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Diego Osorno: Problemas de México no se resuelven con un cambio de presidente

México debe caminar hacia una “indignación organizada” que transforme el dolor en acción, pues -como demostró la revuelta que vivió Oaxaca en 2006- los problemas no se resuelven “solo con el cambio de presidente”, dice el periodista Diego Enrique Osorno.

“Creo que el problema es centrar todo en la elección presidencial, creer que en 2018 el cambio de presidente va a solucionar todos los problemas”, señala Osorno (Monterrey, 1980) en una entrevista con Efe.

El periodista se encuentra en la fronteriza ciudad de Tijuana presentando “Oaxaca sitiada”, una nueva edición del libro que escribió hace una década sobre la protesta magisterial que se registró en ese estado del sur de México durante el gobierno de Ulises Ruiz.

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Este incidente ocurrió “justo en un momento en el que teníamos la sensación de que estábamos viviendo ya la nueva era democrática y no había más autoritarismo”.

Sin embargo, esta “expectativa positiva” causada por la llegada al poder de Vicente Fox (2000-2006), con la que el Partido Acción Nacional (PAN) puso fin a la hegemonía del PRI, se rompió en el instante en el que la gente da cuenta de que “el autoritarismo y la corrupción” siguen presentes en lugares como Oaxaca.

“A la larga, no me hubiera imaginado que esa corrupción y ese autoritarismo que había en Oaxaca sería el pan de cada día en México”, menciona Osorno, aludiendo a los numerosos casos de gobernadores mexicanos que se han visto implicados en casos de corrupción.

El año 2006 en Oaxaca “anunció lo que ahora hemos constatado con tristeza”. El caso de este estado sureño, asegura, es el reflejo la “democracia bárbara” que se da en el país.

“En números, hoy en día la democracia mexicana es mucho más represiva y bárbara que las dictaduras típicas latinoamericanas del siglo pasado”, sostiene.

Osorno matiza que no se puede decir que México vive en una dictadura, ya que ha tenido “avances en ciertas libertades” a lo largo de los años. No obstante, a la par ha crecido el “riesgo” vinculado a dichas libertades, apunta, y pone como ejemplo el trabajo periodístico.

“No hay duda” que cuestionar y denunciar en el país es más fácil que hace “20 o 30 años”, pero “hoy en día más que nunca en la historia matan a periodistas por eso”.

El asesinato del periodista Javier Valdez, ocurrido el 15 de mayo en el estado de Sinaloa, ha llamado a la acción a los comunicadores del país para que este crimen no sea un “absurdo más”.

Reflexiona que “cada vez hay más decisión de convertir el dolor, los agravios que se han vivido a lo largo y ancho del país, en una indignación organizada”.

“Ni siquiera le podemos exigir a este Gobierno que resuelva el crimen de Javier Valdez porque no puede; la justicia en México está desbordada, atravesada por la corrupción, el narcotráfico, la mafia”, señala.

Por ello, la idea de varios periodistas del país es establecer unas mesas de diálogo el próximo junio para “poder hacer algo de manera colectiva”.

“Hay muchas” ideas que se pueden proponer, como que haya un mecanismo internacional que supervise las investigaciones de crímenes atroces y de corrupción o que se constituya un gremio nacional de periodistas desde la pluralidad, detalla.

El periodista rechaza las acciones anunciadas la semana pasada por el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, entre las cuales destaca crear u homologar fiscalías estatales especializadas en delitos contra la prensa, ya que considera que con esto se “refuerza la impunidad”.

Teniendo en cuenta que la fiscalía federal especializada en esta materia ha investigado algunos casos de manera “sumamente sucia, corrupta”, la idea de extender este modelo a todos los estados da “miedo”: “Es propagar un virus prácticamente de impunidad”.

“Lo que se hace es simplemente generar más burocracia y no una supervisión autónoma”, destaca Osorno.

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