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Tijuana: La oficina del médico forense está abrumada por cadáveres

Baja California State Police homicide investigators gather evidence at the scene where a woman was killed while eating lunch at an outdoor market in the Valle Verde 1st section on Aug. 4, 2017.
(John Gibbins / San Diego Union-Tribune)
SAN DIEGO UNION-TRIBUNE

El olor es lo primero que te golpea a una cuadra de la oficina del médico forense de Baja California, en Tijuana.

Es el inconfundible olor de los cadáveres en descomposición, y un indicio sombrío de una ciudad abrumada por niveles de violencia sin precedentes.

Funcionarios de la oficina del médico forense de Tijuana, una agencia conocida como SEMEFO (Servicio Médico Forense), han solicitado fondos adicionales al gobierno estatal después de haber estado en funcionamiento durante varios meses, con casi el doble de su capacidad para cadáveres, ante los niveles de violencia sin precedentes del año pasado.

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Agentes policiales en ambos lados de la frontera dijeron que el aumento de la violencia se debe principalmente a los traficantes de drogas de niveles inferiores que pelean por las esquinas de las calles.

El juez Salvador Juan Ortiz Morales dijo que el tema era “urgente” y solicitó al gobierno del estado de Baja California que financie un refrigerador adicional para almacenar 100 cuerpos adicionales.

“Hay días en que el olor es peor que el de otros”, dijo Marcela López, quien trabaja en una lavandería a sotavento del SEMEFO de Tijuana.

La capacidad de la agencia es de 130 a 150 cuerpos, pero el doctor César Raúl Gonzáles Vaca, director estatal de SEMEFO, dijo esta semana a los medios de comunicación que la oficina está recibiendo al menos el doble de esa cantidad. Dijo que, a veces, cuadruplica la capacidad con hasta 20 cadáveres por día, o hasta 600 cuerpos por mes.

En 2018, la agencia recibió más de 2,700 cuerpos, dijo.

Para las familias que han perdido a sus seres queridos, significa largas esperas y confusión debido a la falta de personal para ayudar a los miembros del público durante uno de los peores momentos de sus vidas.

“Hay orden, pero no sucede rápido”, dijo Beatriz Espinoza, quien estuvo en el SEMEFO para reclamar el cuerpo de un miembro de la familia que falleció hace más de una semana.

Espinoza dijo que había estado saltando a través de aros burocráticos desde el martes, sin que nadie estuviera disponible en SEMEFO para explicarle el proceso mientras intenta planificar un funeral y recuperar el cuerpo de un miembro de su familia. Ella se negó a decir cómo murió su ser querido.

“Sé que no es culpa de las personas que trabajan aquí. Se están esforzando mucho con los recursos que tienen “, dijo. “Sin embargo, para mí, prefiero simplemente lamentarme y no tener que volver aquí cuatro veces para arreglar el papeleo porque no tienen el personal”.

Los 26 miembros del personal de la instalación, que incluye a 12 médicos forenses, han batallado para examinar los cientos de cuerpos que han llegado desde el 1 de enero.

Aproximadamente la mitad de las autopsias se realizan en víctimas de homicidios, pero los médicos forenses también deben certificar las causas de muerte de víctimas involuntarias de homicidio involuntario y muertes accidentales que podrían ser sospechosas.

“En este momento, estoy triste y no le he dado mucho a ninguna otra cosa”, dijo Kimber Villa, quien estaba esperando a que sus hermanos mayores vinieran a identificar el cuerpo de su hermano menor.

Ella dijo que murió accidentalmente en su casa.

“Sin embargo, es más difícil porque te preguntas:” ¿Cómo está siendo tratado allí?”, dijo Villa, todavía en shock por la muerte de su hermano.

Arturo Mendoza, quien trabaja en una funeraria cercana, dijo que las instalaciones han estado batallando día y noche por problemas de personal, especialmente después de aumentar las horas en que están abiertas al público.

“A veces, las personas tienen dificultades para recuperar el cuerpo de su ser querido simplemente porque carecen de personal”, dijo.

Por ley, SEMEFO esperará 15 días para que el cuerpo de un ser querido sea recuperado antes de que el difunto sea enterrado en la fosa común de Tijuana.

Con más de 2,500 homicidios el año pasado, la ciudad de Tijuana, con una población de aproximadamente 1,8 millones, es uno de los lugares más violentos de México, ya que los carteles de la droga compiten por el control de las rutas de tráfico del norte.

Gonzáles dijo que a veces los miembros de la familia tienen miedo de venir a identificar los cuerpos de sus seres queridos perdidos por temor a ser relacionados en las investigaciones policiales.

Fry escribe para el U-T.

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