¿Cómo deben hablarse padres y maestros?

Los estudiantes no son los únicos que tienen que hacer tarea. Nosotros como padres también tenemos una asignación: construir, criar y mantener una relación con los maestros de nuestros hijos.

“El nivel de éxito que un niño experimenta durante el año escolar está definitivamente reforzado por la comunicación y la cooperación que hay entre padres y maestros”, dijo la ex maestra de kinder y secundaria del LAUSD (y madre de familia) Wendy Kennar.

Para algunos de nosotros, forjar una relación de colaboración podría parecer desalentadora. Como madre de cinco, Gracie Luján de La Cañada, dijo lo siguiente: “Uno siempre siente como si fuera a la oficina del director”.

Claro, el intercambio de comunicación entre padres y maestros muchas veces puede sentirse un tanto territorial y hasta en forma de rivalidad. Pero no deberían, y no tienen por qué.

¿Por qué necesito tener una relación con el maestro de mis hijos?

Los maestros son a quienes los padres confían a las personas más importantes de sus vidas—las personas que nos inspiran las emociones más grandes (y los miedos) que hay dentro de nosotros. Ya sólo tomando en cuenta esas bases, tiene sentido conectarse con ellos. Ambos, padres y maestros, están trabajando para llegar al mismo objetivo: formar y facilitar el desarrollo de su hijo.

“Como maestro solamente hay hasta un límite de lo que puedes hacer--después de todo tenemos más de 30 niños en el salón de clases--, dependiendo del grado que estas enseñando”, dijo Kennar. “Así que lo que tratamos de hacer en el salón de clase debe apoyarse en casa”.

¿Qué puedo esperar de esta relación?

Yo vi el valor de esta recomendación dentro del primer mes de clases este año. Mi hijo de 4 años comenzó el kinder de transición este otoño y mi esposo y yo hemos encaminado esa relación desde esta perspectiva.

Cuando lo dejamos por primera vez para que hiciera ‘Carpool’, que compartiera el auto junto a otros niños para ir a la escuela, dejamos a un niño juguetón, sonriente, que tanto encanta como nos causa un reto. Después, durante las siguientes seis o siete horas no tenemos idea de la persona con la que los maestros se encuentran, nosotros asumimos que es el mismo niño que dejamos en el kinder. La “Noche de regreso a clases” resultó ser muy instructiva, aunque un poco inquietante.

Yo me quedé al final, para tener la oportunidad de preguntarle de forma más personal a la maestra.

Aprendimos que en el salón de clase, nuestro hijo pasaba por el mismo desafío que se vivía en casa. La lección más útil que obtuvimos: Las palabras y acciones específicas que se utilizan en el salón de clase para hacer frente a este comportamiento. Cuando empezamos a aplicar las mismas técnicas en casa, fue como un milagro, las mañanas pasaron de ser estresantes a ser una rutina agradable que además facilitó la jornada escolar de nuestro hijo.

La necesidad de comunicación es particularmente importante cuando un niño tiene desafíos únicos, dijo Jennifer Loza. Su hijo, que tiene ADHD, “Tiene ataques de depresión y ansiedad desde la pérdida de su padre”, dijo la mamá del niño residente de Bermuda Dunes. “Mientras yo mantenga informados de esto a sus maestros, ellos realmente logran darle un margen para que haga sus tareas y le dan un poco de espacio, incluso lo ponen a hacer algunas cosas adicionales para mantenerlo distraído o ayudarle a impulsar su ánimo”.

¿De qué debemos hablar?

Así como usted conoce a su hijo en un determinado contexto, también lo conocen los maestros - y ambos podrían no percibir a la misma persona. La idea es ayudar a los maestros a completar la imagen de su hijo y así lograr la forma más efectiva de llegar al estudiante.

Dígale al maestro lo que usted sabe sobre los intereses, habilidades e historia de su hijo, lo que ayude a construir una fotografía completa de él en este momento. Comparta cualquier información que pueda afectar a su hijo emocional, mental y físicamente.

Recuerde que comunicarse no es la única forma de informar a los maestros, también se trata de preguntar y escuchar. Deje que los maestros le digan lo que saben de su hijo y de cómo se comporta en el salón de clases. Usted puede obtener algunas ideas sobre cómo fomentar y extender el ambiente de aprendizaje hacia su casa.

¿Cómo puedo saber lo qué debo decirles?

“Los maestros no saben con todo lo que los padres tienen que lidiar en casa—otros hijos, un largo tiempo de transportación, familias extendidas, asuntos de vivienda, médicos, etc”, dijo Kenner.

La ex maestra de kinder Lacey LaCour está de acuerdo. “¿Está pasando algo que pueda distraer a los niños en casa? ¿Su hijo pasa muy mala noche, duerme mal o tienen mañanas de mucho estrés? Es bueno que los maestros sepan el ambiente que tienen en casa”, dijo la mamá de dos niños, residente de Torrance.

Ya estamos a mediados de octubre. ¿Qué pasa si no comenzamos la comunicación adecuada principio del año escolar?.

No es necesario esperar hasta las conferencias padres- maestros, o hasta que haya un problema.

“El primer contacto de un padre con un maestro no debe ser por una razón negativa”, dijo Kennar, quien enseñó en Rosewood Avenue Elementary en el LAUSD durante 12 años. Honestamente, me tomó algunos años aprender que la primera llamada a casa no tenía que ser por un problema, sino para recibir una felicitación por algo que había hecho un hijo”.

Cuando hay un problema, algunos profesores pueden preferir que los estudiantes lleven el mensaje a casa - y que asuman la responsabilidad. “Envío una nota a casa”, dijo Deidre Krieger, una maestra de quinto grado en la escuela Thomas Edison en Anaheim. “Yo quiero que tengan la opción de tomar la decisión correcta. Cuando yo no la recibo al día siguiente, mando por correo electrónico la foto de la nota a los padres y les pido que se mantengan pendientes, con una breve explicación de lo que pasó durante el día”.

¿Cómo puedo iniciar una conversación con el maestro de mi hijo?

No esperes a que te llame el maestro. “Los padres no deben dudar en mandar una nota ya sea por correo electrónico, teléfono o en persona, solicitando una reunión informal para saber cómo van sus hijos. Los padres no deben dudar en pedir sugerencias concretas sobre la manera de ayudarles en casa”. (Kennar ofrece algunos consejos sobre cómo tener una conversación entre padres y maestros).

Algunos maestros inician la conversación distribuyendo entre los padres, al comienzo del año, una hoja para saber toda la información del estudiante, los padres deben llenarla e incluso señalar la mejor manera en que desean ser contactados.

¿Cada cuánto debemos estar en contacto?

Eso varía, dependiendo del niño. La maestra de mi hijo nos manda un reporte semanal sobre que tan efectivos son nuestros esfuerzos de coordinación y que áreas debemos discutir.

Se siente muy bien cuando nos envían una nota donde dice que ellos ven en el salón de clase al mismo niño que nosotros conocemos.

¿Cuál es la mejor forma de comunicarse?

Si usted no lo sabe todavía, pida al profesor o a la escuela que se comunique con usted en el método que usted elija. Intercambie información de contacto y el mejor horario para comunicarse.

Nuestra escuela ofrece una dirección de correo electrónico para los maestros y para las familias de la comunidad. Cuando nos conocemos, confirmo con ellos los horarios y así tengo una mejor idea del tiempo adecuado para anticipar respuestas y veo que normalmente responden poco después de que termina la hora de clases o por la noche.

Aunque muchos maestros utilizan el correo electrónico o cualquier línea de comunicación que usa la escuela, algunos prefieren llamadas telefónicas y notas escritas a mano. Otros emplean aplicaciones electrónicas tales como ClassDojo, lo que les permite, entre otras cosas, un seguimiento de comportamiento de los estudiantes en el aula y les envían informes semanales. En nuestra escuela, por lo general se hace por correo electrónico, pero también utilizamos Haiku en las clases para la comunicación colectiva semanal y asignaciones.

¿Qué hay de IRL?

Si bien la comunicación permanente a través del teléfono o correo electrónico es importante, las reuniones tipo “evento” pueden ser una buena oportunidad, sobre todo porque el universo de maestros de sus hijos se amplía.

“La noche de Regreso a la Escuela es aún más importante en la escuela secundaria”, dijo Michelle Machado, madre de familia de Escondido. “Dado que ahora [mis hijos] tienen de seis a ocho maestros, nunca llegamos a conocerlos del todo - a excepción de la versión deformada que tu hijo adolescente hace de ellos. Incluso el pasar unos 20 minutos con ellos me hizo sentir que les conozco un poco más y que percibo sus personalidades un poco mejor”.

La forma en que usted se comunica habla mucho de usted

Recuerde, usted realmente está en el mismo equipo y tras el mismo objetivo. Y así como ustedes trabajan duro como padres también lo están haciendo los maestros de su hijo.

“Asegúrese de que el maestro de su hijo sepa que usted le aprecia”, recuerda LaCour. Si bien no tiene que significar una lluvia de regalos - aunque un café o una distinción especial podría ser bueno – de lo que realmente se trata es de “partir de una aceptación positiva sobre las motivaciones del profesor. Deje en claro al profesor que usted sabe que las metas para su hijo son las mismas que las que él tiene para con él, que son... seguridad y el éxito”.

Un agradecimiento o una simple palabra puede recorrer un largo camino en el fortalecimiento de las relaciones. Y los profesores deben tener en cuenta que los estudiantes no son los únicos que responden bien a los elogios. Una nota rápida a los padres con elogios para sus hijos puede mejorar la confianza.

Esto es algo que Krieger incorpora como una forma de refuerzo positivo en su clase y que trata de que se extienda a sus casas. “Es uno de los premios en mi caja de rifas/tesoros. Muchos niños eligen ese premio”, dijo. “Ellos sacan una ‘Nota positiva’, y al día siguiente yo mando una nota positiva a sus familias”.

¿Cómo estás creando tus conexiones positivas entre padres y maestros? Puedes compartir las estrategias que mejor resultan, aquí en los comentarios o enviarlos por twitter a @LATEducation.

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Traducción Diana Cervantes

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