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Cuando se trata de políticas educativas, es ‘el estilo de California’ vs. Betsy DeVos

California va camino a otro enfrentamiento con el gobierno federal, esta vez sobre la educación.

El Departamento de Educación de los Estados Unidos, dirigido por Betsy DeVos, le dijo días atrás al estado que su plan para satisfacer una importante ley de educación contaba con fallas significativas. El jueves de la semana última, la Junta de Educación del Estado de California votó para enviar una versión revisada de dicho plan, que aún carece de un componente importante, según Washington.

Se supone que el plan establece cómo el estado pretende satisfacer la principal ley federal de educación, llamada la Ley Cada Estudiante Triunfa (ESSA, por sus siglas en inglés), promulgada en 2015 por el gobierno de Obama y sucesora de la Ley Que Ningún Niño Se Quede Atrás. Mientras que esta última tenía un enfoque prescriptivo, basado en los resultados de exámenes para evaluar la calidad de las escuelas, ESSA le da a los estados más libertad para diseñar sus propios sistemas.

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El mes pasado, el Departamento de Educación envió una carta a los funcionarios de Educación de California para pedirles que revisen y vuelvan a presentar el plan estatal.

El documento decía que el proyecto de California no establecía los objetivos de aprendizaje, especialmente en la escuela preparatoria, y que utilizaba los exámenes de manera incorrecta, además de no crear un sistema adecuado para identificar a las escuelas de bajo rendimiento.

El presidente de la Junta de Educación de California, Mike Kirst, afirmó en ese momento que el estado haría aclaraciones técnicas, pero también adelantó que había “áreas de desacuerdo sobre la interpretación del estatuto federal”.

California tiene una relación tensa con el Departamento de Educación federal desde hace varios años. El gobernador Jerry Brown rechazó algunas de las prescripciones políticas de la administración Obama. Los funcionarios de Educación esperaban algún alivio de las regulaciones cuando DeVos asumió el control, el año pasado, ya que la funcionaria apoya el control local de las escuelas.

El plan que presentaron el jueves pasado se aferra a una visión que algunos miembros de la junta denominan al “estilo de California”, un mapa enraizado en las necesidades únicas del cuerpo estudiantil diverso del estado. Éste no se trata tanto de abordar las preocupaciones federales más amplias, sino que apunta a justificar las decisiones del estado, de acuerdo con algunas críticas.

“No hemos visto cambios sustanciales en el plan ESSA”, aseveró Carrie Hahnel, subdirectora de investigación y políticas en Education Trust-West, un grupo de presión. “Está claro que California quiere seguir adelante y no hacer ajustes, porque el gobierno federal los solicitó”.

La miembro de la junta Feliza Ortiz-Licon dijo en la reunión del jueves que las políticas estatales y el plan ESSA no se enfocan en lo clave: aún se carece de equidad educativa. “No solo digamos ‘Es California, es nuestra manera de hacer las cosas’. Somos un gran estado”, aseguró “Pero aún no damos en el blanco”.

Kirst justificó el enfoque del plan revisado. “Está claro que necesitábamos proporcionar más antecedentes y los detalles del sistema estatal de responsabilidad escolar”, declaró en la reunión.

El estado desarrolló un sistema para identificar y apoyar a los distritos escolares de bajo rendimiento. Pero el gobierno federal también requiere que los estados identifiquen a las escuelas individuales con bajo rendimiento, así como a los campus con grupos específicos de alumnos con dificultades.

La junta estatal todavía está lidiando con cómo conectar estos dos mandatos sin que se contradigan, y sin hacer que los problemas parezcan más grandes de lo que son. Hasta ahora, su respuesta fue retrasar e insistir en que la ley estatal es más importante que las directivas federales. “No solo se trata de perseguir los números. Debería tratarse sobre qué está haciendo esto para mejorar el aprendizaje de los estudiantes”, afirmó la miembro de la junta Susan Burr.

Varios oradores públicos instaron al estado a prestar atención a la ley federal porque la información que solicita es importante. “No queremos que los distritos puedan esconder una escuela con resultados pobres”, afirmó Brian Rivas, director de políticas y relaciones gubernamentales en Education Trust-West.

La junta apostó por el requisito y votó a favor de presentar el plan revisado, sin un método completamente desarrollado para identificar a las escuelas con problemas. En lugar de ello, los miembros afirmaron que revisarían la cuestión y considerarían presentar un suplemento al plan después de su reunión de marzo.

Todos los miembros de la junta, excepto Ortiz-Licon, votaron a favor de ese curso de acción.

No está claro cuanto DeVos presionará al estado para que cumpla con la ley. “Hemos sido el líder de la resistencia”, aseguró Samantha Tran, directora administrativa sénior de educación para Children Now, un grupo de presión que organiza a activistas en favor de los derechos del niño. “Es poco probable que las autoridades federales devuelvan esta propuesta y digan: ‘Estamos conformes’. Esto podría seguir así por un tiempo”.

Sin embargo, señaló Tran, la ley exige que los estados comiencen a identificar sus escuelas de bajo rendimiento este otoño.

Traducción: Diana Cervantes

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