Pero el Grupo Niche sigue siendo una institución indiscutible de la salsa que mantiene un gran nivel de convocatoria, como lo dejó en claro durante el concierto que ofreció el viernes pasado en The Mayan de Los Ãngeles.
Pese a ello, la agrupación ha optado por limitar la interpretación de estas composiciones nuevas durante sus shows, como sucedió en The Mayan, donde casi la totalidad del repertorio estuvo dedicada a esas piezas originales de Varela que han dejado una huella imborrable y que, debido a su abundancia y a su efectividad, siguen siendo las que el público prefiere escuchar.
La única canción reciente que se interpretó fue “Algo que se quedeâ€, una composición inclinada hacia el bolero que figura en el álbum “40†y que ha sido muy bien recibida por los fans, pero que, al tener un ritmo de medio tiempo, no se presta para el movimiento.
Al final de la larga noche, los asistentes salieron del auditorio con la satisfacción de haber formado parte de un espectáculo profesional de salsa ofrecido por una orquesta de primer nivel. Pero eso no significa que el Niche que se encuentra en actividad sea un fiel reflejo del original.
A diferencia de las vocalistas presentes en las versiones de Niche que impusieron los temas más recordados, y que se comportaban sobre el escenario con la mayor discreción, los de ahora bailan con un Ãmpetu considerablemente mayor y se enfrascan frecuentemente en una serie de coreografÃas que parecen destinadas a impresionar a las nuevas generaciones.
Cuentan, además, con una serie de recursos visuales y tecnológicos que le brindan colorido a lo que presentan pero rompen definitivamente con la sobriedad de antaño, mientras recurren a pantallas de video, animaciones y hasta recreaciones virtuales del rostro de Varela.
Voces y danzas
En el plano vocal, Niche se encuentra actualmente encabezado por cuatros cantantes de adición relativamente reciente: Ãlex Torres, quien se integró en el 2017; Alejandro Iñigo, quien lo hizo en el 2019; Luis Araque, que se sumó en el 2017; y Fito EcheverrÃa, quien ocupó la posición en el 2021 y que, además de ser el único barranquillero ante el micrófono, es hijo del celebrado -y ya fallecido- compositor y director de orquesta Adolfo EcheverrÃa.
En el plano instrumental, y debido probablemente a razones logÃsticas, Niche llegó al Mayan en una versión reducida, aunque eso no fue un obstáculo para el desarrollo de algunos solos sumamente llamativos, como el que efectuó el trombonista Edgar Montoya casi al inicio del concierto.
Como lo hemos ya insinuado, la manera en la que se dispuso del espacio disponible en el teatro no fue la más adecuada, sobre todo porque afectaba la posibilidad de despliegue de los bailadores. Durante la primera parte del show, lo que se veÃa desde la mezzanine en la que estábamos ubicados era una gran cantidad de gente que, en la parte delantera, se encontraba sentada, y que en la parte central, se mantenÃa parada, casi sin moverse, pese a que los coros cargados de entusiasmo que brotaban constantemente de la audiencia daban cuenta de la alegrÃa que todos experimentaban.