El “Romancero Gitano†de Lorca salta de la poesÃa a los lienzos en Nueva York
Nueva York — El Instituto Cervantes de Nueva York acoge desde hoy y hasta el 14 de julio “Ochoa+Lorca, plástica musicalâ€, una exposición con los cuadros que el pintor Enrique Ochoa (1891-1978) creó inspirándose en los poemas de Federico GarcÃa Lorca (1898-1936).
A la inauguración, que llenó la galerÃa del Cervantes, acudieron el presidente de la Fundación Pintor Enrique Ochoa y nieto del artista, José Estévez, y la excomisaria europea de Asuntos Exteriores Benita Ferrero, entre otras personalidades.
La muestra conmemora los 120 años del nacimiento de Federico GarcÃa Lorca (1898-1936) y el 40 aniversario del fallecimiento de Enrique Ochoa (1891-1978) y en ella se pueden encontrar obras que el pintor dedicó al autor de “La Casa de Bernarda Alba†pero también a varios músicos, como Beethoven o Stravinsky.
“Ochoa se ha convertido en el pintor de la música por excelencia y era capaz de traducir la ciencia y la secuencia de grandes maestros al lenguaje visual, y por esta razón tenemos que agradecerle que podamos oÃr los colores y ver los sonidosâ€, manifestó el director del Instituto Cervantes en Nueva York, Ignacio Olmos.
En declaraciones a Efe, Estévez explicó que Lorca “fue un gran poeta pero también un gran músico, mientras que Ochoa fue un gran pintor pero también un grandÃsimo poetaâ€.
“Esa mezcla, junto al retrato que Ochoa pinta de Lorca tres años antes de su muerte, es el ‘leit motiv’ de la exposición, que también recorre sus otras épocasâ€, remató.
Lorca y Ochoa se conocieron en el Café Pombo, cuyo sótano acogÃa cada sábado por la noche a artistas e intelectuales en la tertulia que organizaba el periodista Ramón Gómez de la Serna, y que animó la escena cultural madrileña hasta que la Guerra Civil precipitó su cierre.
Pronto se declararon una admiración mutua: Lorca le dedicó un poema a Ochoa, que a su vez asumió el reto de traducir los versos de su “Romancero Gitano†a los lienzos y le pintó su retrato más famoso.
Ochoa, conocido como “El Pintor de la Músicaâ€, también se llevó a su terreno, la pintura, los poemas de Rubén DarÃo y las partituras de varios músicos clásicos.
Nacido en Cádiz, se instaló en Madrid con 23 años y amasó una pequeña fortuna ilustrando las revistas de la época (no existÃan entonces las fotografÃas) con su caracterÃstico estilo art-decó.
Tras más de una década dibujando para revistas y piezas literarias (ilustró las Obras Completas de Rubén DarÃo y una versión especial de “El Quijoteâ€), decidió dedicarse a pintar canciones y poemas, con un estilo rompedor que liquidó su fama de mero retratista de la burguesÃa.
También es considerado un precursor del “action painting†que años después harÃa famosos a Pollock, Kooning y otros artistas de la Escuela de Nueva York.
Las 17 obras de la muestra que han viajado a Nueva York pertenecen a la colección familiar, y además de los cuadros dedicados al “Romancero Gitano†se puede ver un lienzo sobre la novena sinfonÃa de Beethoven y otro del pájaro de fuego de Stravinsky.
También se muestra “La Majaâ€, un retrato que ganó el gran premio de la Bienal de Venecia en 1936 y “Caras y cementoâ€, una obra que aborda la angustia de la vida urbana en la que se pueden reconocer rostros como el de Miguel de Unamuno o AzorÃn.
Todas estas pinturas, las más importantes del artista español, siguen en manos de la familia, y es que, tal como explica Estévez, “Ochoa siempre tuvo claro que sus obras maestras iban para su colección, no querÃa vender nadaâ€.
Sin embargo, el director de la fundación reconoce que el hecho de que las mejores obras de Ochoa nunca hayan salido de la colección familiar puede afectar a la popularidad del pintor, y por ello valora poner a la venta parte de la colección en el futuro: “Tenemos que avanzar en este sentidoâ€, admitió.