California Necesita una reforma educativa

Especial para HOY / CALIFORNIA — Fui el menor de seis hijos y crecí en una finca agrícola llena de personas en el Valle del Imperial. Estuve rodeado por una gran familia y dos padres trabajadores que eran maestros y estaban comprometidos con nuestra educación.

Mis padres nos dieren, en efecto, una clase virtual de 24 horas donde todo era una experiencia educativa, con muchos momentos de aprendizaje. Mis hermanos, hermana y yo no les agradecimos completamente lo que nos proveyeron hasta que crecimos y pudimos reflexionar sobre nuestra infancia.

Aunque fui a una escuela pública, nunca olvido las lecciones de mis padres. Ahora entiendo que una gran educación puede ser la diferencia entre una vida llena de abundancia, maravillas y satisfacción, y una forma de vida empobrecida. Fue precisamente en la escuela pública que asistí donde me pude dar cuenta que nuestro sistema educativo le estaba fallando a muchos de nuestros hijos.

California ha recibido el grado “D +” en las ultimas clasificaciones de estado-por-estado hecha por Education Week. El rendimiento estudiantil en California sobre las pruebas de aprendizaje consistentemente se clasifican cerca de los últimos en lectura y matemáticas de los niveles elementales e intermedios.

Las tasas de graduación en nuestras high schools son mediocres y muchos de los estudiantes que se gradúan necesitan tomar clases extras para dominar habilidades académicas básicas y asi poder ir colegio.

El año pasado el juez Rolf Treu, de la Corte Superior en el Condado de Los Ángeles, confirmó el decepcionante nivel del sistema educativo de California al declarar que cinco provisiones del Código Educativo de California eran inconstitucionales porque protegían a maestros incopetentes y afectaban a los estudiantes.

“Considerable evidencias presentadas le aclaran a esta corte que los estatutos que está aplicando afectan desproporcionadamente a estudiantes de bajos recursos y/o de minoría étnica”, escribió el juez Treu en su decisión. “La evidencia es convincente. Verdaderamente agita la conciencia”.

Reformar la educación requiere de compromiso, tenacidad y tiempo. Por eso es que presenté un paquete de medidas de educación diseñado para darles a los niños californianos una mejor educación. Esto significa mejor acceso a buenas escuelas, buenos maestros y una experiencia de aprendizaje como ninguna otra.

Estas medidas incluyen SB 279, un sistema nuevo para evaluar a maestros que toma el éxito de estudiantes en consideración y SB 381, que incluye nuevas reglas para contratar a maestros y proteger a los mejores docentes de California. Ambas medidas ponen énfasis en las deficiencias destacadas anteriormente.

Otra medida es la SB 597 que busca extender la vida del programa exitoso School District of Choice, que promueve la opción de escuelas públicas para permitirles a los padres transferir a sus hijos a distritos escolares que participan en el programa sin un acuerdo de transferencia.

Todas estas reformas serán presentadas en el Comité de Educación del Senado a finales de este mes y no será la primera vez que he traído estas ideas a la audiencia del comité. Desafortunadamente los sindicatos se han opuesto a la mayoría de estas reformas y han podido bloquearlas. Ellos son los mismos sindicatos que también luchan en contra de la decisión del juez Treu. Yo espero continuar con esta lucha.

Lo que no haré sin embargo, será abandonar a nuestros hijos ante esta oposición. La Constitución de California establece un derecho fundamental, y especifica que cada niño debe tener una educación básica y una oportunidad equitativa para aprender. Nuestros hijos no deberían estar encerrados en escuelas de bajo rendimiento. Ni los Distritos deberían de pagar decenas de miles de dólares para correr a los maestros que abusan y se aprovecha de los estudiantes.

Nuestros hijos merecen una educación de alta calidad. Mis reformas, aunque modestas, ayudarán a cumplir con esta promesa. Proveen mejores opciones para padres y una educación pública de alta rendimiento académico para estudiantes – sin importar donde viven o recursos económicos.