Los Latin Grammys están en plena revolución y van por tan buen camino que son capaces de cambiar la historia de América Latina
Quedan todavÃa resabios. Roma -o en este caso, la principal institución de la música en español- No se hizo en un dÃa. Sin embargo, después de la edición 22 del Latin Grammy, no queda la menor duda de que la Academia Latina de la Grabación está en plena revolución y, si el espectáculo que ofrecieron este jueves es una indicación de lo que viene, no cabe duda de que va por buen camino.
La noche más importante de la música latina supo a talento, orgullo, alegrÃa, sentimiento patriótico, mucha vida y, sobretodo, muchas ganas de no dejar a nadie por afuera. Incluso, a los que se habÃan quedado sin reconocer en el camino. Desde la transmisión de la premier, en la que se presentaron la mayorÃa de los premios y los menos atractivos, el ambiente era de sobriedad exhuberante. Es una combinación casi de antónimos, pero todos los que trabajaron este año en los Latin Grammy consiguieron la excelencia que tienen los galardonados.
Pero no todo es mieles y aplausos. También hay observaciones que no podemas dejar pasar por alto. A nuestro gusto, fue demasiado regional mexicano en el escenario de este año. Grupo Firme, Los Dos Carnales, Banda El Recodo, La Arrolladora Banda El Limón de René Camacho y Calibre 50 tuvieron demasiado tiempo sobre los reflectores. Pero para ser sinceros, los números que presentaron estuvieron a la altura y además hay que destacar que por primera vez el escenario del Latin Grammy tuvo a un cantante de banda representante de la comunidad LGBTQ+, el joven integrante del Grupo Firme, Johnny Caz .
La muy esperada presentación de Maná junto a Alejandro Fernández y su nueva versión de “Mariposa Traicionera†era uno de los espectáculos que a muchos tenÃa a la expectativa. En el interior del imponente MGM Grand Garden Arena la colaboració se escuchó decente pero no se puede decir lo mismo de cómo se oyó en las pantallas de televisión. Una pena y probablemente consecuencia de un problema del auricular de El Potrillo, pues su voz estuvo fuera de tono en algunas de sus entonaciones.
Y… ¿qué pasó con el reggaetón? Las presentaciones de Bad Bunny, Myke Towers y Jhay Wheeler no invitaron al perreo en ningún momento. No es que le estamos dando la razón a J Balvin, para nada, la verdad sà pero hizo falta. Eso si, nada de lo anterior le quita méritos a un show fabuloso, donde la creatividad y el profesionalismo de la producción no dejó nada que desear. Los hemos criticado antes, pero esta vez, los aplausos son de pie.
No somos los únicos. El público, conformado por la crema y nata de la industria de la música, pasó casi más tiempo parado que sentado. Estuvieron bailando, cantando y aplaudiendo como si tratara de un concierto con su artista favorita. Quizás para mucho sà tuvieron enfrente a sus estrellas predilectas.
El momento más poderoso de la noche comenzó con el grito “Esto es para todos los presos polÃticos de Cubaâ€. Lo dio el rapero cubano El Funky, quien mencionó a Luis Miguel Alcántara y a Maikel Castillo Pérez “El Osorboâ€, dos artistas que permanecen encarcelados por el régimen castrista. Fue lo que antecedió a la histórica interpretación de “Patria y vida†por parte de Yotuel, Gente de Zona, Descemer Bueno y el propio Funky, quien por primera vez compartió el escenario con sus colegas. HabÃa llegado dÃas antes desde la isla. La canción urbana fue transformada en una denuncia acústica y los gritos de “patria y vida†y “Cuba libre†seguro que fueron escuchados hasta en La Habana. En el público, Emilio Estefan mostraba su bandera. Es oficial, la comunidad artÃstica latina que por años idealizó al castrismo y promovió una revolución romántica de la realidad cubana ya ha abierto los ojos. Y por si quedaba alguna duda, “Patria y vida†ganó el Latin Grammy por “Canción del añoâ€. Muy merecido.
Fue un mensaje poderoso y no fue el único que se mandó durante la gala. De hecho, desde que se escuchó la primera nota nos pudimos dar cuenta de que los Latin Grammys están iniciando una nueva era. El número inicial fue un popurrà de canciones de Gloria Estefan y Carlinhos Brown, en portugués y español. Batucada, samba y garotas, además de Anitta y Giulia B dejaron claro que era una fiesta de toda Iberoamérica al sabor brasileño.
A pesar de que menos del 2% de los nominados eran mujeres, fueron ellas las que protagonizaron muchos de los momentos inolvidables. La maestrÃa vocal de Christina Aguilera, el poder de Nathy Peluso, el talento de Nicki Nicole y la versatilidad de Becky G (quien se presentó enferma) no fueron sorpresa en “Pa’ mis muchachasâ€. Tampoco lo fue el show de Mon Laferte junto a Gloria Trevi, quien lo dejaron todo en el escenario. Todas espectaculares.
Pero la que dejó a todos con la boca abierta fue, sin duda, Danna Paola, quien echó a mano su vasta experiencia en el teatro musical e hizo un gran “performance†con su tema “Calla túâ€. Frágil y poderosa, femenina y determinada y sobretodo una gran bailarina y una excelente cantante, asà demostró su talento esta mexicana. Vestida al igual que sus bailarinas, Danna Paola gritó al cerrar su número “Ni una másâ€, el grito de guerra contra los feminicidios.
También eran mujeres la mayorÃa de las nuevas artistas nominadas y la ganadora, la colombiana Juliana Velásquez, dio el discurso más bello de la noche. Lo comenzó cantando y lo dedicó “a un pescador que se fue al mar y no volvióâ€.
El principal artista de la noche Rubén Blades, se fue con las manos llenas. Además de su premio de “Persona del año†que se lo entregó René Pérez, también cantó en el escenario su éxito Paula C. Ganó dos Grammy incluido el de Album del Año. El panameño recalcó que el éxito no es de una sola persona, su gran mensaje fue el de la edad. A sus 73 años sigue activo, produciendo e inspirando palabras como las que le dedicó un Residente fan tembloroso que no podÃa sostener el papel en el que habÃa escrito su discurso. “Marvel y DC se quedan cortos frente al mundo que tú creaste de personas de la vida realâ€, expresó René ante el hombre al que llamó “mentor†y “casi un padreâ€.
Los tres mayores artistas fallecidos desde noviembre pasado fueron homenajeados. La más reciente Marilia Mendoça fue recordada por su amiga Anitta. Juan Luis Guerra y su 440 le dedicaron su merengue ripeado a Johnny Ventura y Carlos Rivera, Nella y Paula Arenas emocionaron con su tributo a Armando Manzanero. Una vez más nos preguntamos porqué no hay una versión propia del “In memoriam†de los premios Anglo.
La noche la cerró Bad Bunny con su “Maldita Pobrezaâ€, uno de los temas más interesantes de su disco “El último tour del mundoâ€, que fusiona las letras urbanas con la base rÃtmica y el bajo del rock pop-folk andino de los Enanitos Verdes.
Sus colegas urbanos Jay Wheeler, Myke Towers y Ozuna dejaron claro que pueden hacer pop, bachata, salsa y más. Sus presentaciones, aunque mucho más refinadas que la música que les celebran sus fanáticos, fueron muy buenas.
Hay que destacar que el artista urbano que superó todas las expectativas fue el español C Tangana, quien ofreció una obra maestra, acompañado de los más grandes del flamenco español y como sorpresa Natalia Lafourcade, Jorge Drexler y Omar Apollo acompañándolos a las palmas. Una muestra estelar de que la música es magia y unión.
Los presentadores merecen una mención especial. A diferencia de ocasiones anteriores, Carlos Rivera, Ana Brenda y Roselyn Sánchez estaban sueltos, divertidos y verlos pasándola bien le dio un toque aún más especial a la ceremonia que dejó claro que la Academia, bajo la tutela de su nuevo presidente Manuel Abud está escuchando y que quiere demostrar que se puede celebrar el presente, incluir a las mujeres y al resto de las minorÃas, sin dejar atrás a la historia. Todo con un toque de excelencia. Felicidades, lo lograron.
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