Anuncio

Columna de Adictos y adicciones: Un milagro para Lucy

ARCHIVO.

“Hola, mi nombre es Lucy, tengo 21 años de edad. Mi vida de adicta comenzó hace dos años, fueron dos años hundida en la droga llamada cristal, pero no solo era eso, también consumía marihuana, a veces un pase y en algunas ocasiones piedra”.

“A los 15 años, me junte con mi pareja; un año más tarde tuve un embarazo atípico, razón por la cual perdí a mi bebé y llegue a pensar que no volvería a quedar embarazada”.

“Pasó el tiempo y mi esposo (bueno, la persona con la que vivía, en realidad no estábamos casados) me cambió por una mujer de treinta y seis años, que bien podría ser su madre. En ese tiempo él y yo teníamos 19 años. A los dos meses la señora salió embarazada y yo quedé devastada”.

Anuncio

“Imagínese mi dolor, primero perdí a mi bebé y luego, por no poder darle un hijo perdí, a mi pareja. Está de más decir que mi autoestima estaba por los suelos, me sentía tan poca mujer, tan poca cosa, que me dediqué a trabajar”.

“Al principio todo iba bien, hasta que un día fui a una fiesta, me ofrecieron una fumada del foco, casualmente unos días antes, había leído que con el cristal se adelgazaba y como siempre me había considerado gorda, decidí probar, pensaba que no pasaría nada, y efectivamente, no pasó nada, pero a la semana una amiga me llamó para invitarme a fumar cristal nuevamente, fue entonces que comenzó mi infierno”.

“Para no hacer el cuento largo, me fui enganchando poco a poco, también poco a poco fui perdiendo todo lo que había logrado con mi trabajo. Perdí mi recámara, teléfono, un televisor, mi dignidad, mis amigos y mi novio. Una cosa llevó a otra y las dosis fueron aumentando, hasta convertirme en una persona egoísta, paranoica y mentirosa”.

“Llegue al punto de consumir tres cuartos de gramo al día, lo que yo buscaba era una sobredosis, siempre me sentía triste, no salía, me veía demacrada, tenía pánico, escuchaba ruidos extraños, veía cosas que no existían, vivía en el infierno, lloraba y le decía a mi mamá: Dios no existe, es una mentira. Ese año fue el peor, fue cuando más enganchada estuve”.

“Hace mes y medio murió mi abuela, la mamá de mi papá, días antes de que ella partiera le decía que me sentía extraña del cuerpo, que sentía que algo latía dentro de mí. Una hermana me aconsejaba que fuera a ver un médico, pero yo no hacía caso, hasta que un día entré en pánico y le dije a mi hermana que se me veía una panza de embarazo, entonces fuimos por una prueba de embarazo”.

“Yo hasta entonces no creía que Dios existiera, ya que meses atrás, llorando le dije a Dios: si existes, dame un motivo, un motivo solamente para seguir viviendo y sácame de este infierno, porque yo ya no puedo. Ese día intente ahorcarme, lo único que deseaba era acabar con mi vida”.

“Cuando me hice la prueba de embarazo salió positiva, ahí estaba el milagro que tanto había pedido, después de 5 años, cuando menos me lo esperaba, cuando más renegué de Dios, él me escuchó”.

Columna de Adictos y Adicciones

“Al paso de los días, fui a hacerme un ecograma y me preguntaron: ¿Cuánto crees tener de embarazo? Yo respondí que no sabía, según mis cálculos tenía entre tres y cuatro semanas, cuál sería mi sorpresa cuando me dijeron: No mujer, tienes veinte semanas y todo se ve bien”.

“No me podía explicar como un bebé de cinco meses de gestación, pudo aguantar tanta droga. Fue entonces que me cayó el veinte y me di cuenta que Dios existe, él obra en su tiempo, sus tiempos son perfectos”.

“Actualmente estoy en la semana 26 de mi embarazo, esperando una hermosa nena. Después de hacerme los exámenes correspondientes, al parecer todo está perfecto con mi bebé”.

Por fortuna nuestra amiga cuenta con el apoyo de sus padres y está viviendo con ellos.

“Ahora tengo una segunda oportunidad de vida y no pienso desperdiciarla. Dedico el tiempo a mis sobrinos y mi familia, cuento con el apoyo del padre de mi hija y por fin soy feliz de nuevo. Por último, quiero decirle a quien lea mi testimonio, que Dios existe, no lo duden”.

Al recibir este testimonio, Lucy tenía 6 semanas sin consumir, los pensamientos negativos, la ansiedad, la desesperación, la depresión, todo eso se ha ido y una nueva vida está latiendo en su interior.

Desde este espacio oramos por Lucy y su hija, sabemos que Dios tiene un propósito para ellas y que siempre obra milagros.

Escríbame, su testimonio puede ayudar a otros. Todos los nombres han sido cambiados.

[email protected]

“Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen los milagros, la otra es creer que todo es un milagro”. Albert Einstein

PARA ENCONTRAR PROGRAMAS DE AYUDA GRATUITOS O DE BAJO COSTO EN EL TRATAMIENTO DE ADICCIONES, CONSULTE: https://americanaddictioncenters.org/

Teléfono: (866) 954 2176

Anuncio