Acumula violencia víctimas femeninas en Guerrero

AGENCIA REFORMA/MÉXICO — En lo que va de mayo, la violencia en Guerrero ha dejado un saldo de al menos diez mujeres asesinadas y una desaparecida.

En las calles de la capital, solo en los últimos siete días, tres mujeres fueron asesinadas luego de haber sido torturadas y una de ellas habría sufrido una agresión sexual.

El pasado 22 de mayo en la calle Manuel Acuña de la colonia Universal fue encontrado el cuerpo, con huellas de tortura, de la indígena nahua Yolotonatzin “N”, de 24 años de edad.

Ella era licenciada en trabajo social y era originaria del Municipio de Zitlala pero radicaba en esta ciudad.

Otra mujer muerta a tiros fue encontrada a una cuadra de las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia del Estado este sábado por la mañana.

La víctima estaba junto al cuerpo de un policía estatal vestido de civil que también fue ejecutado a balazos.

Este lunes en la madrugada, en la colonia Ampliación Francisco Javier Mina, al norte de esta ciudad, fue localizada una mujer muerta por estrangulamiento.

El cuerpo de la fallecida presentaba golpes y a un lado de ella había una cartulina con un narcomensaje.

En Chilapa, en donde desde el 2014 la violencia sigue escalando, el pasado 11 de mayo fue decapitada una mujer junto con su pareja.

Otras dos mujeres fueron asesinadas a tiros el pasado 8 de mayo entre las calles Plan de Ayala y Chihuahua, en la colonia Progreso.

La señora Maricela García Flores, quien padece diabetes, salió de su casa este miércoles 24 y hasta el momento sigue sin aparecer, pese a que sus familiares ya interpusieron una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia del Estado.

Sus hijos señalaron ante las autoridades que su mamá, de 55 años de edad, salió de su domicilio pero no regresó.

Los familiares de García Flores, que viven en la colonia Diana Laura al poniente de esta ciudad, temen que la señora haya sido privada de su libertad por la delincuencia organizada.

Desde este viernes 26, familiares y amigos de la mujer pegaron carteles en las paredes de los edificios públicos del centro de Chilpancingo, en los que piden a la ciudadanía que les informen si la ven por las calles.