Con el Congreso disuelto, los peruanos se preguntan qué ocurrió
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LIMA — Ayer Perú se fue a dormir en la más profunda incertidumbre luego de que el presidente Martín Vizcarra disolviera el Congreso de la República y qué éste último, en respuesta, aprobara por mayoría una moción que declara incapacidad temporal del presidente Vizcarra, tomando horas más tarde el juramento de la vicepresidenta Mercedes Araoz como nueva presidente en funciones de Perú.
Esta mañana, muchos peruanos despertaron confundidos y con opiniones divididas, sabiendo que una situación así se veía venir, pero sin tener bien claro cómo fue que se llegó a este punto.
¿Por qué tomó esa decisión el presidente peruano?
La abogada y profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Católica de Perú, Milagros Campos, hace una reflexión y retrocede a 2016, año en el que por primera vez Perú tuvo un escenario en el que el presidente de la República gobernaba con una mayoría en el Congreso que le pertenecía al partido rival. Pedro Pablo Kuczynski (Peruanos por el Kambio), quien ganó las elecciones por poco margen, sólo tenía el 14% de los escaños en el Congreso, mientras que el partido opositor, Fuerza Popular, que perdió la segunda vuelta, tenía 56% de los escaños.
“En ese contexto los dos primeros años fueron muy intensos, se censuró a un ministro, se negó la confianza a otro, se interpelaron a otros más y se negó la confianza a un gabinete. Esta estampa concluyó con la renuncia de Kuczynski, previo proceso de vacancia por incapacidad moral. Entonces Martín Vizcarra asume la presidencia y poco tiempo después viene la revelación de una fuerte corrupción en el Poder Judicial a través de una serie de audios. Vizcarra decide proponer reformas de justicia y en el ámbito político sus proyectos no son atendidos con la debida premura, según él, y comienza a utilizar el recurso de la cuestión de confianza, que ya había sido usado y denegado con Kuczynski. Toda esta situación ha hecho que el conflicto entre Ejecutivo y Legislativo fuera escalando de una manera dramática y terminó en lo que se ha visto estos días, en la disolución del Congreso”, explica Campos.
La Organización de Estados Americanos (OEA) consideró hoy deseable que las partes en Perú “realicen gestos que propicien la calma ante la crisis” y vio como “un paso constructivo” que las elecciones se hayan convocado “conforme a los plazos constitucionales”.
Cuestión de confianza se refiere a un mecanismo de control en las relaciones de los poderes Ejecutivo y Legislativo en la cual el primero presenta ante el Congreso una política, un proyecto o la permanencia de un ministro que podría ser censurado porque considera que es esencial en su gestión.
Si el Congreso rechaza la cuestión de confianza, el ministro debe renunciar. Si lo hace el presidente del Consejo de Ministros y el Congreso la rechaza en dos ocasiones, según la Constitución de Perú éste se puede disolver.
Esta situación es distinta a lo hecho por el ex presidente Alberto Fujimori el 5 de abril de 1992. Entonces se ocuparon varias instituciones, incluyendo el Poder Judicial, se sustituyeron autoridades y no había ningún supuesto de cuestiones de confianza. Hoy se cuestiona si se configuraron los supuestos. Desde el lado del gobierno, sí se configuraron.
El ex presidente peruano, Alan García, ha muerto después de dispararse mientras la policía esperaba el pasado miércoles para arrestarlo por acusaciones de corrupción.
Según algunos constitucionalistas, en este momento en Perú hay dos interpretaciones confrontadas: hay quienes apoyan al gobierno y quienes respaldan el razonamiento del Congreso.
La OEA señala que la resolución de este entrampamiento estaría en manos del Tribunal Constitucional, órgano de máximo control de la constitucionalidad y el máximo intérprete de la Constitución. Sin embargo éste sólo opina a través de sus sentencias. Es decir, tendría que recibir una demanda de competencia o consulta que pueda terminar resolviendo.
Mientras tanto, Perú avanza como puede entre una nube de incertidumbre.
En el Congreso, que lleva meses en medio de una altísima desaprobación de la ciudadanía, queda funcionando la Comisión Permanente, un grupo que representa el 20% de los congresistas y su función es revisar los decretos de urgencia del Ejecutivo. Es la primera vez que ocurre esto.
Casi un día después de jurar para el cargo de presidente en funciones, Mercedes Araoz renunció al cargo de vicepresidente constitucional de la República señalando como “razón fundamental que se ha roto el orden constitucional en Perú” y declarando esperar que “su renuncia conduzca a la convocatoria de elecciones generales en el más breve plazo por el bien del país”.
Los peruanos, por su parte, ante el contexto en general han respondido con marchas de protestas, insultos a una serie de congresistas y gritos de euforia apoyando la decisión de Vizcarra.
Por otro lado hay quienes han hecho un llamado a la calma y a no festejar una situación que está afectando la estabilidad política, económica y social de un país con el bicentenario de su independencia cercano, que lleva décadas sobreviviendo gobiernos corruptos y que no deja de luchar por salir adelante.
Algunos expertos que han pedido que se omita su nombre, aseguran que esta crisis institucional tiene que ver con el hecho de que este miércoles las autoridades brasileñas darán a conocer los nombres de al menos 71 personajes políticos (entre ellos algunos congresistas) que se encuentran implicados en el escándalo de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, que repartió sobornos por hasta 800 millones de dólares en muchos países de América Latina.
¿Qué fue lo que ocurrió?
Para entender mejor qué sucedió ayer entre los poderes Ejecutivo y Legislativo de Perú, compartimos esta cronología elaborada por el abogado peruano Andrés Álvarez Calderón en la que explica a detalle lo sucedido.
Acto 1: Vizcarra presentó el lunes 30 de septiembre en la mañana un proyecto de ley modificando las reglas de la elección al Tribunal Constitucional (TC) y con una disposición transitoria para que, una vez aprobado dicho proyecto de ley, sea aplicado incluso a los procesos en trámite.
Acto 2: El Congreso de la República había programado para ese mismo lunes la elección de los 6 magistrados del TC. Durante el pleno, el ahora ex presidente del Consejo de Ministros de Perú, Salvador del Solar, se dirigió al Congreso y formuló cuestión de confianza sobre el proyecto de ley presentado por el Poder Ejecutivo. En su presentación oral, indicó que se entendería que el Congreso negó la confianza en caso de que se continuara con la elección del TC.
Acto 3: El Congreso continuó con la elección, designó a Gonzalo Ortiz de Zevallos como nuevo magistrado del TC y suspendió la sesión.
Acto 4: El Congreso reanudó la sesión con un único punto de agenda a tratar: la cuestión de confianza. Luego de un breve debate, aprobaron otorgar la confianza al ahora ex presidente del Consejo de Ministros, Del Solar.
Paralelamente, el presidente Vizcarra se dirigía a la nación indicando que, al haberse continuado con el proceso de selección de magistrados al TC, quedó entendido que denegó la cuestión de confianza propuesta y, en virtud al artículo 134 de la Constitución, resolvió disolver el Congreso.
Acto 5: El presidente Vizcarra aceptó la renuncia de Salvador del Solar y nombró como nuevo presidente del Consejo de Ministros a Vicente Zevallos.
Acto 6: La mayoría parlamentaria consideró que no se había negado la confianza al no existir una denegatoria tácita. Indicó también que, ni el proyecto de ley ni el oficio dirigido al Congreso, establecía una cuestión de confianza respecto del actual proceso de selección de magistrados al TC, sino que únicamente ésta se expuso oralmente como parte del mensaje dirigido por Del Solar ante el Congreso, no siendo dicho mensaje vinculante.
En ese mismo acto, el Congreso presentó dos mociones de incapacidad (permanente y temporal). Al darse cuenta que no tenían los votos suficientes para una incapacidad permanente, se pasó al voto la incapacidad temporal del presidente Vizcarra, siendo aprobada por 86 votos a favor. Así el Congreso convocó a la vicepresidente Mercedes Araoz para que jure el cargo de Presidente en funciones durante el período de vacancia del presidente Vizcarra (un año).
Acto 7: El diario oficial El Peruano publicó una edición extraordinaria, conteniendo el Decreto Supremo No. 165-2019, a través del cual se formaliza la disolución del Congreso y se convoca a elecciones para el domingo 26 de enero de 2020. Dicho Decreto es firmado por el presidente Martín Vizcarra y por el nuevo presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zevallos.
Acto 8: El Congreso toma el juramento de Mercedes Araoz como nueva Presidente en funciones de Perú.
Acto 9: Perú se va a dormir con dos Presidentes. Martín Vizcarra vacado por el Congreso, que no habría seguido el procedimiento legal para la vacancia y un Congreso disuelto al interpretarse la denegatoria tácita a una cuestión de confianza formulada de forma escrita y oral.
Acto 10: La OEA emite un pronunciamiento sugiriendo que sea el Tribunal Constitucional peruano el que resuelva esta controversia y aplaude que se hayan convocado a elecciones, reconociendo así la validez del Decreto Supremo que disuelve el Congreso y convoca a elecciones.
En la noche del martes, Araoz anunció su renuncia irrevocable.
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