San Francisco — Una investigación interna publicada por Google halló que en 2018 varios de sus trabajadores varones recibieron un salario inferior al de sus compañeras por hacer el mismo tipo de tareas, ante lo cual la compañía destinó varios millones de dólares para compensarles.
En una entrada en el blog oficial de la empresa, la analista jefa de Google para equidad salarial, Lauren Barbato, indicó que encontraron una categoría laboral “particularmente grande”, la de los ingenieros de software de nivel 4, en la que los hombres estaban siendo pagados menos que las mujeres.
En total, Google distribuyó 9,7 millones entre 10,677 de sus empleados para compensar a quienes hubiesen recibido menos dinero que sus compañeros en 2018 por razón de su género o raza, pero no especificó qué porcentaje exacto de esas 10,677 personas son hombres o ingenieros de software de nivel 4.
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Jesse Hill de La Mesa, estudiante de octavo grado, visitó el puesto del Departamento de Física de la UC San Diego durante el Festival Anual de Ciencia e Ingeniería de San Diego en Petco Park. Se sentó en un taburete que se mueve libremente y sostuvo un giroscopio de neumático de bicicleta giratorio que, al cambiar de ángulo, hizo que se girara mientras se sentaba.
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
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Luke Quintana, de cinco años de edad, un estudiante de kindergarten de Rancho Penasquitos lanza el cohete de paja de soda que hizo en el stand de San Diego la Sociedad de Ingenieros Profesionales Hispanos.
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
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Joshua Hollie, un estudiante de quinto grado en la Escuela Willow Grove, dibuja un gato en una pizarra mientras usa gafas de inversión, que vuelven todo a lo normal, para mostrar qué tan bien funcionan sus habilidades motoras cuando se altera su percepción visual.
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
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Kiara Sottile, de 7 años, y su padre, Aaron, de Oceanside, lanzaron los aviones que hicieron en el stand de San Diego Air and Space Museum .
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
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Jesse Jenkins, de 7 años, de Mira Mesa, se prepara para lanzar el cohete de popote que hizo en el stand de San Diego Chapter of the Society of Hispanic Professional Engineers.
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
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Terry Gant, un estudiante de quinto grado en la Escuela Zamorano, lleva gafas de inversión en el puesto del Programa de Psicología de San Diego Mesa College.
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
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Isaac Wu, de 5 años, un estudiante de kindergarten de Rancho Penasquitos, fabrica limo diseñado para imitar el moco en los pulmones de pacientes con fibrosis quística en el stand de Vertex Pharmaceuticals.
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
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Ya’Ash Vásquez, de 11 años, de la Reserva India de San San Pasqual, lleva gafas de realidad virtual en el stand de Cubic. Experimentó volar un avión de combate F-16 equipado con una cápsula de entrenamiento de combate aéreo Cubic.
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
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Melissa Madden, de Chula Vista, observa cómo su hijo Nicolas, de 7 años, construyó un circuito eléctrico con baterías, ventiladores, bombillas e interruptores en el stand del Fleet Science Center.
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
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Los artistas, Irie Sesma (i) y Sake Kinney, derecha, crean obras de arte en tablas de surf en el stand de la Alianza de Artes Culturales de San Diego. Su objetivo es usar el arte para ayudar a los estudiantes a ver el panorama general del aprendizaje STEAM, y cómo el arte nos enseña cómo todo está interconectado.
(Howard Lipin / The San Diego Union-Tribune)
La compañía con sede en Mountain View (California) lleva a cabo este estudio interno cada año, y en 2017 compensó a 228 de sus empleados con 270.000 dólares al considerar que se les había pagado menos que a sus compañeros, pero no especificaron su sexo.
Alrededor de la mitad de las diferencias salariales de 2018 fueron causadas por variaciones en el sueldo ofrecido a la hora de cerrar nuevos contratos, es decir que en el caso de los ingenieros de software, a las nuevas contratadas se les ofrecía más dinero que a los nuevos contratados.
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Adam McLeod, de Sydney, Australia, se relaja en su propia suite “más allá de la primera clase” en un Airbus A380 de Singapore Airlines.
(Peter Pae / Los Angeles Times)
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La decisión ya tuvo un costo de 523 millones de dólares en pérdidas en 2018, apuntó Airbus. La empresa, que es una de las más importantes de Europa, se prepara además para afrontar una grave interrupción en su producción intracontinental ante una salida posiblemente caótica de Gran Bretaña de la Unión Europea.
(Al Seib / Los Angeles Times)
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Airbus reportó una ganancia neta de 3,100 millones de euros en 2018, frente a los 2,400 millones de euros de 2017. Además de las pérdidas del A380, reveló una carga de 436 millones de euros del A400M, utilizado por varios ejércitos europeos.
(Don Bartletti / Los Angeles Times)
Los resultados de esta investigación interna causaron hoy sorpresa entre los analistas y los medios especializados de Silicon Valley, ya que la industria tecnológica se ha situado en el ojo público durante los últimos años precisamente por la percepción generalizada de que es un sector dominado por una “cultura” masculina en el que las mujeres son sistemáticamente discriminadas.
A finales del año pasado, fueron los propios empleados de Google en sus oficinas de todo el planeta quienes salieron a la calle en una acción coordinada contra la que consideran es una cultura que “protege” a los acosadores sexuales contra las mujeres en la empresa.