Maldita Vecindad desempolva memorias de 'El Circo'

Maldita Vecindad acaba de perder el pasado domingo a su integrante 'Sax".

Por Juan Carlos GarcíaAgencia Reforma

Mar. 16, 2021 1:22 PM PT

-Al meterse al estudio de grabación para gestar El Circo, Maldita Vecindad y los Hijos del 5to Patio creían que sería su pase a la guillotina porque el estilo no cuadraría con los preceptos de su disquera, BMG Entertainment México (hoy Sony Music). Y fue todo lo contrario.

Aldo Acuña, bajista del grupo mexicano, desempolvó memorias sobre del material discográfico que el próximo 24 de septiembre cumple 30 años de haber salido a la luz. Se volvió un clásico, uno de los mejores en el circuito de habla hispana, del que salieron los éxitos “Kumbala” y “Pachuco”.

“Veníamos de un montón de trabajo en conjunto y con este disco pensábamos que nos iban a dar la carta de retiro. Era una relación cordial, firmamos porque nos garantizaron libertad, pero no sabíamos si todo les iba a gustar, si iba a funcionar, si nos querrían más”, recordó el músico en entrevista.

Tanto él como sus compañeros Roco (voz), Pato (guitarra), Lobito (percusión), Pacho (batería) y el recién fallecido “Sax” (saxofón) se empeñaron en perfeccionar su estilo de fusión de rock con ska, reggae y punk. Y que con el danzón y la cumbia se consolidaron como los pachucos del género por excelencia.

“Nosotros fuimos la primera banda en presentar un disco en la Carpa Astros. Fue algo inusual y muy original para nosotros. Lo disfrutamos mucho, El Circo lo estrenamos ahí, pero eso sí, nunca se me va olvidar que muy elegantes todos y olía a mierda de león”.

— Aldo Acuña, Bajista de La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio.

“Los números no fueron iguales (en comparación con su álbum debut), y la producción ya la teníamos avanzada cuando llegamos al estudio. Desde que nos metimos ahí al Polygram Estudio, en Miguel Ángel de Quevedo, ya teníamos la idea de la cuestión gráfica, las fotos, que sí era muy importantes en ese momento. Fue un trabajo muy autosugestivo”, comentó Aldo.

Al otro lado del auricular, el bajista y compositor suena nostálgico. Se acordó que su hijo Darío, pianista, hoy de 31 años, era un bebé y se lo llevó para varias sesiones de grabación.

Se pusieron bajo el mando del ingeniero de mezcla Aníbal Kerpel y Gustavo Santaolalla, quien se volvería gurú de relucientes nombres como Café Tacvba y Julieta Venegas.

Además de la música, un elemento fundamental en la creación de El Circo fue el arte de la carátula y el trabajo interior.

“Hicimos una lluvia de ideas basada en un circo, con personajes extraños y originales. Unos medio comunes, otros exóticos. La carpa era un elemento representativo de la crítica social, muy de décadas atrás. Y nos trajimos a los personajes de las rolas del disco a la portada, ‘Solín’, ‘Pachuco’, ‘Toño’, ‘Crudelia’. Son fotos recortadas con montaje, una parte la hizo ‘El Pecas’, otra un artista pintor, callejero, que hacía diseños en gis de colores. Nos lo jalamos para echarnos un sketch, lo corregimos y trabajamos con él”, detalló.

Fue la época en la que el papá de Roco les prestaba una bodega para ensayar, y como fue fotógrafo y vendedor en la Lagunilla, les cedió parte de su catálogo para el diseño del disco en sus interiores.

Y aunque no tenía desde el principio contemplado incluir su versión de “Querida”, de Juan Gabriel, lo hicieron porque era la pieza que usaban para ensayar y afinar usualmente.

“Nunca nos imaginamos que unos meses después el mismo Juanga iría a escucharnos a la emblemática LUCC (La Última Carcajada de la Cumbancha). Nos asombramos, fue genial”, concluyó.

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