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A un millar de edificios dañados ...y contando

Los inmuebles históricos dañados por los sismos del 7 y el 19 de septiembre rondan los mil, y la cifra aumenta cada día.

Hasta el lunes 25, la Secretaría de Cultura (SC) reportaba 485 en las siete entidades sacudidas por el temblor del pasado martes, más otros 400 en Chiapas y Oaxaca, con deterioros por el terremoto de hace tres semanas.

“Todavía no terminamos de hacer recorridos en los Estados afectados por el sismo del 19; tendremos que hacerlos durante tres días más, cuando menos”, estimó el coordinador de Monumentos Históricos del INAH, Arturo Balandrano.

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En el Estado de México, con 60 listados, preliminarmente, antier la cifra escaló a 180 monumentos, y anticipa que se añadirán más de Guerrero, procedentes de Tierra Caliente y de la zona de la montaña, donde recibieron informes de patrimonio amenazado que aún deben constatarse.

Los expertos asignados a esta tarea -alrededor de 200 procedentes de la SC, la UNAM, el IPN, la UAM y la Universidad Autónoma de Zacatecas- no sólo registran los problemas en los bienes, sino que los califican. De acuerdo con sus evaluaciones, 70 por ciento tiene daños menores y medianos y, severos, el 30 restante.

“Ninguno podemos considerarlo pérdida total. No vamos a demoler y a volver a construir, eso sería una pérdida irreparable del monumento. Para los que tienen daños severos haremos un proyecto de reestructuración y de restauración para devolverles sus valores patrimoniales y mantener su autenticidad”, explicó Balandrano,

Pero hay amenazas. Mientras estos registros se actualizan, arquitectos, restauradores e interesados en el patrimonio reclaman en redes sociales no demoler inmuebles por valoraciones apresuradas de quienes no son expertos en sistemas constructivos antiguos, o por temor de la población, como ocurrió en el templo de Ecatzingo, Estado de México, donde habitantes propusieron derribar el recinto porque su cúpula puede desplomarse. El párroco logró frenarlos.

“La gente pide la demolición por el nivel de riesgo, pero tenemos que esperar el dictamen del INAH. Pedí a la comunidad que no levantara nada, porque tenemos que dejar las piedras tal y como cayeron para que los estudios que se hagan sean los más correctos y, además, seguramente ese material es el que se recuperar· para volver a construir”, relata el Padre Víctor Manuel Chávez.

También en una capilla de Yecapixtla, donde colapsó parcialmente el campanario, Balandrano encontró que los mayordomos lazaron la parte que permanecía para tirarla y rehacer el campanario.

“Fuimos a hablar con ellos, entendieron que no podían hacerlo, que era muy riesgoso y podían dañarlo. Les dijimos que hiciéramos equipo, y lo entendieron muy bien”.

Refiere igualmente encuentros con presidentes municipales que deben ser detenidos por personal del INAH cuando acuden con trascabo a monumentos, por ejemplo, una casa de cultura con un arte fracturado.

Otra veces se impone el Ímpetu arrasador, como muestra un video de la demolición parcial de una casona histórica en la 18 Oriente y Boulevard 5 de Mayo, en el Centro de Puebla.

Ante esta situación, profesionales de la restauración piden que el INAH y la SC informen en cadena nacional cómo actuar con los bienes patrimoniales dañados, porque no son desechables.

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