Opinion: Racism behind immigration crisis goes back to Hitler's 'bible' - Los Angeles Times
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Opinión: La crisis de inmigración y el racismo que la impulsa tienen sus raíces en la ‘biblia’ de Hitler

La crisis mundial de la inmigración - y el racismo que aparentemente la impulsa - se remonta a un libro centenario, ‘The Passing of the Great Race’.

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En las orillas de Río Grande, una niña flota sin vida, abrazando a su padre; ambos se ahogaron mientras intentaban cruzar de México a Estados Unidos. Los refugiados que atraviesan el Mediterráneo desde África hacia Europa se ahogan regularmente. Una madre hondureña que arrastra a los niños huye de gases lacrimógenos en la frontera de Estados Unidos. Hay pequeños en jaulas.

Las políticas aterrorizan: un muro fronterizo, separación familiar, la penitencia de esperar por el asilo en un tercer país.

En diciembre pasado, el Washington Post informó que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU quiere usar a los niños migrantes detenidos como carnada. Los adultos que se presenten para reclamarlos serían blanco de arresto y deportación.

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Las palabras incitan al miedo: “hombres malos”, “violadores”, “criminales”, “países de mierda”. Cuando las pronuncia un presidente de Estados Unidos, estas tienen un peso aún mayor.

Gran Bretaña, Polonia, Italia, Estados Unidos. En todo el mundo, los países que alguna vez estuvieron orgullosos de recibir a los inmigrantes parecen decididos a encontrar formas cada vez más tortuosas de mantenerlos alejados. ¿Son estos signos de un nuevo nacionalismo en ascenso? ¿O los recientes rasgos del miedo existencial?

La crisis de inmigración en todo el mundo, y el racismo que aparentemente la impulsa, puede rastrear sus raíces en parte en un libro centenario, “La caída de la gran raza”, de Madison Grant.

Al publicar una edición centenaria de la obra de 1916, el nacionalista blanco Ostara Press elogió el volumen como un “llamado a los blancos estadounidenses para contrarrestar los peligros de la inmigración no blanca y no del noroeste de Europa occidental”. Grant propuso a la “raza nórdica”, vagamente centrada en Escandinavia, como la principal responsable del desarrollo social y cultural humano. Temía que la inmigración y los matrimonios mixtos diluyeran esa raza, condenándola a la extinción.

Los temores de Grant acerca de su “gran raza” están muy vivos hoy en día.

El estudio en curso del Southern Poverty Law Center sobre los correos electrónicos enviados por Stephen Miller a Breitbart News en el período previo a las elecciones presidenciales de 2016 documenta su afinidad por el nacionalismo blanco.

Miller, un arquitecto de las políticas de inmigración de la administración Trump, elogia al ex presidente Calvin Coolidge por firmar la Ley de Inmigración de 1924, que endureció los controles a la inmigración no blanca pero los facilitó para los blancos de Europa occidental. También estableció la Patrulla Fronteriza de EE.UU, predecesora de Aduanas y Protección Fronteriza e ICE.

Lo escrito por Grant se señala como parte de la inspiración para la creación y aprobación de esa norma de 1924. Hitler llamaba a ese libro “mi biblia”. Las ideas de Grant definieron el Apartheid; su libro alimentó el movimiento eugenésico estadounidense.

La eugenesia es una pseudociencia de la raza que busca criar y mantener un “linaje nórdico” de seres humanos, sacrificando a los indeseables: negros, judíos, asiáticos, sudamericanos, homosexuales, enfermos físicos y mentales, y otros, a través de medidas que van desde la esterilización forzada hasta la muerte.

En los días de Grant, la eugenesia atraía a los ricos y famosos: los Carnegie, Rockefeller y los Kellogg, célebres por sus cereales. La eugenista Margaret Sanger, fundadora de Planned Parenthood, consideraba el trabajo de control de la natalidad como una forma de eliminar las “malas hierbas humanas”; Alexander Graham Bell presidió a los directores científicos de la Oficina de Registros de Eugenesia, un instituto de investigación en Cold Spring Harbor, Nueva York.

La eugenesia está muy en boga entre los nacionalistas blancos y los grupos de extrema derecha en todo el mundo, aunque ahora remodelada en conspiraciones más amplias como la “teoría de reemplazo”, que se originó en Francia con los escritos de Renaud Camus y propone que los blancos estadounidenses y europeos están siendo “reemplazados” de manera intencional, a través de las bajas tasas de natalidad y políticas liberales de inmigración.

Con la inscripción en curso en la California Cubierta, los consumidores se preguntan si califican para recibir subsidios.

“No podemos restaurar nuestra civilización con los bebés de otra persona”, tuiteó el representante estadounidense Steve King (R-Iowa) en 2017. Un hombre armado en Noruega, que asesinó a 80 personas en 2011, consideró su acto como una defensa de la raza nórdica del flagelo de la inmigración islámica. Temores similares de “teoría de reemplazo” influyeron en los tiradores masivos en Christchurch, Pittsburgh, El Paso y Charleston.

Sorprendentemente, Grant fue uno de los primeros conservacionistas que vio en las especies en peligro de extinción -el alce, el búfalo, el árbol de la secoya- un destino similar que aguardaba a sus “nórdicos”. También ayudó a establecer el sistema de parques nacionales de Estados Unidos. Los movimientos ambientales y climáticos modernos tienen raíces en el trabajo de Grant, lo cual nos lleva a un espectro intrincado y extraño: EE.UU y los países de Europa que Grant elogiaba fabrican los “gases de efecto invernadero” que amenazan el propio medio ambiente que él tanto buscaba proteger. En simultáneo, la crisis climática produce refugiados de naciones aborrecidas por Grant, que buscan asilo en países con las políticas de inmigración draconianas que Grant ayudó a crear.

Sin embargo, Grant tenía razón. Su “gran raza” está cayendo. Los estudios citan el año 2050 como el punto de inflexión, cuando los blancos estadounidenses se convertirán en una minoría estadística y la mayoría de los estadounidenses serán personas de color. Ya sea con un lenguaje abiertamente racista o formulado en políticas de inmigración encubiertamente xenófobas, el miedo a la caída de la “gran raza” se utiliza para ganar elecciones, aferrarse al poder, manipular la opinión pública y aumentar la membresía organizacional a esas ideas.

Los inmigrantes construyeron Estados Unidos. Esta nueva oleada no es diferente; son la cara del futuro, que merecen tener una nueva vida en un país que les ayude a triunfar.

Sí, la “gran raza” está cayendo. Qué alivio. Deberíamos buscar formas de ayudar a todos a aceptar esta inevitabilidad y prosperar a partir de ella.

Clyde W. Ford es autor de “Think Black”, las memorias sobre su padre, el primer ingeniero negro de software en Estados Unidos.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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