México. La visión, trabajo, compromiso, responsabilidad y pasión de Lolita y Samantha, han sido determinantes para los buenos resultados. Sin embargo, puedo decir que el gran amor que Lolita le tiene a su país, a su México lindo, es el motor que la lleva a entregar su alma por este sector, que actualmente es uno de los más prometedores: el turístico.
Me despido de este gran viaje, con la certeza, en mi corazón, que volveré muy pronto para seguir contemplando todos los argumentos que defiende un paraíso, como Cancún, con sus atardeceres naranjas, su esplendoroso mar y el calor de su gente, como Lolita y Samantha. ¡Mis mejores sentimientos y deseos!
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