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Condenan a cadena perpetua más 126 años a pandillero latino por asesinato

EFE

Un pandillero hispano de la zona de Denver (Colorado) fue condenado a cadena perpetua más 126 años por haber asesinado a un hombre, también hispano, que él asumió había denunciado a uno de sus amigos, aunque la víctima no tenía vinculación alguna con el caso.

Según informó este miércoles la oficina de comunicaciones del Distrito Judicial 18 de Colorado (al sureste de Denver), Francisco Martín Talamantes, de 30 años, recibió la larga condena por el asesinato de Eduardo Hernández Zúñiga, ocurrido el 24 de noviembre de 2016, día de Acción de Gracias.

Según se demostró en el juicio, Talamantes fue a un motel en Aurora donde se alojaba Zúñiga y lo asesinó a balazos.

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“Solo existe un lugar para una persona sin ley que deja muerte y destrucción a su paso: la prisión, y para toda su vida”, dijo el fiscal de distrito George Brauchler en declaraciones escritas enviadas a Efe.

“La prisión puede protegernos de un mal mayor, pero no puede recuperar la vida que se ha tomado. La víctima inocente perdió su vida porque estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Debemos seguir esforzándonos por ser mejores personas”, agregó.

Cuando Zúñiga salió de su habitación para ir a comprar un refresco, Talamantes y sus cómplices (Luis “Malo” Zamora Ornelas, de 20 años, y David Alberto “Pato” García, de 30) ingresaron al lugar, esperaron el regreso de Zúñiga, y lo asesinaron “en segundos” en frente de paralizados testigos.

Tras huir, Talamantes robó dos vehículos (incendió uno y chocó otro) y mató a su compinche Zamora Ornelas.

Un día después de los hechos, la policía arrestó a Talamantes, y a su novia, quien conducía el vehículo usado en la fuga, mientras que García fue detenido el 2 de diciembre de 2016.

La novia de Talamantes, cuyo nombre no fue informado, y García también fueron juzgados, condenados y sentenciados. La sentencia de la mujer no se dio a conocer.

García recibió cadena perpetua el 7 de marzo de 2018, tanto por su participación en la muerte de Zúñiga como por haber matado a un automovilista, Miguel Baray, a quien le robó el vehículo para tratar de eludir a las autoridades el día de su arresto.

“A estos hombres no les importa nada la vida humana, ni el imperio de la ley, ni la seguridad de quienes los rodean”, dijo la vicefiscal en jefe Kelley Dziedzic.

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