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Julio Iglesias vuelve a rendirse ante México mientras rechaza la construcción de muros y entiende al reggaetón

Al hablar con veteranos de la talla de Julio Iglesias, solemos pedirles su opinión sobre géneros modernos y tan cuestionados como el reggaetón; pero en este caso, sabíamos ya que él ha hecho comentarios favorables de lo que hizo su hijo Enrique con “Bailando” y hasta de los resultados de “Despacito”.

“Tengo un hijo que lo hace y que tiene un éxito grande, y yo entiendo que hoy en día, cuando vas a los conciertos, si la gente no se mueve, no hay distracción; todo es más circense”, nos dijo el veterano artista durante una reciente entrevista telefónica. “Mira, hay música para todos los gustos; unos cantan baladas y se pasan al reggaetón porque hace bailar a la gente”.

“Yo, por mi lado, soy un aburrido en el escenario, pero imagínate que a los 73 años tuviera que ponerme a bailar; ¡me moría!”, exclamó. “Pero bueno, Sinatra no se movía, ni tampoco Nat King Cole”.

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Sin embargo, la excusa de la conversación era su nuevo álbum, “México & Amigos”, que se lanzó el pasado 5 de mayo. Esta no es la primera vez en que Iglesias canta música mexicana. De hecho, hace dos años, lanzó “México”, un álbum en el que interpretaba a su manera varias piezas del repertorio tradicional azteca; y su nuevo disco repite el mismo repertorio para sumarle las voces de varios colegas famosos, logrando con esto la primera producción entera de duetos en una trayectoria que se ha prolongado por casi 50 años.

“Quería cantar estas canciones, que están en el alma de tanta gente en la historia de la música latina, con varios artistas grandísimos, y ellos aceptaron, lo que hizo que este disco alcanzara un vuelo mucho más alto que el anterior”, nos dijo el afamado intérprete y compositor.

“De todos modos, los artistas que participaron, desde Plácido [Domingo] hasta [Andrés] Calamaro, pasando por Omara Portuondo y Thalía, son personas maravillosas que tenían ya estas canciones en el alma y que pudieron grabar las que les tocaban en 10 minutos cada uno”, agregó.

Entre grandes

¿Pero cómo se dio la selección de los artistas, provenientes de países como Argentina, Cuba, España, Italia, República Dominicana y, por supuesto, México? “No importaban sus ideas, sus estilos”, retomó el español; “creo que esta una música natural, sencilla y bellísima de los grandes autores mexicanos de los ‘50 y los ’60, accesible a cualquier voz, incluyendo la de Juan Luis Guerra, que se ha hecho conocido por la bachata; las de Sin Bandera, que cantan de maravilla; o la de Mario Domm, que seguramente no había cantado antes este estilo, pero que al igual que lo demás, lo había heredado de sus familiares”.

Sea como sea, dedicarle dos obras seguidas a México es una muestra clara del cariño que Iglesias siente por esa nación. “Yo amo a México porque he pasado mucho tiempo allí; viví incluso varios meses en ese país al inicio de mi carrera artística”, recordó Iglesias. “Amo su cultura, sus colores, su filosofía de vida, su gente, sus mezclas; creo mucho en sus pintores y sus escritores, y no me cabe duda de que en los ‘50, los ‘60 y los ‘70, ellos fueron dueños de la música latina”.

En “México & amigos”, que posee las mismas pistas vocales de Iglesias que las de “México”, la voz del maduro intérprete se escucha todavía muy limpia y perfectamente afinada, pese a que él mismo ha admitido que cuando empezó no sabía cantar y a que se sabe que su estilo ha sido cuestionado a veces por quienes lo consideran falto de virtuosismo.

“Lo que pasa es que yo aprendí a cantar; si no hubiera aprendido a cantar, no me hubieran dejado cantar con ellos Stevie Wonder, [Frank] Sinatra, Plácido [Domingo] ni [Luciano] Pavarotti”, enfatizó. “He cantado con todos, y si estos artistas grandes ven que no cantas, no colaboran contigo, porque no quieren hacer el ridículo. Ya es hora de decir que canto del carajo. La voz me dura; ojalá que pasara lo mismo con lo demás que tengo”.

“Es algo que hay que desarrollar, claro; cada vez que escucho [la grabación original de su primer sencillo] de ‘La vida sigue igual’, siento vergüenza, porque la canté como una mierda, chico”, comentó antes de soltar una risa. “Ahora me sale muuucho mejor y tiene significado, porque antes era solo un jovencito”.

Cuando lanzó “México”, Iglesias aseguró ante la prensa que ese era el último disco de su carrera, y eso no ha sucedido, obviamente. “Yo soy muy mentiroso; tengo fama de eso”, nos dijo el icono, empleando de nuevo el sentido del humor. “Cada entrevista mía es diferente. Lo que pasa es que cuando dije eso estaba cansado de haber pasado en el estudio un año y pico. Es como una mujer que está pariendo y, en ese momento, el marido le pide otro hijo; ¡lo manda a la mierda!”

¿Habrá entonces otro álbum en un futuro próximo? “Ahora mismo ando de parto; llámame dentro de seis meses, y te diré lo que estoy haciendo y con quién”, solicitó. “Hace poco, me pidieron que hiciera un disco con estos ‘chavales’ americanos, como Bruno Mars y Justin Timberlake; en ese momento, no me sentía con fuerzas para regresar al estudio un año más, pero quizás lo haga algún día”.

Sobre Trump

Iglesias radica actualmente en República Dominicana, pero pasa mucho tiempo en Miami, lo que lo faculta de algún modo a opinar sobre un personaje del que nos interesaba hablar: el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

“No quiero hablar mucho de ese tema, pero pienso que el Sr. Trump es una persona que no tiene la cabeza bien, que no sabe lo que dice”, declaró el artista. “Su vida ahora se ha puesto complicada. Pero las murallas no separan las conciencias ni separan las culturas; por muchas murallas que existan, una las salta con el alma, porque el alma vuelva por encima de todas esas cosas”.

Y él tampoco es uno de esos músicos que creen que su música puede cambiar a las sociedades, pese a que es el artista extranjero más popular en China. “No; ojalá que fuera así”, replicó. “Yo soy simplemente un ‘entertainer’; recuerdo que la primera vez que canté en China fue hace casi 40 años, y me invitaron a la casa de la viuda de Mao Zedong, esperando que lo que hacía le gustara a unos cuantos chinos. Pero terminó gustándole a 800 millones de chinos, y yo me puse muy contento”.

Recientemente, se supo que Iglesias sufría de ciertos problemas en la espalda, aunque asegura ahora que se encuentra de lo más bien. “Cuando tengas 73 años, me llamas para contarte cómo te va; bueno, me buscas en el cementerio donde yo esté y tratas de contactarte conmigo”, nos pidió. “Entonces me dirás ‘tenías razón; me duele esto, me duele lo otro’… Yo estoy bien físicamente, estoy fuerte”.

Iglesias se encuentra también trabajando en un libro autobiográfico con fecha indefinida de publicación. “Ojalá que no me tome 73 años hacerlo, aunque va a hablar de estos 73 años”, precisó. “Va a ser un libro largo sobre una vida larga. No voy a precipitarme; voy a releerlo, a corregirlo y a asegurarme de que aparezca en él lo bueno y lo malo, lo simple y lo complejo. He tenido un buen balance; nunca dejé de nadar, aunque lo hice a veces por sitios equivocados”.

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