La vida de Pelé llega al cine en una película superficial pero entretenida
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Los Ángeles — A estas alturas de la vida, la discusión sobre quién ha sido el mejor jugador de futbol de todos los tiempos parece ya eterna, pero sigue basándose en dos nombres esenciales: Pelé (llamado realmente Edson Arantes do Nascimento) y Diego Armando Maradona. Si bien el primero es anterior en el plano histórico, no se había hecho hasta el momento una película de gran envergadura sobre su vida debido a la negativa del mismo deportista a ceder los derechos necesarios para una producción de este tipo.
Y es que, más allá de sus evidentes virtudes en la cancha, el brasilero se ha hecho conocido por unos afanes comerciales que no han sido siempre bien vistos y que se trasladan de un modo u otro a “Pelé: Birth of a Legend”, el largometraje de cine que se estrena hoy de manera limitada en Los Ángeles y que se podrá encontrar en el servicio de Video on Demand a partir del próximo viernes.
De ese modo, como lo demuestra el título mismo, estamos ante una versión oficial de los hechos (Do Nascimento fue el productor ejecutivo) que se dedica prácticamente a ensalzar sin reparo alguno al protagonista, interpretado en este caso por dos actores (Leonardo Lima Carvalho y Kevin de Paula) y retratado únicamente entre los 9 y los 17 años, es decir, desde que empezó a jugar descalzo con unos amigos de su barrio hasta que se convirtió en el artífice principal de la victoria de su país en la Copa Mundial de 1958.
La estrategia de la cinta es tan específica que no resulta difícil imaginar la creación de una secuela en la que se plasme el reto de su carrera, sobre todo porque hay todavía mucho por contar; y el deseo de hacer algo que sea completamente ‘mainstream’ se nota no solo en el hecho de que los diálogos están completamente hablados en inglés (es decir, un detalle que a nosotros nos sacó completamente de la historia, sobre todo en las escenas de barrio), sino también en la puesta en escena y en el manejo de una narrativa en la que parecen haberse introducido numerosos elementos ficticios con el simple afán de darle incluso más gloria al aludido mientras se atrae a un público acostumbrado a las fórmulas hollywoodenses.
No sabemos tanto de la vida de Pelé como para darnos realmente cuenta de qué es auténtico en este filme y qué es inventado o exagerado (¿tuvo realmente a un amigo de la infancia que murió tras un robo, o se trata simplemente de un artilugio para que avance la trama?), pero la sensación de artificio es permanente, lo que se ve acentuado por unas escenas de juego que incurren a veces de manera innecesaria a trucos visuales tipo “The Matrix”. Tampoco convence el nivel de las actuaciones, empezando por el De Paula, quien no es necesariamente un mal intérprete, pero que se encuentra completamente desprovisto del legendario carisma de su representado y luce simplemente como un novato asustado en los momentos en los que no deslumbra con la de cuero.
Claro que no todo es negativo; con su relativa brevedad (dura 107 minutos) y su incesante ritmo, “Birth of a Legend” no deja que nadie se aburra, y cualquiera que admire mínimamente el arte del balompié sentirá algún tipo de emoción ante la recreación de varios enfrentamientos emblemáticos, sobre todo cuando los directores Jeff Zimbalist y Michael Zimbalist (sí, son estadounidenses) dejan de lado los ‘flashbacks’ forzados y las tomas en cámara lenta para permitir que los actores muestren lo mucho que se esforzaron para aprender los complicados movimientos de sus representados.
Hay también una serie de alusiones al entorno social brasilero de la época, así como al modo en que las autoridades del futbol oficial rechazaban inmerecidamente el estilo de “ginga” debido supuestamente a su rol en la derrota de Brasil de 1950 pero, en realidad, a causa de un racismo encubierto y un deseo absurdo de borrar su identidad nacional para ‘internacionalizarse’.
Por ese lado, la película funciona como una lección básica, didáctica y de tinte familiar para quienes pretendan acercarse a la figura del ídolo, aunque hace poco para humanizarlo. De todos modos, es probable que los fans de este deporte disfruten mucho de su proyección, sobre todo cuando se tiene en cuenta que su amada disciplina ha sido muy mal atendida en la pantalla grande en desmedro de la popularidad de la que goza.
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