Historia: Venezolana ayuda a pacientes de Alzheimer y demencia a través de la música
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La venezolana Cristina Rodríguez tiene tan solo 25 años y ha logrado lo que muchos quisieran: Conectarse con pacientes de demencia que se han apartado del mundo. Y lo ha hecho de una manera muy peculiar, a través de la música.
Es a través de melodías y su organización sin fines de lucro Mind&Melody, Inc. — y un creciente grupo de voluntarios y músicos profesionales—, que Rodríguez implementa un novedoso programa en centros de salud, hogares de ancianos, e instalaciones de vivienda asistida para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidades neurológicas como la demencia y otras alteraciones de este tipo.
Y es por esa encomiable labor que la fundación recibiera recientemente un premio en $25,000, el cual usará para expandir el alcance de sus servicios en la comunidad.
Rodríguez es la ganadora del “2018 Coors Light Líder del Año”. Durante 12 años, el programa de Coors Light ha honrado a líderes hispanos y los ha intentado ayudar a alcanzar sus potenciales.
Y en 2019 arrancará un estudio con investigadores de la Florida Atlantic University (FAU), contratado por Mind&Melody, para determinar los beneficios del programa, dice la joven venezolana.
“¿Tú te imaginas estar en un supermercado con las bolsas de tus compras y en eso se te caiga todo al piso? ¿Y que luego vengan unas tres personas a ayudarte a recoger todo? Yo siempre soñaba con lograr esa satisfacción de ayudar a alguien necesitado, pero quería hacerlo con música”, relata Rodríguez, presidenta y cofundadora de Mind&Melody, y residente de Miami.
La idea surgió inicialmente cuando Rodríguez tenía tan solo 14 años de edad, y fue solo después de muchos intentos fallidos que en 2014 logró ponerle música a su sueño.
Una nota a la vez, Mind&Melody comenzó con un pequeño grupo en Boca Ratón, que ahora se ha expandido a Miami, el condado de Martin y St. Lucie, y el de Palm Beach, e incluso hasta en Tallahassee y Gainesville.
Sirven, dice, en más de 40 instalaciones y viviendas individuales y a más de 1,000 personas al año.
“Es increíble cómo puedes lograr conectarte con los pacientes a través de la música”, dice Rodríguez. “Hemos identificado un potencial sin explotar en personas con Alzheimer y otros trastornos neurológicos que van más allá de escuchar música. Nuestros programas son estimulantes social, cognitivamente, física y creativamente para los participantes”.
Rodríguez tiene su oficina en su hogar en Miami, al igual que la vice presidenta, co fundadora y amiga, Lauren Koff en Port St. Lucie. Ellas y los voluntarios casi todos los días visitan centros y hogares de personas que los contratan.
Armados con panderetas, teclados, violas, guitarras y otros instrumentos, logran sonrisas, recuperar recuerdos y hasta socializar con personas que viven apartadas por el mal que padecen.
El servicio tiene un costo, pero Rodríguez prefiere no especificar el monto, pues no quiere que nadie se quede sin el servicio si lo necesita.
“Es justamente con premios como el que acabo de recibir y otras subvenciones y ayudas que intentamos ayudar a todas las personas., incluso dando becas”.
Alma musical
Cuenta Rodríguez que la idea se le ocurrió cuando trabajaba de voluntaria en el Miami Children’s Hospital en 2009.
“¿No sería fantástico si hubiera una sala llena de instrumentos en el hospital, donde los niños pudieran venir y aprender a tocar un instrumento?”, recuerda haber pensado.
La joven quería que otros tuvieran la gratificante experiencia que ella tuvo al aprender a tocar chelo desde los 10 años. Pero solo después de superar varias negativas, que finalmente comenzó a coger ritmo su musical iniciativa.
El primer “desentono” a su deseo de ayudar ocurrió en aquel 2009, mientras era voluntaria en el hospital.
“Al llegar a casa escribí un email a una persona del hospital con mi idea de organizar un cuarto donde se diera desarrollar esta idea. Pero dejé el correo sin enviar por tres años. Cuando me animé a hacerlo [en el último año de la secundaria], la coordinadora de voluntarios que yo conocía ya no trabajaba en el lugar”, recuerda.
Los sonidos de su segundo intento también se apagaron. Cuando hacía una pasantía en la sala de emergencias en el Hospital Jackson South propuso la idea, pero para el departamento de psiquiatría. Le dijeron que no sería posible debido a la confidencialidad y responsabilidad.
Pero, sus ganas seguían retumbando su corazón durante sus años como estudiante en la Escuela Honores de la FAU, en Júpiter, de donde se graduó de bioquímica.
Mientras hacía una pasantía en un laboratorio conoció a Koff y juntas investigaron los efectos de la música en los trastornos neurocognitivos, e intentaron desarrollar una tesis sobre ese concepto.
Una vez más el intento fue rechazado, pero ellas se armaron de valor decidiendo llevarlo a cabo como un proyecto paralelo. En aquel entonces fueron recomendadas a un centro de ayuda a mayores y finalmente la música comenzaba a sonar.
El programa piloto comenzó en agosto de 2014 durante ocho meses en en un centro de cuidado de pacientes con demencia. La alegría que ambas experimentaron con sus sesiones fue indescriptible, recuerda
“Al inicio éramos solo mi compañera, cofundadora del programa, y un músico voluntario. Luego aumentamos a 10 voluntarios y músicos profesionales, y ahora superamos los 100”, cuenta.
Apartados del mundo
La demencia es un término general para las condiciones que causan una pérdida de memoria. Hay muchos tipos de demencia, pero el tipo más común es el Alzheimer.
El Alzheimer es una enfermedad progresiva que produce pérdida de la memoria y el lenguaje, y que afecta la capacidad de realizar actividades diarias.
Se calcula que cinco millones de estadounidenses viven con Alzheimer, según datos de 2014, fecha más reciente disponible, de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Los afroamericanos e hispanos son particularmente afectados por estos males.
Entre las personas de 65 años y más, los afroamericanos tienen la mayor prevalencia de Alzheimer y demencias relacionadas (13.8 %), seguidos por los hispanos (12.2 %), y los blancos no hispanos (10.3 %), los indoamericanos (9.1 %), y asiáticos y nativos de las islas del Pacífico (8.4 %), según el CDC.
Este año, en septiembre, los CDC anunciaron que los hispanos tendrán el mayor aumento proyectado de pacientes, aunque los blancos no hispanos seguirán teniendo el mayor número de casos de Alzheimer. Se calcula que para 2060, habrá 3,2 millones de hispanos con Alzheimer y demencias relacionadas.
Mind&Melody intenta llegar a estas personas.
Si bien la música no tiene un poder de curación para este tipo de dolencias, se ha comprobado el benéfico efecto que produce.
Una de las memorias más preciadas que tiene Rodríguez, dice, es haber logrado que un violinista profesional que vivía apartado del mundo en un centro para adultos, tomara en sus manos una viola y tocara como lo que era, todo un profesional, “como si nunca hubiera dejado de tocar”.
El programa arrancó en inglés, pero ahora es bilingüe, dice Rodríguez, quien vino a vivir a Estados Unidos cuando tenía 10 años desde su natal Caracas.
Incorpora además actividades artísticas, como manualidades y pintura, y también es implementado en niños, personas con autismo, hiperactividad y síndrome de Down.
“El programa es buenísimo. Es un tremendo beneficio para las personas y las familias también”, dice Marcos González, director de ventas y mercadeo de East Ridge, en Cutler Bay, un centro de cuidado de jubilados y de vivienda asistida, que cuenta con una unidad de apoyo a la memoria y que es visitado por Mind&Melody una vez por semana.
“Es como un momento de claridad en sus memorias porque reconocen sonidos o cantos y les trae recuerdos de algo que les pasó en la vida”.
“Puede que el programa no los cure, pero es bonito y saludable. Verdaderamente uno tiene que verlo para apreciarlo”, concluye.
Para ayudar
Mind&Melody está continuamente buscando voluntarios e incluso contratando a tiempo parcial músicos para enseñar y tocar música.
Para más informes, visita mindandmelody.org, llama al 305-582-1006 o escribe a [email protected]
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