Opinion: Somos una sinagoga donde nuestros miembros transgénero han encontrado un lugar de acogida e inclusión

El rabino Marcus es el rabino mayor del Templo Emanu-El de San Diego. Vive en San Diego.

Génesis 2:7 ofrece la idea de que El Eterno recogió polvo de la tierra y dio forma a la primera persona infundiendo vida a la forma modelada y así tenemos la humanidad: una mezcla de materia terrenal, intención divina y alma infundida como un don del más allá. Desde la antigüedad, la tradición judía ha entendido que existen al menos ocho expresiones de género distintas.

Desde la fundación del Templo Emanu-El de Del Cerro, toda persona es y ha sido acogida como creación sagrada de Dios y miembro valioso de nuestra comunidad. Negar la inclusión por motivos de género, identidad, sexo o sexualidad es cometer un hilul HaShem —una condena del Sagrado Nombre de Dios—, porque es negar el acto mismo de creación de Dios y cuestionar la auténtica expresión divina de Dios. En el Templo Emanu-El, tratamos de seguir las palabras del profeta Miqueas, que nos enseña en Miqueas 6:8 lo que El Eterno exige de nosotros:

Hacer lo correcto, amar la bondad y caminar humildemente con El Eterno, tu Dios.

En el Templo Emanu-El, nos esforzamos por crear una comunidad en la que construyamos relaciones para toda la vida, relaciones intergeneracionales y un lugar donde las personas puedan aprender y crecer juntas en la bondad y la compasión. Nos esforzamos por construir una comunidad basada en los valores compartidos de la inclusión, el respeto y el amor, una comunidad en la que debatimos ideas cuando no estamos de acuerdo, en lugar de gritarnos enfadados. Nos esforzamos por construir un mundo en el que aprendamos y practiquemos el arte de escuchar, perdonar y ser indulgentes, en lugar de juzgar, excluir e intolerar; un mundo en el que nos fortalezcamos a nosotros mismos y a nuestros hijos en el papel de espectadores, en el que nos consolemos mutuamente en los momentos de sufrimiento y lo celebremos con los demás en los momentos de alegría.

Ver a nuestros hermanos y hermanas transgénero convertidos en chivos expiatorios y atacados como una especie de amenaza para la seguridad y el bienestar de los niños de nuestra nación, mientras que la principal causa de muerte infantil en este país es la muerte por bala, es, francamente, poco menos que grotesco. Durante la pandemia de COVID-19, tuvimos el orgullo de acoger a nuestra sección local de las Hermanas de la Perpetua Indulgencia durante la festividad judía de Purim para un tutorial de Zoom sobre el arte del maquillaje de disfraces y de disfrazarse como forma de aportar diversión y alegría a nuestras vidas. Purim es una fiesta en la que nos disfrazamos de personajes de la historia de la fiesta (una especie de Halloween judío).

Las Hermanas hicieron una demostración en directo de cómo se transforman de personas normales y corrientes en fabulosas artistas drag que luego salen al mundo y realizan actos benéficos para recaudar fondos para buenas causas. Compartieron cómo disfrazarse de otra persona nos permite expresarnos y expresar nuestra creatividad de formas divertidas que nos dan la capacidad de imaginar todo tipo de posibilidades en nuestras vidas, como ser un superhéroe, una persona que no es tímida o una persona que puede bailar como si nadie estuviera mirando.

Fue un día de empoderamiento, alegría, imaginación, educación sana y diversión. Estamos deseando volver a recibir a las Hermanas para tener más oportunidades de aprender con y de ellas y del increíble trabajo que hacen.

En el Templo Emanu-El nos sentimos orgullosos y humildes de ser una sinagoga en la que nuestros miembros transgénero han encontrado un lugar de acogida e inclusión. Esperamos que todos los que acudan a nuestra sinagoga sientan lo mismo. Para nosotros, cada miembro es un don y una bendición. Valoramos a cada persona por la hermosa alma que es, por la persona que Dios ha hecho que sea. No podemos entender a ninguna comunidad que rechace almas sagradas y amadas creadas por Dios solo porque esa persona no se ajusta a su imagen de lo que deben ser las creaciones de Dios.

Esto es lo que quiere decir el profeta Miqueas cuando nos pide que caminemos humildemente con Dios y que recordemos las palabras de Dios cuando castiga a los supuestos amigos de Job. Dios pregunta retóricamente a estos amigos dónde estaban cuando Dios estaba ocupado imaginando y dando forma a este mundo infinitamente bello. La respuesta es que seguíamos siendo solo un punto en la Imaginación Divina. Negar la humanidad, la realidad y los derechos humanos de otra persona basándonos únicamente en la arrogancia de suponer que entendemos a Dios es adoptar la estupidez de los amigos de Job, que también intentan hablar en nombre de Dios hasta que Dios habla desde el torbellino diciéndoles que no saben ni entienden nada.

Afirmamos y celebramos la creatividad infinita del Eterno, y damos gracias a Dios por nuestra comunidad, que está llena de almas hermosas de todas las profesiones y perspectivas. Estamos unidos en nuestra comunidad judía y en nuestra creencia en vivir nuestras vidas en una comunidad de respeto, amabilidad, diversidad de personas y opiniones y amor. Que así sea siempre.