Migrantes africanos varados en el sur de México mantienen su sueño americano en espera
TAPACHULA, Mexico — “Ãfrica llora. Libéranosâ€.
Ese es el mensaje escrito a mano en francés y español en una pancarta de protesta en una ciudad llena de carpas aquà en el extremo sur de México.
Las tiendas pertenecen a unos 250 ciudadanos africanos que cruzaron selvas, rÃos, fronteras y esquivaron a las milicias y ladrones para llegar aquà con la esperanza de cruzar a Estados Unidos. Pero ahora están estancados, porque México les ha negado las visas de viaje necesarias para continuar hacia el norte.
Un grupo de aproximadamente 100 haitianos, africanos y sudamericanos cruzan RÃo Grande, en una zona poco profunda que les permite a los adultos atravesar a salvo el rÃo a pesar de una tormenta nocturna.
Las tropas de la Guardia Nacional Mexicana y la policÃa antidisturbios vigilan de cerca el colorido campamento, donde los mosquitos pululan en charcos. La lluvia y una corriente fétida proporcionan agua para cocinar y muchos se quejan de erupciones cutáneas, calambres estomacales y otras dolencias.
“Estamos hartosâ€, dijo Diop Abou, de 33 años, oriundo de Mauritania, una nación del noroeste de Ãfrica. “Ninguno de nosotros quiere estar aquà en este lugar miserableâ€.
En la saga de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos, la narrativa dominante de los últimos años muestra a los centroamericanos, que representan la gran mayorÃa de los 100.000 extranjeros que México deportó este año bajo la presión de la Administración Trump para evitar que lleguen a la frontera de Estados Unidos.
Pero el esfuerzo de México para complacer a Washington, y evitar los aranceles que Trump amenazó con imponer, también ha afectado a miles de otros extranjeros, incluidos más de 1.000 africanos que se han acumulado en el sur de México en los últimos meses.
La ciudad carpa fue erigida en protesta hace más de un mes a la entrada del centro federal de detención de inmigrantes de Tapachula, que se llama Siglo 21 o Siglo XXI.
Tantas personas que huyen de la persecución en sus paÃses de origen han pedido ayuda en San Ysidro en las últimas semanas, que las autoridades federales no han podido procesarlos a todos, dejando a algunos varados y sin dinero mientras esperan en Tijuana.
El bloqueo está reservado principalmente para las personas que esperan la deportación, en su mayorÃa centroamericanos.
Las autoridades mexicanas detuvieron a un récord de 4.779 migrantes de Ãfrica en los primeros siete meses de este año, casi cuatro veces el número de detenidos durante el mismo perÃodo en 2018, pero deportaron sólo a dos.
La dificultad es que muchos paÃses africanos no tienen embajadas o representantes consulares aquÃ, y algunos de los migrantes no poseen una identificación verificable. Y asÃ, la mayorÃa permanece varada.
Los aquà entrevistados dijeron que huyeron de la violencia, la persecución y la pobreza, las luchas étnicas y religiosas y la represión polÃtica en sus paÃses de origen.
“El ejército persigue a cualquiera que hable inglésâ€, dijo Elvis Azo, de 29 años, de Camerún, un paÃs de Ãfrica central que enfrenta tanto una insurgencia entre su minorÃa de habla inglesa como ataques de la facción islamista de Boko Haram. “Queman casas y matan genteâ€.
Cerca de allÃ, Sani, de 33 años, dijo que se encontraba entre más de una docena de personas en el campamento que habÃa huido de Ghana, la nación de Ãfrica Occidental, para escapar de la persecución sistemática de hombres homosexuales.
“Nos están matandoâ€, aseveró Sani, quien se levantó la camisa para revelar cicatrices en su abdomen que, según dijo, fueron el resultado de ser atacados con ácido.
La cantidad de casos de asilo en los que los jueces de inmigración consideran que un inmigrante tiene un “temor creÃble†a la persecución, disminuyó notablemente este 2018; un cambio que conlleva deportaciones más veloces y brinda un vistazo a la reducción de ese beneficio para muchas personas ocurrido durante la administración Trump, según un informe dado a conocer el 30 de julio.
Dijo que la casa de su familia fue incendiada y que no querÃa que se publicara su nombre completo porque temÃa por la seguridad de los familiares en Ghana.
“Soy un hombre buscado en casaâ€, dijo.
Jack Lume, de 33 años, un sastre de Togo en Ãfrica occidental, mostró una fotografÃa en su teléfono celular de un servicio conmemorativo. El cuerpo de un joven yacÃa sobre satén blanco dentro de un ataúd abierto rodeado de dolientes.
“Ese es mi hermanoâ€, dijo Lume. “Ellos lo mataron. PolÃtica, polÃtica. Matan genteâ€.
Los africanos se embarcaron en busca de lo que muchos llaman “el sueño americano†después de escuchar acerca de los migrantes que llegaron a Estados Unidos a través de México.
La protesta aquà ha provocado enfrentamientos periódicos con las autoridades mexicanas, que ven a los africanos como ocupantes ilegales. Los migrantes cocinan en fogatas abiertas y braseros metálicos con carbón y leña. Las mujeres a menudo juntan efectivo para hacer compras en el mercado de alimentos. Las carpas con agujeros y una lona de plástico rosa ofrecen escaso refugio durante los aguaceros tropicales diarios.
México ha brindado poca ayuda más allá de instalar algunos baños portátiles y una ambulancia en el lugar para recibir tratamiento médico. Un sólo bote de basura, lleno de moscas, sirve a gran parte del campamento. Una máquina expendedora ofrece refrescos por 20 pesos, o alrededor de $1.
Las autoridades han ofrecido la posibilidad de asilo en México, pero los africanos se han negado, dijo Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores en México.
“En esencia, lo que estas personas quieren es que México les permita viajar a Estados Unidos sin estatus legal, lo que equivale a decir que no hay fronteraâ€, dijo a los periodistas este mes.
De hecho, pocos parecÃan inclinados a unirse a las grandes colas en México que esperaban el estatus de refugiados, un proceso que puede prolongarse durante meses.
“No queremos estar en Méxicoâ€, dijo en inglés Isaac Junior, de 28 años, originario de Camerún. “No nos sentimos seguros aquÃ. No hablamos el idiomaâ€.
Algunos han llegado a Estados Unidos. En mayo, junio y julio, la Patrulla Fronteriza detuvo a más de 1.100 migrantes africanos a lo largo de un tramo fronterizo de 210 millas en el sur de Texas, en comparación con menos de 300 a lo largo de toda la frontera suroeste en el año fiscal 2018.
Las posibilidades de que se les permita permanecer en Estados Unidos son mÃnimas.
Bajo una nueva polÃtica de la Administración Trump, los funcionarios estadounidenses no considerarán las solicitudes de asilo de los no mexicanos que llegan a la frontera suroeste a menos que ya hayan solicitado protección, y hayan sido rechazados, en uno de los paÃses por los que pasaron para llegar allÃ.
Esa regla podrÃa desvanecer las esperanzas tanto de los atrapados aquà como de cientos de otros africanos acumulados en las ciudades fronterizas mexicanas desde Tijuana en el PacÃfico hasta Matamoros en el Golfo.
Entre esta nueva vanguardia de la diáspora africana, hay mucha confusión y desinformación sobre las polÃticas de inmigración de Estados Unidos en rápida evolución. Sin embargo, todos están decididos a seguir adelante.
“Sólo queremos salir de aquà y llegar a un lugar mejorâ€, dijo Rubi Tmamba, de 17 años, un nativo delgado y alto del Congo que espera inscribirse en una universidad y estudiar relaciones internacionales. “Si no es Estados Unidos, entonces quizá Canadá. Pero hemos llegado tan lejos en busca de este sueño. No vamos a volver ahoraâ€.
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