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Comienza este fin de semana en el condado de Los Ángeles una prueba para el censo 2020

Mientras la Oficina del Censo de los EE.UU. se prepara para el que será su recuento más heterogéneo de la historia, las autoridades han elegido la multicultural ciudad de Los Ángeles para probar un proyecto piloto que utiliza tecnología para recoger las respuestas y, por primera vez, en cuatro idiomas diferentes.

La prueba -que incluye inglés, español, coreano y chino- tiene como objetivo sentar las bases para el censo que se realizará dentro de cuatro años, cuando el gobierno estima que habrá 330 millones de personas en el país.

La gran población asiática americana del condado de Los Ángeles, los diferentes niveles de acceso a Internet y un elevado número de viviendas desocupadas permitirá testear varias cuestiones a la vez.

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Durante las próximas seis semanas, la Oficina del Censo de los EE.UU. enviará por correo varios avisos a 225,000 hogares en el área de Los Ángeles, solicitando a la gente que responda online preguntas acerca de cuántas personas viven en su domicilio, cómo se relacionan entre sí y quién es el dueño de la propiedad.

El año 2020 marcará la primera vez que la gente podrá responder el censo online o por teléfono, en lugar de llenar un formulario de papel.

Lisa Blumerman, directora asociada del censo decenal, afirmó que espera que cerca de 60,000 hogares del sur de California, de los 225,000 invitados a participar del testeo, no respondan los recordatorios enviados por correo. Es posible que, quienes no lo hagan, reciban la visita en persona de un trabajador del censo, que esta vez, a diferencia de años anteriores, no llevará consigo lápiz y papel.

En lugar de ello, los trabajadores emplearán una aplicación para teléfonos y tabletas llamada Compass, que inmediatamente recoge las respuestas desde el umbral de la puerta. La aplicación –que está siendo probada tanto en dispositivos iPhone como Samsung- nota cuando una respuesta se ha efectuado desde esa dirección, lo cual indica que los trabajadores no realizarán visitas de seguimiento innecesarias, aseguró Blumerman.

“Anteriormente... todo era en lápiz y papel. Ellos tenían una pila de cuestionarios que debían llenar. Había también una pila de mapas, para que comprendieran dónde estaban yendo. Ahora, hacemos todo eso de forma automatizada”, dijo la directora.

Esta también será la primera vez que la gente podrá responder las preguntas del censo en inglés, español, chino simplificado y coreano.

“Queremos asegurarnos de llegar a todas las comunidades con este censo, para lograr datos precisos y justos, y parte de ello es proveer formas para que todos puedan responder cómodamente”, señaló Blumerman.

La prueba en el condado de Los Ángeles es una oportunidad para asegurar que los nuevos sistemas reconozcan debidamente las letras chinas y coreanas. “Estamos avanzando en el uso de caracteres no-romanos”, adelantó la funcionaria. Un testeo similar, enfocado en el uso de respuestas en español, se llevará a cabo al mismo tiempo en el área de Houston.

En 2020, también será nueva la posibilidad de responder el censo por teléfono, en lenguajes que incluirán vietnamita, tagalo, árabe y francés.

Para Lydia Lee, estos cambios ponen fin a las sospechas de aquellas personas que fallaban al responder los cuestionarios porque éstos estaban sólo en inglés. “Me encontraba con muchos hogares reacios, preocupados acerca de por qué el gobierno necesitaba esa información. Estaban inquietos acerca de la privacidad”, comentó Lee, de 55 años y oriunda de L.A.

Lee, quien trabajó en los censos de 2000 y 2010, espera que esta prueba, y el censo de 2020 en general, sean más sencillos para las personas que no hablan inglés con facilidad. “Será un escenario totalmente diferente”, afirmó. “Si contamos con un cuestionario en chino para una persona que habla ese idioma, ésta se sentirá mucho más ayudada”.

El censo simplificará incluso su llegada a cada hogar. Las autoridades han solicitado a FedEx y a UPS ayuda para elegir las mejores rutas para que los trabajadores recorran las zonas, y saber en qué horarios la gente tiene más probabilidades de estar en su casa y abrir la puerta. “Realmente buscamos aprender de ellos, acerca de cómo funcionan sus rutas y algoritmos, porque lo que intentamos hacer es que los trabajadores lleguen a las puertas de los hogares de manera más eficiente”, afirmó Blumerman.

El uso de más tecnología para realizar el testeo podría recortar $5 mil millones de los más de $17 mil millones que requeriría el censo y el trabajo anterior de preparación. Sólo comparar fotografías aéreas de los barrios para buscar cambios ahorra $1,000 millones de dólares, que de otro modo se hubieran utilizado en enviar trabajadores a recorrer cada cuadra del país, detalló Blumerman. “Esto nos permite que una mayor cantidad de direcciones lleguen a una oficina, donde tenemos empleados en nuestro centro de procesamiento nacional en Jeffersonville, Indiana. Ellos mirarán dos fotografías de una misma cuadra en distintas épocas, y podrán ver si ha ocurrido algún crecimiento en esa zona”, continuó.

El censo también planea utilizar los datos públicos federales existentes, tales como información de entregas postales o documentos de impuestos, para determinar si hay alguien viviendo en un domicilio antes de enviar a un trabajador a golpear la puerta. Eventualmente, eso se ampliará para usar datos recopilados en cada estado, por ejemplo qué residencias albergan un receptor de cupones de alimentos, explicó la funcionaria. “No hay necesidad de enviar a un trabajador de campo a una casa vacía”, afirmó.

Pese a que todo esto puede sonar obvio, se trata de un gran salto adelante para el censo, que no utilizó estos recursos en 2010. “Estamos mudando el censo al siglo XXI. Tenemos tecnología y datos modernos, nueva información, y la estamos empleando de forma holística para la totalidad del proceso, algo que no se ha hecho antes”, reforzó la funcionaria.

Para la directora, hacer las cosas bien es importante. Los datos recopilados cada década, durante el recuento –constitucionalmente requerido- de la población nacional, se emplean para dibujar los distritos del congreso y repartir más de $400 mil millones en el gasto federal anual.

El número de residentes en una calle particular puede determinar dónde se construyen estaciones de bomberos, o escuelas. “Queremos asegurarnos de contar a todo el mundo, sólo una vez y en el sitio correcto, y para ello se requiere un gran esfuerzo de nuestra parte”, concluyó Blumerman.

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