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Bienvenida al papa en seminario será reverente y ruidosa

La última vez que un papa visitó el Seminario San Carlos Borromeo, a las afueras de Filadelfia, fue recibido por una entusiasta delegación de seminaristas que le dio una ruidosa bienvenida, propia de una estrella de rock. “¡Viva! ¡Viva el papa!”, le gritaban los seminaristas.

Ahora, con la bendición del rector del seminario, al papa Francisco le espera una bienvenida similar cuando en cuatro semanas arribe a Filadelfia en el ocaso de su primer viaje a Estados Unidos.

En 1979, el arzobispo y cardenal John Krol estaba encargado del seminario y era conocido por ser un purista en la organización de ceremonias. De manera que los seminaristas sabían lo que les esperaba cuando San Juan Pablo II llegó de visita al lugar: una bienvenida tradicional con un canto gregoriano y luego sentarse a escuchar su discurso.

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Luego habría una oración, una reflexión tranquila, pacífica para cerrar.

Todo empezó como se esperaba, pero luego algo imprevisto sucedió.

En un video de la visita se puede ver que los seminaristas entonaron el canto gregoriano, siguiendo el protocolo, cuando Juan Pablo arribó al lugar. Pero tan pronto lo vieron aparecer, vestido de blanco de pies a cabeza, el cántico se ahogó en medio de aplausos y silbidos; una bienvenida que habría provocado un ataque de celos a Mick Jagger.

“Se suponía que debíamos comportarnos bien”, admitió el actual rector del seminario, el Obispo auxiliar Timothy Senior, quien esa noche era un seminarista de apenas 19 años.

Con estos antecedentes, Senior no tiene previsto que los seminaristas sigan un estricto protocolo durante la visita de Francisco.

“De ninguna forma o manera voy a intentar reprimir el entusiasmo” de los seminaristas, dijo. “Yo quiero que vivan la misma experiencia que yo tuve como seminarista. Estar en presencia del papa reafirmó mi vocación de servicio al pueblo de Dios y al servicio de la iglesia. Me hizo querer buscar la santidad, ser un mejor sacerdote y ser una mejor persona”.

Francisco arribará al seminario la mañana del 26 de septiembre, su primer día de visita en Filadelfia. Será recibido en los escalones de la entrada del lugar por los seminaristas, que planean darle una serenata. A la mañana siguiente, en la capilla del seminario, el papa se dirigirá a los obispos provenientes del todo el mundo y que asistirán al Encuentro Mundial de las Familias y la Juventud, evento patrocinado por El Vaticano. Los seminaristas asistirán a la reunión de los obispos y después se tomarán una foto grupal con el papa.

Le cantarán tres veces “Domine” a Francisco, un cántico que es el himno de los seminaristas. El momento preciso no ha sido agendado, será espontáneo, dijeron funcionarios de la iglesia.

“Es parte de nuestra tradición”, dijo Senior. “Esa es nuestra versión de la canción ‘porque él es un buen amigo, porque él es un buen amigo... y nadie lo puede negar”.

El video de la visita de Juan Pablo al seminario ofreció una mirada casi única a un mundo que pocas veces es visto. En vez de ser evento distante y diplomático, todo parece muy familiar: los jóvenes se ven emocionados porque enfrente de ellos está una superestrella, un maestro usualmente severo, que los regaña pero que siempre tiene una sonrisa en el rostro. John Howarth, un seminarista de 29 años, dijo que la emoción se debe a que aún los seminaristas ordenados “son gente de carne y hueso”.

“Los sacerdotes no sólo se sientan y ofician misa. Piden pizza. Beben cerveza”, dijo en una entrevista telefónica después de un fin de semana en la playa. “Yo no salí dela matriz de mi madre con un rosario”.

Los amigos y la familia de Howarth le han preguntado que le dirá al papa si tiene la oportunidad de conocerlo. Howarth dijo que está más interesado en escuchar lo que Francisco tiene que decir.

“Espero que sus palabras nos empoderen y nos unan”, dijo Howarth. “El poder de Francisco ‘radica en haber llegado a las personas que la iglesia no pudo haber llegado de otra manera. Él tiene esa cercanía y el mundo se está enamorando de él’’’.

En el video de 1979, que dura 53 minutos, el cardenal Krol se involucra en la celebración. Hace bromas sobre el nivel académico de los seminaristas y dice “tenemos que hacer lo mejor con lo que tenemos a mano. Y esto (en referencia a los alumnos) es lo mejor”. El chiste es sucedido por una serie de risotadas.

Luego Krol le pide disculpas a Juan Pablo “por la aparente indisciplina de nuestros seminaristas”. La gente aplaude y vitorea.

“Recuerdo sentir que el edificio se movía, literalmente, por la felicidad y la alegría de ver al Santo Padre”, dijo Sheila Longworth, empleado del seminario desde hace mucho tiempo que observaba la escena desde el atrio del coro. “Fue algo eléctrico. Te consumía absolutamente”.

Hacia el final del video, Juan Pablo se pone de pie y da a los seminaristas tres días libres. Algunos responden gritando “¡tenemos el día libre!” en polaco. Luego cantan el “Domine”. El papa escucha con la cabeza ligeramente inclinada, sonriendo.

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