Biden propone cancelar el próximo debate si Trump sigue enfermo con COVID-19
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Mientras que el brote de coronavirus en la Casa Blanca se descontrolaba aún más este martes, Joe Biden sugirió que el debate presidencial de la próxima semana, en Miami, debería cancelarse si el presidente Trump todavía sigue enfermo de COVID-19.
Los comentarios del candidato demócrata ocurrieron mientras los expertos médicos cuestionan si Trump podría participar sin poner en riesgo a Biden, el moderador y la audiencia, en el debate en persona programado para el 15 de octubre próximo.
Según la información médica limitada -y en ocasiones engañosa- divulgada por la Casa Blanca, informaron que es posible que el presidente republicano aún sea un foco de contagio la próxima semana. También existe la probabilidad de que Trump empeore y vuelva al hospital, aclararon.
Después de un discurso en Gettysburg, Pensilvania, Biden remarcó que esperaba que se siguieran los protocolos de seguridad establecidos para los debates de Cleveland Clinic. Cuando se le preguntó si se sentiría seguro de compartir un escenario con Trump, el exvicepresidente dijo: “Creo que si todavía tiene COVID, no deberíamos hacer un debate”.
El hecho de que el mandatario siga siendo contagioso depende de la gravedad de su caso, según lo definido por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. Los pacientes con COVID-19 pueden finalizar el aislamiento de manera segura 10 días después del inicio de la enfermedad, siempre que no hayan tenido síntomas durante 24 horas, según la agencia antes mencionada. Para casos graves, el plazo es de 20 días.
Si fuesen 10 días, Trump podría salir del aislamiento este fin de semana, antes del debate en Miami. Si fuesen 20, sería la semana posterior al encuentro previsto. Incluso si los médicos lo autorizan a debatir, no hay garantía de que no sea contagioso, especialmente en una discusión larga y acalorada, en un entorno interior.
“Los gritos crean mucho más aerosoles, que hacen que estas gotas sean más finas, por lo que pueden permanecer en el aire por más tiempo y potencialmente infectar a las personas”, destacó Peter Chin-Hong, profesor de medicina que se especializa en condiciones infecciosas en UC San Francisco.
Chin-Hong y otros en su campo sospechan que el caso de Trump es severo, basado en parte en un video que lo muestra subiendo la escalera del Pórtico Sur en la Casa Blanca, el lunes, al regresar del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed.
“Usaba muchos músculos para respirar, le faltaba el aire, se puede ver que fruncía los labios; todas esas son señales de que sigue teniendo una afectación pulmonar y un virus potencialmente activo”, detalló. Chin-Hong agregó que le preocuparía que el presidente debatiera, y sugirió que, de hacerlo, usara una mascarilla facial.
Lo que también hace que el caso de Trump parezca serio, enfatizaron los expertos, es que se le administró oxígeno dos veces y fue tratado con Dexametasona, un esteroide que normalmente se emplea solo para casos graves de COVID-19.
El viernes pasado, los funcionarios de la Casa Blanca comunicaron que el presidente solo tenía síntomas leves. Pero el mandatario fue hospitalizado esa misma noche, y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, afirmó el sábado que sus “signos vitales durante las últimas 24 horas” habían sido “muy preocupantes”.
Anne Rimoin, profesora de epidemiología de UCLA, sugirió que los candidatos se quedaran en diferentes lugares, tal como hicieron Richard Nixon y John F. Kennedy en su tercer debate presidencial, en 1960. Nixon estaba en Los Ángeles y Kennedy en Nueva York.
La docente también cuestionó la confiabilidad de la información médica divulgada por una Casa Blanca, que se negó a realizar un rastreo completo de contactos para contener el brote de una enfermedad que ha matado a 210.000 estadounidenses.
“Se trata de comprender posiblemente uno de los eventos de superdifusión más grandes, y ciertamente el de más alto perfil, en la historia”, remarcó. “Este es un escándalo de proporciones épicas”.
Una disputa que resalta las visiones contradictorias de una nación en crisis
Para Neha Nanda, epidemióloga de la Escuela de Medicina Keck de la USC, el plazo de contagio no es fijo. “El tema tiene muchos matices y es necesaria una opinión experta para decidir si el paciente está listo para salir del aislamiento”, comentó.
Trump tuiteó que esperaba con ansias el debate. “¡Será grandioso!”, aseveró.
A medida que avanzaba el día, el grupo de infecciones entre las personas cercanas a Trump siguió aumentando, y su asesor principal en la Casa Blanca, Stephen Miller, dio positivo al final de la jornada.
Otros afectados por el virus incluyen a la primera dama, Melania Trump; la asesora presidencial Hope Hicks, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany; cuatro asistentes de prensa, el asistente personal de Trump Nick Luna; su ex asesora sénior Kellyanne Conway; el gerente de campaña Bill Stepien y el ex gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien ayudó a Trump a prepararse para su primer debate y ahora está hospitalizado con COVID-19.
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