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Gente de Zona rompió las barreras del reggaetón, pero pecó por otros lados

Por si no lo saben, los que escribimos reseñas de música somos también humanos, y aunque detestemos en muchos casos el facilismo intolerable de estilos de moda como el reggaetón, estamos siempre dispuestos a darle una oportunidad a los artistas que se basan en géneros de incuestionable moda pero se atreven a dar algo más creativo de lo que les exige la norma.

En ese sentido, abrimos nuestras mentes para escuchar en vivo a Gente de Zona durante su más reciente presentación angelina con el mejor ánimo posible, sobre todo porque esta se producía en un escenario tan prestigioso como el del Hollywood Bowl y porque, además de estar acompañada de una actuación previa de la gran artista africana Angélique Kidjo, provenía de un núcleo creativo de residentes cubanos, es decir, una procedencia que sigue garantizando de un modo u otro un nivel de integridad artística que resulta difícil de encontrar en músicos de latitudes latinoamericanas mucho más entregadas a las concesiones inmediatas con el ’mainstream’.

Pero bastó con que el dúo insertara a la mitad de este concierto una versión absolutamente innecesaria de “La Macarena” para que nos diéramos cuenta de que estos señores no tienen reparo alguno en recurrir a estrategias pueriles para ganarse a su audiencia; y eso no fue todo, porque más adelante, se empeñaron incluso en el reproducir fragmentos de ”Despacito” (no tenemos que darles detalles sobre ese tema) cuando les tocaba finalizar los trámites de la velada.

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Cualquiera que pretenda acusarnos de amargados o de rechazar la música comercial por el simple gusto de hacerlo debe saber que disfrutamos mucho del acto de apertura del show aquí reseñado, es decir, el de la citada Kidjo, quien se salió de su repertorio habitual para ofrecer varios ‘covers’ de salsa y hasta una excelente recreación de la pieza afroperuana “Toro mata” y que, a pesar de incurrir en clichés como la interpretación de ”La vida es un carnaval” de Celia Cruz, fue capaz de interpretar todo lo que ofreció con dignidad y sin intentos desesperados por seducir a la audiencia recurriendo a trucos extramusicales.

En ese sentido, Gente de Zona es una maquinaria comercial destinada a vender, aunque también una en la que los integrantes poseen talento y en la que se plantea una formación considerablemente superior a la del DJ que repite el mismo sonsonete mientras los MCs lanzan sus arengas. Pese a que en el plano creativo esto es un dúo (conformado por Alexander Delgado y Randy Malcom Martínez), el hecho de aparecer en el estrado colocando al frente a una sección de cuatro metales y de mantener todo el tiempo a unos percusionistas en vivo demostró desde el inicio que las ambiciones superaban los estrechos límites del ’perreo’.

Claro que esa misma puesta en escena llegó acompañada de una serie de proyecciones de video en la pantalla gigante que nunca dejaron de ser efectistas y que, para romper fuegos, se convirtieron en telón de fondo de ”Bailando”, el megahit ganador de tres Grammys Latinos y fabricado al lado de Enrique Iglesias, el astro español que estuvo evidentemente ausente, pero cuya voz grabada (mucho mejor que la real) resonó súbitamente en el auditorio.

Si se tenía ánimos de fiesta, el ambiente era propicio, porque el sonido era ideal, el Bowl es el recinto perfecto para una noche de verano y, en vista de que este era un espectáculo organizado por los dueños del local -se podía ingresar con las bebidas que se quisiera-, el baile y las risas no se hicieron difíciles; además, en medio de sus descarados coqueteos con todo lo que estuviera de moda, Gente de Zona demostró que su repertorio puede extenderse a terrenos musicales como el de la salsa y el de la timba, es decir, una vertiente festiva y juvenil que antecede históricamente a la irrupción abusiva de Daddy Yankee y sus interminables discípulos.

En vista de estas posibilidades, ¿era necesario caer en los recursos arriba citados, o decir frases como ”¿Dónde están las mujeres solteras?” y ”Si te sientes orgulloso de ser latino, sube la mano”? ¿O es que le estamos pidiendo demasiado a unos artistas de fama mundial que se ganan la vida con esto, provengan de donde provengan y hayan tenido que atravesar lo que hayan tenido que atravesar para llegar a estas colinas californianas?

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