Nuevo grupo narcotraficante se instala en Tijuana
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TIJUANA - Letreros amenazantes, escritos crudamente colgando de puentes de carretera o dejados en cadáveres mutilados, han entregado el mensaje: el grupo de tráfico de drogas de más rápido crecimiento en México, el cartel Jalisco Nueva Generación, se encuentra ahora en Tijuana y lucha para expandir su influencia.
Según las autoridades, la creciente presencia del grupo coincide con un aumento de homicidios en Tijuana que se inició en la primavera pasada y ha continuado en estas primeras semanas del nuevo año, con muchos de los autores y las víctimas descritos como miembros de bajo rango del tráfico de drogas en las colonias de la ciudad.
Los homicidios relacionados con las drogas representaron más de 80 por ciento de los 670 homicidios en Tijuana en el año 2015, el número más alto en cinco años, según la Oficina del Procurador General de Baja California. Un total de 71 homicidios en el mes pasado marcó el enero más violento en la ciudad desde 2010.
Con la participación de Nueva Generación, la batalla por el control del tráfico de drogas en las colonias de Tijuana y de las lucrativas rutas de contrabando a los Estados Unidos, se ha entrado en una nueva fase que ha dejado al cartel de Sinaloa cada vez más a la defensiva, y ha conducido a deserciones de algunos de sus miembros, de acuerdo con las fuerzas del orden.
Nueva Generación “es el nuevo jugador en la ciudad que está tratando de hacerse con el control de la plaza de Tijuana”, dijo Gary Hill, agente especial auxiliar a cargo de la Oficina en San Diego de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos.
Si bien la extensión de la presencia y la influencia física de Nueva Generación es objeto de cierto debate, existe un consenso acerca de esto: el grupo ahora está implicado tanto en las ventas a nivel callejero, narcomenudeo, como las actividades de contrabando transfronterizo, también llamado trasiego.
Daniel de la Rosa, secretario de Seguridad Pública de Baja California, dijo que Nueva Generación se ha centrado en la creación de alianzas con miembros de los bajos medios de Tijuana, en un desafío al cartel de Sinaloa, que ha sido reconocido en los últimos años como el grupo narcotraficante que dominaba la ciudad. Su rivalidad precedió a la reciente recaptura del líder desde hace mucho tiempo de la organización de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán.
“En cuanto a una cabeza visible del Grupo Jalisco Nueva Generación, no tenemos una”, dijo De la Rosa la semana pasada. “Usted no ve la presencia de sus operadores, sus sicarios, su organización criminal. Lo único que hemos detectado es el contrabando y la protección de sus cargas que se dirigían a los Estados Unidos, y la importación de dinero en efectivo y armas de los Estados Unidos”.
Cambio de dinámica
Durante años, Tijuana fue conocido como territorio dominado por la organización de los Arellano Félix, y ese control de la familia se extendía tanto al contrabando de drogas a los Estados Unidos, como al tráfico local de drogas, dijeron las autoridades. Esa supremacía se deshizo en medio de las detenciones y muertes de sus líderes y los desafíos de sus rivales en el tráfico de drogas. El golpe final llegó en 2008, cuando un exteniente de Arellano, Teodoro García Simental, se rebeló de forma sangrienta contra sus antiguos jefes, con el apoyo del cartel de Sinaloa. Ahora, parece que la situación se ha dado la vuelta. Para obtener el control en Tijuana, Nueva Generación ha estado reclutando a exmiembros de la Organización Arellano Félix y persuadiendo a los operativos del de Sinaloa para cambiar de bando, de acuerdo con un funcionario de la ley de Estados Unidos. “No solo están pasando por aquí. Están abriendo sus oficinas y estableciéndose”, dijo.
Las autoridades dijeron que las presiones han llevado a presuntos líderes del cartel de Sinaloa en Baja California, como los hermanos Alfonso Arzate y René Arzate, a huir del estado. Pero incluso ausentes, los hermanos, que se encuentren inculpados en San Diego por cargos de tráfico de drogas, “todavía tienen su influencia”, dijo Hill de la oficina de la DEA de San Diego.
Una figura clave que se ha dicho que ha pasado de pertenecer del cartel de Sinaloa al de Nueva Generación es Arturo Gómez Herrera, más conocido por su apodo, El Gross.
De acuerdo con la policía de Tijuana, El Gross ahora dirige una célula criminal que ha estado luchando por el control del tráfico de drogas en la empobrecida colonia Sánchez Taboada de Tijuana. Hace unos días, la policía anunció la detención de un joven de 19 años de edad, que dijeron era un asesino a sueldo que trabajaba para El Gross y lo conectan con los homicidios de al menos cinco narcotraficantes del barrio.
Ascender al poder
El cartel de Jalisco Nueva Generación, a menudo llamado CJNG, es un recién llegado que surgió de la lucha de poder entre los traficantes de drogas en la región central del país. El grupo empezó a ganar poder alrededor del 2009 con la caída del cartel Valencia-Milenio, de acuerdo con el Departamento de Estado de Estados Unidos. El actual líder se dice que es Nemesio Oseguera Ramos de 49 años, alias El Mencho, originario de Michoacán “quien ha estado involucrado de manera significativa en las actividades de tráfico de drogas desde la década de los noventa”, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Oseguera purgó casi tres años en una prisión de Estados Unidos, después de una condena federal en 1994 por distribución de heroína en el distrito norte de California. En el 2014, fue procesado en una corte federal de Estados Unidos en Washington, D.C. y en abril pasado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos nombró a Oseguera “capo”, una designación que consiste en congelar cualquiera de sus activos estadounidenses, o los de su grupo, que estén en o controlados por Estados Unidos y la prohibición de hacer transacciones con ellos.
El Departamento de Estado de Estados Unidos está ofreciendo hasta 5 millones de dólares por información que conduzca a su captura y condena.
“A través de la violencia extrema, la corrupción y la extorsión, CJNG ha aumentado su presencia en México, participando en batallas en todo el país y en constante expansión del control y su territorio”, se lee en la descripción que la agencia hace de la organización. A ambos lados de la frontera Estados Unidos-México, las autoridades policiales y expertos en drogas están siguiendo de cerca al grupo.
“Lo que suceda con Nueva Generación durante el próximo año va a remodelar el panorama del tráfico de drogas en México”, dijo David Shirk, profesor de la Universidad de San Diego, que estudia el tráfico de drogas y el sistema judicial de México.
Alejandro Hope, analista mexicano y editor de seguridad y justicia del sitio web El Daily Post, espera que Nueva Generación y otros carteles continúen fragmentándose.
“Los carteles a gran escala, verticales, altamente visibles, altamente identificables, que eran tan prominentes entre los años ochenta y la década del dos mil, son una cosa cada vez más del pasado”, dijo Hope. “Pensar en carteles es un término equivocado acerca de lo que está pasando en México. La fragmentación que ha dominado el bajo mundo mexicano está aquí para quedarse. Dentro de diez años, ni el cartel de Sinaloa ni Nueva Generación existirán”.
Caída de los delitos comunes
El creciente número de homicidios en Tijuana ha estado en contrapunto con la caída de los delitos comunes allí, así como una fuerte caída en los secuestros el año pasado, según las estadísticas policiales.
Las fuerzas policiales de Baja California han trabajado para reducir la corrupción y reforzar la capacitación y certificación de los programas, y eso se muestra en los resultados, dijo Gustavo Fernández del León, presidente del grupo empresarial Coparmex Tijuana. “Vemos una policía renovada, vemos la coordinación en la lucha contra los delitos comunes”, dijo.
Sin embargo, a pesar de que la mayor parte de los homicidios han sido de personas involucradas en el tráfico de drogas, aun así “no podemos aceptarlo”, dijo Fernández. “Tenemos que exigir que las autoridades federales intervengan con mayor eficiencia para que esto no continúe”.
Las autoridades estatales dijeron que en muchos de los homicidios, la víctima y el agresor eran conocidos. “Son traficantes callejeros que se conocen entre sí. Ellos van a sus casas y los matan allí, o los secuestran y luego se deshacen de sus cuerpos”, dijo De la Rosa, secretario de Seguridad Pública de Baja California. “En algunos casos, puede ser que tengan una confrontación en un bar”.
José María González, titular de la Subprocuraduría Contra la Delincuencia Organizada en la Procuraduría de Justicia de Baja California, ve una conexión directa entre la presencia de Nueva Generación y el aumento de la violencia. “Se incrementó debido a un tercer grupo que está en proceso de establecerse y no habían estado jugando un papel en el mercado local de drogas”, dijo.
En algunos casos, los asesinos han dejado letreros en los cuerpos de las víctimas, proclamando su lealtad a Nueva Generación y su rama local, que se hace llamar Nueva Generación Tijuana.
Sin embargo, en muchos casos, los que investigan estos crímenes se ven en problemas para identificar qué grupos están involucrados.
“Estamos tratando con el nivel más bajo; todo lo que saben es que hay una disputa por el comercio local”, dijo González. “Cuando les indicamos los grupos que pueden formar parte, ni siquiera lo saben. Se limitan a decir: ‘este tipo se me acercó, preguntó si quería vender estos paquetes, que podría ganar 20 a 30 y 50 pesos por cada uno’”.
Para el activista de derechos humanos de Tijuana Víctor Clark, las autoridades son demasiado rápidas para desestimar los crímenes como conflictos entre los miembros de bajo nivel del tráfico de drogas.
“La idea es que estos son jugadores menores y no es importante. Pero ellos no explican que forman la base de la estructura de las organizaciones del tráfico de drogas”, dijo Clark. “Esto es crimen organizado, y nada más”.
Dibble escribe para el U-T.