OPINIÓN: El flujo migratorio desde Centroamérica hacia Estados Unidos no se detendrá - Los Angeles Times
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OPINIÓN: El flujo migratorio desde Centroamérica hacia Estados Unidos no se detendrá

México ha completado su despliegue de 6.000 agentes de la Guardia Nacional para ayudar a controlar el flujo de migrantes que se dirigen hacia Estados Unidos.
(Oliver de Ros/AP)
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A pesar de los operativos mexicanos para detener la migración centroamericana de los países del llamado Triángulo Norte -El Salvador, Honduras y Guatemala-, atendiendo a las instrucciones de la administración Trump, este flujo continuará por razones estructurales que ahí están, y que no se modificarán con esas tácticas.

Ninguno de los países involucrados cree que esa es la solución, lo saben perfectamente. Cualquier persona medianamente informada entiende que detener a los migrantes sólo los desvía. Eso no quiere decir que los operativos mexicanos, que deberían avergonzarnos, son anodinos, responden a la dimensión política del proceso y no a la dimensión social y económica que es la que realmente está detrás del mismo. Para su campaña de reelección Trump requiere que el tema esté vivo y demostrar que él está deteniendo a los migrantes. México, también en una agenda política que nada tiene que ver con los migrantes, se presta a hacer ese trabajo.

El presidente mexicano ha insistido, desde hace tiempo, en que la solución al tema migratorio es el impulso de actividades productivas, la creación de empleos y el bienestar en los países de origen de los migrantes.

Los migrantes centroamericanos no le importan positivamente a nadie. En los países de salida incluso se ve con buenos ojos que cientos de miles de sus jóvenes abandonen el país. Eso aligera tensiones sociales, además de que enviarán remesas. México, en lo general, los usa políticamente: construye una relación con su poderoso vecino, mostrando que los puede detener y algún día derivar beneficios comerciales.

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El gobierno mexicano busca que las cosas no empeoren y, en lo particular, enriquecer la agenda político-personal de los actores involucrados, pues se atraen reflectores cuando se presentan como éxitos la detención de miles de migrantes. La dimensión de derechos humanos que alguna vez tuvo un papel relevante, ha desaparecido ante la subordinación frente a Estados Unidos. Muchas organizaciones y liderazgos con activismo en el tema, son ahora cercanos al gobierno mexicano o sus empleados. Estados Unidos, como ya dijimos sobredimensiona su utilización política.

México tiene una enorme responsabilidad en la crisis migratoria centroamericana.

El flujo migratorio desde Centroamérica hacia Estados Unidos no se detendrá, por lo menos durante un tiempo. Las razones son relativamente sencillas y se pueden resumir en cuatro o cinco. Exceso de jóvenes en la región en busca de oportunidades, pobreza extrema, violencia, falta de jóvenes en Estados Unidos, y la presencia de redes sociales y familiares en Estados Unidos que funcionan como facilitadores de la migración.

Los datos abundan y me parece increíble que quienes de una u otra manera están involucrados en la gestión del proceso, los ignoren. Siento que es además perverso, por decir lo menos, que con toda esa información alguien crea que la Guardia Nacional mexicana deteniendo migrantes resolverá el problema de fondo.

El grupo de edad de 15 a 24 años en el que se concentra la migración, representa para los países involucrados alrededor del 21% de la población (en México andamos en el 18%). En Estados Unidos, ese grupo poblacional es apenas el 13%. Este país sabe que necesita jóvenes para trabajos rudos y de baja calificación y en un futuro no muy lejano, para pagar las pensiones de los estadounidenses que se retirarán y dejarán de producir. De la violencia y pobreza extrema en Centroamérica, no hay ni siquiera necesidad de aportar información y en cuanto a las redes sociales y familiares que ya están en Estados Unidos sólo aportaré un dato: uno de cada cinco salvadoreños vive en Estados Unidos. Para ellos la migración es un proceso de reunificación familiar y social.

En esta lógica, la idea de inyectar recursos en la región es buena, pero no nos engañemos, no está ocurriendo, y no sucederá mientras en EE.UU el discurso antinmigrante siga siendo rentable políticamente. Estados Unidos no va a poner un dólar para el desarrollo de la región. Lo que México y los países centroamericanos plantean suena bien, pero es poco realista y finalmente, como ocurrió en México, la salida de centroamericanos la detendrá la demografía. ¿O de verdad alguien cree que la partida de mexicanos se detuvo por mejores oportunidades de desarrollo?

¿No se puede hacer nada entonces? ¿Habrá que esperar tranquilamente 10 o 15 años para que haya menos jóvenes en la región?

Por supuesto que no. Quienes están involucrados en la gestión del tema: o no les interesa la comunidad migrante, y varios presidentes mexicanos me lo han dicho explícitamente; o usan el tema políticamente en su agenda personal. Sólo los migrantes verán por ellos mismos y para eso se requiere que se organicen, que pesen políticamente como grupo, en México y en Estados Unidos, que voten en las elecciones de ambos países, que quienes pueden se hagan ciudadanos en EE.UU y participen electoralmente. Son, como dice una colega, un tigre dormido. Es el momento de despertar.

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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