¿Las mujeres se arrepienten de sus abortos? Definitivamente no - Los Angeles Times
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¿Las mujeres se arrepienten de sus abortos? Definitivamente no

Abortion rally outside U.S. Supreme Court
Es poco probable que los enfrentamientos sobre el aborto decrezcan, pese a que se conoció que la gran mayoría de las mujeres que se practican el procedimiento siguen aliviadas de haberlo hecho.
(Drew Angerer / Getty Images)

Un estudio a largo plazo encuentra que las mujeres se sienten aliviadas inmediatamente después de tener un aborto y que aún se sienten aliviadas cinco años después

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De todos los argumentos molestos presentados contra el aborto legal, el más irritante es la afirmación de que las mujeres necesitan ser protegidas de sí mismas; de que podrían actuar precipitadamente para interrumpir un embarazo no deseado y luego pasar el resto de sus vidas arrepintiéndose.

Tales tonterías incluso llegaron a las decisiones de la Corte Suprema sobre el aborto.

En 2007, en un fallo que confirmó una ley que prohíbe los llamados abortos por nacimiento parcial, el juez Anthony Kennedy escribió que “algunas mujeres lamentan su decisión de abortar la vida infantil que alguna vez crearon y mantuvieron”, pese a que incluso él reconoció que el tribunal no encontró “datos confiables para medir el fenómeno”.

Sin embargo, finalmente tenemos ahora esos datos confiables, y eso significa que podremos poner fin a la noción de “arrepentimiento por el aborto”.

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Como resultado, la gran mayoría de las mujeres están agradecidas por haberlo hecho. Se sienten aliviadas por sus abortos; no se arrepienten de ellos.

Lo sabemos gracias a un estudio a largo plazo realizado por científicos del Centro Bixby de Salud Reproductiva Global, de la Universidad de California en San Francisco. El trabajo examinó las diferencias entre las mujeres que pudieron practicarse un aborto y aquellas a quienes se les negó porque sus embarazos estaban demasiado avanzados.

El estudio, que incluyó a 1,000 mujeres al principio, generó varios documentos. También se está preparando un libro de la investigadora principal, Diana Greene Foster, y uno de los trabajos finales fue publicado recientemente en la revista Social Science and Medicine.

El análisis definitivamente refuta la afirmación paternalista, a menudo promovida por los enemigos del aborto, de que ese procedimiento daña a las mujeres al causarles emociones negativas como arrepentimiento y culpa.

“Toneladas de estudios han encontrado que el alivio es la emoción a corto plazo más común después de un aborto, a pesar de los sentimientos encontrados”, afirmó la autora principal del artículo, la epidemióloga de la UCSF Corinne Rocca. “Pero incluso después de cinco años, cuando las emociones son bastante bajas, el alivio sigue siendo la más común”.

Ella descubrió que alrededor del 99% de las mujeres que tuvieron abortos expresaron a los investigadores cinco años después que habían tomado la decisión correcta.

El estudio, que entrevistó a mujeres una semana después de sus abortos, luego dos veces al año durante un período de cinco años, también descubrió que las emociones negativas de las mujeres a menudo se correlacionaban con la cantidad de estigma que sentían en sus comunidades, no con el procedimiento en sí.

Algunas mujeres, naturalmente, abandonaron el estudio durante esos cinco años, lo cual llevó a los críticos a sugerir que se trataba de quienes sentían arrepentimiento, vergüenza o culpa por la práctica. Pero Rocca analizó detenidamente los casos de abandonos, y no encontró una correlación entre las participantes y las emociones negativas. “La gente puede decir eso”, indicó, “pero yo no encontré prueba de ello”.

A lo largo de los años, los estados conservadores con legislaturas dominadas por hombres han encontrado formas de eliminar el derecho al aborto con nuevas restricciones.

La Corte Suprema ha permitido que muchos de esos límites prevalezcan -siempre y cuando no representen una “carga indebida” para las mujeres- al tiempo que protegen la legalidad del procedimiento.

Sin embargo, al igual que la pornografía, lo que constituye una “carga indebida” está en el ojo del espectador.

¿Es una carga indebida obligar a las menores a obtener el consentimiento de los padres? El Tribunal Supremo dijo que no. ¿Es una carga indebida obligar a una mujer a esperar 24 horas antes de realizarse un aborto? No. ¿Es una carga indebida obligar a las mujeres a informar a sus esposos? Sí.

Dado que la Corte Suprema de EE.UU ahora tiene una mayoría conservadora, me temo que los enemigos de la libertad reproductiva finalmente prevalecerán en su búsqueda para obligar a las mujeres a regresar a un momento punitivo, cuando la ley les negaba el control sobre sus propias vidas y úteros.

Hasta el momento, las señales son angustiantes.

Los activistas antivacunación renunciaron a sus esfuerzos equivocados por derogar la ley SB 276, una ley de California que dificultaba la obtención de exenciones falsas para las vacunas.

En diciembre, el tribunal se negó a escuchar un desafío a una ley de Kentucky que exige que los médicos describan las imágenes de ultrasonido a las personas que buscan abortar, y obliga a las embarazadas a escuchar los latidos del corazón del feto, lo quieran o no.

Los legisladores de Kentucky llaman a esta intromisión descaradamente política en la relación médico-paciente un “consentimiento informado”.

Entre los muchos desafíos para Roe vs. Wade que aguardan en fila en la Corte Suprema hay uno que posiblemente los jueces escuchen durante este mandato: se les pedirá que respeten una ley de Louisiana que exige que los médicos que realizan abortos tengan privilegios de admisión en los hospitales cercanos. El problema, por supuesto, es que los hospitales pueden negarse -y a menudo lo hacen- a otorgar tales privilegios a los doctores especialistas en abortos.

¿Por qué es este caso tan alarmante?

Porque en 2016, la Corte Suprema anuló, con una votación por cinco a tres, una norma de Texas muy similar, al encontrar que no hacía nada para mejorar la salud de las mujeres y, en cambio, les imponía una carga indebida.

En su opinión mayoritaria, el juez Stephen Breyer señaló que cuando preguntó durante los argumentos orales si los funcionarios de Texas sabían de una sola instancia en la que la nueva ley hubiera ayudado a una mujer a recibir un mejor tratamiento, no pudieron ofrecer ninguna evidencia.

El juez Anthony Kennedy, el voto decisivo en ese caso, ya no está en la corte. Fue reemplazado por Brett Kavanaugh, quien no ha dado indicios de que esté de acuerdo con el precedente del alto tribunal en Roe vs. Wade. Muchas personas en ambos lados del debate sobre el aborto creen que él probablemente lo revocaría, si tuviera la posibilidad de hacerlo.

Lamentablemente para las mujeres, parece que están a punto de darle esa oportunidad.

@AbcarianLAT

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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