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El Buggati Bolide es un despliegue de tecnología y alta velocidad

El Buggati Bolide puede acelerar de 0 a 180 millas en siete segundos.
(Ricardo Rodríguez-Long)

Los automóviles se crearon teniendo en cuenta que durante miles de años el transporte consistió en una carreta arrastrada por un caballo al frente. Tomó casi medio siglo para que los ingenieros se dieran cuenta que el colocar la masa de peso más grande del carro en el medio mejoraría su dinámica cuando se hicieran cambios de dirección en pleno movimiento. A medida que evolucionaron los materiales y los neumáticos, se pudieron elevar los números de potencia (utilizando la fórmula de James Watt y medida en caballos de fuerza) con motores más complejos.

Poco a poco se fueron creando parámetros y limites para mejor aprovechar el automóvil y su utilización.

El motor delantero permite una cabina más amplia, pero al tener todo el peso adelante afecta su desplazamiento. El motor atrás es aún mas difícil de controlar, ya que el tren delantero y la dirección no tienen suficiente peso y el empujón de atrás arrastra las ruedas delanteras lateralmente en una curva. Son cientos de detalles los que hacen que un auto sea considerado como perfecto.

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Por parte de la potencia, un motor de cuatro cilindros con dos litros (2000cc) de capacidad que genere entre 175 y 250 caballos de fuerza son más que suficientes para trasladar a una familia de 4 cómodamente a una velocidad promedio de 55 millas por hora y 300 millas sin parar con un rendimiento de 40 mpg. Un coche así acelera de 0 a 60 millas en 8 segundos y su peso total estaría en las 4.000 libras. Sin embargo no es verdaderamente necesario, pero el ser humano siempre quiere más.

Ettore Bugatti nació en una familia de artistas y cuando su pasión lo llevó a construir automóviles en 1909 lo hizo pensando en ofrecer lo mejor en calidad y lo más rápido del mundo.

Luego de ganar el gran premio de Mónaco en 1929 comenzó una etapa donde cada carro era una escultura rodante. Entre 1930 y 1939 los carros Bugatti fueron (y lo son) joyas mecánicas de alto rendimiento. Algo solo para la elite del mundo. Cuando visité los galpones donde se guardaba la colección más grande de Bugatti en los ochenta quedé anonadado. Estar frente a estos carros es una experiencia única para los que transpiramos gasolina. Y allí mismo en Alsacia, Francia, el ambiente fue “surrealista”.

El coeficiente aerodinámico es de A.0.54 y es más rápido que un avión Pilatus PC-21
El coeficiente aerodinámico es de A.0.54 y es más rápido que un avión Pilatus PC-21 turbo-prop a 380 mph. Y todo esto con un peso de solo 1.200 libras, ¡el equivalente a un caballo pura sangre!
(Ricardo Rodríguez-Long.)

Tuve esa sensación cuando estuve frente al nuevo Bugatti. Como toda buena obra de arte lleva un momento para poder absorber eso que nos sacude todos los sentidos. El tamaño del Bolide es en otra escala, como para que solo gigantes la puedan conducir. Casi 5 metros (16 pies) de largo y 2 de ancho (6.5 pies) para solo 2 ocupantes. Se ve como una nave espacial que te hace pensar si realmente te atreves a subir a ella. El Bolide tiene una forma siniestra que amenaza a todos los que se acerquen a el. El motor, que es tan grande como un mini-cooper de los 60, tiene 16 cilindros en tres filas formando un bloque en forma de una W. Las tapas de cilindros tienen 64 válvulas, hay 4 turbos, 7.999 CC de capacidad y 2.000 caballos de fuerza. Acelera de 0 a 180 mph en siete segundos. En primera velocidad alcanza las 60 mph en dos segundos con las cuatro ruedas ofreciendo tracción integral. El coeficiente aerodinámico es de A.0.54 y es más rápido que un avión Pilatus PC-21 turbo-prop a 380 mph. Y todo esto con un peso de solo 1.200 libras, ¡el equivalente a un caballo pura sangre!

El día después de la presentación regresé a ver el Bolide. Sin champan, sin bellas mujeres, sin música, solo el Bolide y un Bugatti Atalante de 1938 al fondo me hicieron pensar en el por qué de este bólido.

Si dejamos de lado los 4.5 millones de dólares que cuesta, esta maravilla mecánica es algo que realmente hay que ver para creer. Los detalles de lujo, las molduras para la alta velocidad, la conexión DNA con la historia de la marca, el potencial mecánico, la ingeniería, el ensamblado, estuve frente al mejor ejemplo de un “pure-sang” siglo veintiuno. Bugatti tiene razón, ¿por qué no?

Si tiene preguntas sobre esta u otra maquina comuníquese a [email protected]

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