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Obra de Frida Kahlo visita Los Ángeles

En esta imagen sin fecha proporcionada por Sotheby's, la pintura "Diego y yo"
En esta imagen proporcionada por Sotheby’s, la pintura “Diego y yo” (1949) de la artista mexicana Frida Kahlo, que se subastará en noviembre en Nueva York por un precio récord estimado en más de 30 millones de dólares. (Cortesía de Sotheby’s vía AP)
(ASSOCIATED PRESS)

La obra de la surrealista mexicana Frida Kahlo puede romper récords de venta en la casa de subastas Sotheby’s. Diego y yo es el último autorretrato de una década que viera nacer Autorretrato con collar de espinas y colibrí (1940), La columna rota (1944) y una muy relacionada a la que llega a Beverly Hills, Autorretrato como Tehuana también conocida como Diego en mis pensamientos, (1943).

Divorciada y vuelta a casar con el muralista Diego Rivera, los dobles retratos le colocan en la frente de Frida Kahlo, como un tercer ojo. En este caso vemos un tercer ojo también en la frente de Rivera. Dedicada “a Florence y Sam” es ésta una meditación sobre la dependencia, la pasión, la inspiración artística y la unión entre dos entes creativos con necesidades distintas. Se realiza en un momento cuando los rumores de amoríos que entrelazaran a Diego con la actriz María Félix llegaran a oídos de Kahlo. Nos y se mira, haciendo descifrable una pareja basada en el poliamor. Frida en ese momento ya podía haber tenido relaciones con Jacqueline Lamba, luego con Chavela Vargas.

El retrato estilo busto basado en modelos renacentistas –los más conocidos autorretratos de artistas son los de Van Eyck y Dürer—aquí se utiliza para realizar un autoestudio psicológico, un cruento desnudo como La columna rota del 1944. Con su pelo suelto, lleva un huipil rojo, vestimenta de las mujeres tehuanas, símbolo de la mexicanidad para los muralistas. Diego es aquí la obsesión y ocasión de lágrimas que afloran a los ojos de la pintora.

Esta imagen de fragilidad nos muestra al muralista como idée fixe y causa de lágrimas. La complejidad aquí presente es que el pintor no es irredimible, el tercer ojo representa su fuente de inspiración, su innegable genio artístico, algo que acrecienta el dolor.

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Llega el autorretrato de Frida Kahlo a la barriada más exclusiva de Los Ángeles. Es una gira de promoción para generar interés entre las figuras importantes de Hollywood. Una artista activista dentro del Partido Comunista mexicano, amiga y benefactora de León Trotski, abogada de las causas del proletariado, visita el mundo connotado por excluir a los hispanos de las pantallas. Ideológicamente radical, ha sido “normalizada” por un sistema que hace al arte mercancía y la creación “producción”. Los precios de la Kahlo se dispararon a partir que Madonna y otras luminarias mostraran interés en coleccionar su obra. Pasó a ser ícono de moda y la cultura popular. En la sala de Sotheby’s Los Ángeles se puede ver la obra de la surrealista mexicana y también adquirir joyas, bolsos Chanel y zapatos Nike, informa Yahoo News.

En un intento de corregir muchos de los errores de atribución y mitos sobre la Kahlo, la editora Taschen de Alemania recurrió a Luis Marín Lozano, historiador de arte, ex director del Museo de Arte Moderno de México -galardonado con la beca Fulbright- para que encabezara una concienzuda investigación que dio lugar a Frida: The Complete Paintings o la edición en castellano Frida: Obra pictórica completa. Ya se encuentra en las tiendas Taschen, muchas librerías, en el sitio Taschen (www.taschen.com) y otros en la Red.

El libro da acceso a los diarios, correspondencia, fotos de Edward Weston, Nickolas Murray y Manuel y Lola Alvarez Bravo. Llegamos a ver muchos dibujos y obras en colecciones privadas. Una figura tan manoseada y explotada para fines de lucro requiere de este tipo de estudio serio. La Kahlo pasó de figura de interés para los comisarios, historiadores y estudiosos del surrealismo en México para convertirse en un cliché y un producto. La monografía de Marín Lozano, fuera de fines ideológicos, abre las puertas a fuentes directas, era ya de imperiosa necesidad.

Es en este preciso momento cuando la colección de Jacques y Natasha Gelman viaja al floridano Norton Museum en West Palm Beach. Lejos de un Miami que coloca una ruidosa barrera para marcar su territorio y dedicarlo al arte contemporáneo, los museos como el Norton, el Fort Lauderdale Museum of Art y el Ringling Museum de Sarasota aglutinan colecciones serias y atraen importantes exhibiciones. En el Norton, cuyos boletos de reservación se venden con semanas de anticipación Frida Kahlo tiene una destacada presencia con Autorretrato con monos del 1943 y La novia que se espanta también del 1943. Por supuesto, Rivera, Izquierdo, Manuel y Lola Álvarez Bravo, Covarrubias, Gerzso, Mérida, Siqueiros y Tamayo tienen su lugar protagónico en West Palm Beach.

Los ojos están ahora puestos en Sotheby’s Nueva York. Christie’s mantiene un departamento de arte latinoamericano, Sotheby’s desmanteló el suyo hace unos años. Las obras de mayor valor como la de Kahlo se colocan en la subasta de arte moderno. La casa ha pautado un precio de salida entre 30 a 50 millones de dólares. Puede que Diego y yo bata los récords establecidos para convertirse en la obra de arte latinoamericano más costosa en la historia de las subastas estadounidenses. Después de una mínima alteración, el Dow, Nasdaq y SP100 han mantenido su ritmo ascendente que ha marcado la gestión Biden. Los observadores financieros esperan que al aprobarse el estímulo fiscal en el Congreso pueda comenzar un período de aceleración económica. Es entonces de esperar que la obra alcance una cifra sustancial el próximo 16 de noviembre.

La obra Diego y yo de Frida Kahlo termina su gira promocional previa subasta en Sotheby’s Beverly Hills donde se puede visitar hasta el domingo.

*Justo J. Sánchez, analista cultural, ha sido periodista en Nueva York y se ha desempeñado como profesor en universidades estadounidenses y en Italia.

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