Rusia enfrentaría amplia gama de sanciones si invade Ucrania

WASHINGTON —  El gobierno de Estados Unidos tiene varias opciones para cumplir su promesa de afectar financieramente a Rusia si el presidente Vladimir Putin invade Ucrania, desde sanciones dirigidas a los socios del mandatario ruso hasta sacar a Rusia del sistema financiero mundial.

Estados Unidos y sus aliados europeos no han mencionado públicamente algún plan militar para responder si Putin envía a los soldados congregados a lo largo de la frontera a Ucrania, una ex república soviética con vínculos cercanos tanto históricos como culturales con Rusia, pero que ahora está dispuesta a aliarse con la OTAN y los países de Occidente.

En lugar de ello, la represalia podría ser alrededor del dinero.

El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken prometió esta semana que habría afectaciones financieras, “medidas de alto impacto económico que nos hemos abstenido de implementar en el pasado”.

El presidente Joe Biden dijo que Estados Unidos ha desarrollado “el conjunto de iniciativas más amplio y significativo para complicarle bastante las cosas al señor Putin”.

A lo largo de la última década, Estados Unidos ya ha implementado una variedad de sanciones sobre entidades e individuos rusos, muchas de ellas por la invasión y anexión de Rusia sobre Crimea y por su apoyo a separatistas armados en el este de Ucrania en 2014. Las sanciones estadounidenses también han buscado castigar a Rusia por interferir en elecciones, por las actividades maliciosas cibernéticas y por violaciones a los derechos humanos.

Desde 2014, los países de Occidente también han ayudado a que Ucrania forme su ejército. Así que mientras Putin niega cualquier intención de lanzar una ofensiva, sus soldados podrían enfrentarse a un ejército ucraniano mucho más capaz de resistir un combate.

Las sanciones que hasta ahora se han impuesto sobre Rusia incluyen la congelación de activos, prohibiciones de hacer negocios con compañías estadounidenses y la denegación de entrada a Estados Unidos. Pero con el objetivo de castigar a Rusia, el Occidente ha ponderado durante muchos años penas financieras mucho más grandes.

Eso incluye la llamada opción nuclear: Bloquear a Rusia del SWIFT, con sede en Bélgica y que es un sistema de pagos financieros que mueve dinero entre miles de bancos de todo el mundo.