El qué y porque desde Washington: ¡Que vergüenza! El censo del 2020 nos contó mal.

WASHINGTON.- — Para empezar, a los latinos de Estados Unidos nos subestimaron en 5%.

El censo también subestimó a los negros y los nativos americanos, mientras que sobre contó a los blancos no hispanos y a los asiáticos americanos.

En general, el censo de 2020 pasó por alto el 0.24% de la población total de Estados Unidos. Para que usted compare, hace diez años el censo de entonces, omitió el 0.01% de la población nacional.

Antes de que usted culpe al expresidente Donald Trump por su idea de usar al censo de población del 2020 para encontrar a personas sin visa de estancia en Estados Unidos, considere que la pandemia influyó negativamente en el conteo. Considere también, que el mismo Departamento del Censo es quien, al hacer auditorias de su conteo, encontró el error y nos informó de inmediato. Finalmente considere lo dicho por Robert Santos, director de la Oficina del Censo, que culpo a otros factores por este conteo insuficiente de la población latina; incluido el aumento del desempleo y la inseguridad de la vivienda.

El señor Santos afirmó, “Personalmente, no estoy sorprendido de ver los resultados que vemos hoy”. Francamente no son las palabras que usted esperaría de alguien que se equivocó. Aunque la verdad, Santos llegó cuando el error ya se había cometido. Él asumió su cargo el 5 de enero del 2022.

La Oficina del Censo dice que ser latino es una etnia, no una raza. y nos pide que cada diez años marquemos la casilla sobre nuestro origen Latino, y para eso nos presenta con cuatro casillas para marcar: Mexicano/Mexicano-Americano/Chicano; o, puertorriqueño; o, cubano; u, o otro Hispano. Lo que deja preguntando… ¿Qué tal si soy brasileño?

¿Y quién define una diferencia entre Mexicano Americano o Chicano? Y… ¿que criterio usa?

Y eso es relevante porque nos lleva a la siguiente pregunta

¿Qué criterio usa el censo de Estados Unidos para definir quién es o no es latino?

La definición que ofrece el gobierno de Estados Unidos es interesante. Hispano o latino se refiere a una persona de cultura u origen cubano, mexicano, puertorriqueño, sudamericano o centroamericano, u otra cultura u origen español, independientemente de la raza.

Pero entonces el peligro sigue existiendo de que estemos comparando “manzanas con naranjas”.

Ahora, hoy con todos los avances tecnológicos que existen, todos esperaríamos un conteo exacto porque si el Censo no puede hacerlo… simplemente ya nadie más lo hizo.

Ese conteo exacto debe tomar en consideración que la definición oficial utilizada para los hispanos es que es una persona de “cultura, u origen español, sin importar la raza”.

Lo traigo a colación porque en el censo del 2010, la mayoría de los hispanos se identificaron como blancos, lo que técnicamente los convirtió en parte de la mayoría. Pero eso es contraproducente porque la vida real es distinta a los datos en una fría hoja estadística.

Considere usted que un censo exacto debe resultar en indicarle al gobierno del país más poderoso del planeta, si hay o no carencias en la población de servicios públicos. Le debe indicar también en dónde están esas carencias. La razón es que no todos los habitantes de este súper país viven con los avances, las comodidades y las ventajas que tiene, precisamente, vivir en el país más poderoso del planeta.

En pocas palabras--no todos vivimos en Disneylandia.

Es importante saber si con los años ha habido avances importantes en la población. Solo considere que, además de los servicios de gobierno, las empresas privadas necesitan números y cifras correctas para tomar decisiones corporativas. Son los números que han hecho que diarios tan importantes como el que usted está leyendo existan.

Los números de la población latina hicieron posible que hoy en Estados Unidos haya más redes nacionales de televisión que en países de habla hispana, y que el gobierno se haya concentrado en mejorar los servicios públicos para millones de personas de todas las razas y todas las etnias. Aunque existen todavía muchas carencias que esperábamos ahora serian corregidas con un conteo exacto.

En un año electoral tan importante en el que 32 estados han hecho más difícil que la gente vote y que otros tantos estados están redibujando los distritos electorales. Esto le quita a los latinos, y a los afroamericanos principalmente el poder político representativo que nuestros números de población nos dan ya como derecho. … requerimos de cifras exactas para pelear por esa igualdad política representativa.

Ahora, culpar a Donald Trump de este enorme error del censo, la verdad surge naturalmente. Porque como usted recuerda en el 2019, el entonces presidente envió a Wilbur Ross, el amigo que le renegoció las bancarrotas de sus Casinos y al que en, el 2017 había convertido en Secretario de Comercio, a proponer agregar una pregunta indiscreta e ilegal al censo del 2020.

La pregunta diría: “¿Es esta persona respondiendo el cuestionario ciudadana de los Estados Unidos?”

El secretario Ross que se dedicaba antes a comprar y revender empresas y corporaciones en bancarrota, entendió y aprendió rápidamente los detalles de lo que su jefe el presidente quería.

Yo cubrí para la televisión en español de Estados Unidos, el montón de audiencias públicas a las que Ross fue citado en el congreso en Washington para explicar porque quería incluir esa pregunta en el censo. Y me sorprendió la entereza del secretario que ya casi en sus ochentas, soporto los regaños de los miembros del congreso que en cada comparecencia le exigieron que renunciara por proponer algo tan necio.

Esa propuesta, finalmente fracasó, pero antes generó preocupaciones de que muchos latinos e inmigrantes no devolverían sus formularios del censo por temor a que sus respuestas pudieran usarse en su contra.

La verdad Trump también comparte culpa. Hubo siempre el temor con el gobierno anterior es que las cifras del censo resultarían en un error. Por eso la verdad hay tanta gente indignada de que después de este enorme error, después de este conteo insuficiente, la oficina del censo nos diga que los resultados son “aptos para usar” para la redistribución de distritos electorales y que considera que las cifras son de “alta calidad”.

En Estados Unidos las cifras de los censos de décadas anteriores nos probaron que a través de las generaciones los latinos de Estados Unidos hemos avanzado. Los inmigrantes latinos, cuya mayoría era mexicana en los años 1940’s, que vinieron a este país a trabajar duro con las manos y de sol a sol, pudieron darles a sus hijos mejor vida de la que ellos tuvieron, eso logró que accedieran a mejor educación y eso les hizo llegar a mejores posiciones y mejores empleos. Hoy muchos nietos y bisnietos de esos mismos inmigrantes que llegaron en los 40’s están por todos partes respaldados por educación universitaria y encontrándose con que el sueño americano está vivo todavía.

Robert Santos, el actual director del Departamento del Censo, es un magnífico ejemplo de ese avance. Ahora para que el gobierno nos incluya en sus servicios de todo tipo, y ese avance continúe, necesitamos saber con exactitud cuántos somos, en dónde estamos, cuánto hemos avanzado y cuánto hemos retrocedido. Es importante; muy importante.

El censo ayuda a guiar la distribución federal anual de $1.5 billones para servicios públicos, incluidos educación, atención médica y transporte. La subestimación de las comunidades da como resultado una representación política reducida a nivel local, estatal y federal.

Ejemplo, tenemos 38 miembros del congreso que se consideran de origen Latino, pero eso es el 8% de la representación en el congreso. Hoy somos el 18% de la población… deberíamos ocupar escaños en el 18% del congreso, no solo en el 8 por ciento.

Por eso los líderes latinos y afroamericanos de Estados Unidos en todas las organizaciones nacionales y locales están furiosos, con los errores del censo y ciertamente tienen toda la razón. ¡Que vergüenza!

* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.