La ONU pide más control en venta de armas ante continuos ataques a civiles
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Naciones Unidas — El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió hoy más control a los países en sus ventas de armamento dados los continuos ataques contra hospitales y otros objetivos civiles que se dan en los conflictos actuales.
“Urjo a aquellos involucrados en transferencias de armas a mostrar más responsabilidad y considerar las potenciales consecuencias de esas ventas, para las vidas humanas y para nuestra seguridad común”, dijo Guterres al Consejo de Seguridad.
El máximo órgano de decisión de Naciones Unidas celebró hoy una sesión especial dedicada a la protección de los civiles en los conflictos y, en especial, a la seguridad de los hospitales y el personal sanitario.
La reunión la presidió el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, quien recalcó también la necesidad de un mayor control sobre el comercio internacional de armas.
Nin Novoa llamó la atención en concreto sobre el hecho de que los “ataques más devastadores son los efectuados por vía aérea” y recordó que en ninguna de las guerras actuales los llamados rebeldes tienen fuerzas aéreas propias.
“Quienes sí tienen fuerzas aéreas son los Estados involucrados en los conflictos y, por consiguiente, la responsabilidad primaria recae sobre dichos Estados”, denunció.
El representante uruguayo también consideró responsables a los países que “suministran y venden, o autorizan a sus pujantes y prósperas empresas el suministro y la venta, de los aviones y su correspondiente armamento”.
Nin Novoa apuntó directamente a las potencias permanentes del Consejo de Seguridad (EE.UU., Rusia, China, Francia y el Reino Unido), citando un estudio según el cual esos cinco países suministraron entre 2011 y 2015 el 75 % del total de las exportaciones de armas.
El ejemplo más reciente tuvo lugar el pasado fin de semana, cuando EE.UU. firmó con Arabia Saudí un acuerdo para vender armamento por valor de 110.000 millones de dólares al país árabe, que lidera la coalición que interviene en Yemen y que ha sido acusada de bombardear hospitales.
El debate de hoy, impulsado por Uruguay, se produce un año después de que el Consejo de Seguridad aprobase una resolución para tratar de contener los ataques contra instalaciones y personal sanitario.
La realidad, sin embargo, no ha registrado mejoras desde entonces y los abusos continúan de manera regular en países como Siria, Irak, Afganistán, Yemen o Sudán del Sur.
“Sobre el terreno, poco ha cambiado. Los ataques contra trabajadores e instalaciones médicas continúan. Nadie se salva”, reconoció hoy Guterres.
En 2016, se registraron ataques contra equipos sanitarios en al menos 20 países en conflicto, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“En la mayoría de los casos, nadie fue hecho responsable”, destacó el jefe de la ONU en su discurso, en el que aseguró que los ataques son parte de una “tendencia” que muestra que las partes de los conflictos están “tratando a los hospitales y clínicas como objetivos, en vez de respetarlos como santuarios”, tal y como exige la ley internacional.
Por ello, Guterres, reiteró su llamamiento a todos los combatientes a evitar ese tipo de ataques y a hacer todo lo posible para limitar el daño a los civiles en sus operaciones militares.
Pero además, animó a todo el mundo a poner de su parte, presionando a los Gobiernos responsables para que se detengan, controlando sus transferencias de armas o buscando garantizar que no haya impunidad en los crímenes más graves.
Nin Novoa insistió también en que la comunidad internacional tiene la “obligación” de identificar y castigar a los culpables.
Así, señaló que los Estados miembros deben garantizar investigaciones sistemáticas de este tipo de ataques y que el consejo de Seguridad también debe asumir su “responsabilidad”, imponiendo sanciones a los responsables o remitiendo casos a la Corte Penal Internacional (CPI).